Tras años de individualismo en el mundo del arte, del más refinado al más pop, y del largo reinado de la
generación yo al amparo de Internet, vuelve el combate social. Creadores y activistas se enfrentan a políticos, banqueros y leyes. Sigue habiendo teoría, pero manda la práctica. La cultura pasa a la acción.
El periodista Guillem Martínez es el padre de un concepto cada vez más utilizado: la Cultura de la Transición. Resumiendo mucho, viene a significar que desde los años ochenta la izquierda española prefirió evitar cualquier tipo de conflictos (culturales, políticos o generacionales) en favor del consenso y la paz social. Treinta años después, el hechizo parece haberse roto debido al Movimiento 15-M, que cosechó el mes pasado un triunfo arrollador al ocupar las plazas de grandes ciudades con decenas de miles de personas.
Tras años de consumismo narcisista, muchos creadores vuelven a hablar de inteligencia colectiva, se mezclan con los movimientos sociales y huyen de los escaparates artísticos. Los contenidos se difunden mejor desde la calle o Internet que dentro del museo más moderno y prestigioso. Saben que la ciudad no es exactamente suya: hay que disputar el espacio público a la avalancha publicitaria y a los acontecimientos festivos precongelados, ya sea una boda real, La Noche en Blanco o una celebración futbolera. ¿Estamos viviendo el fin de una era?.
Consultamos a la artista gallega María Ruido, que en 2005 sufrió la censura de un conocido banco por una de sus instalaciones. Curiosamente, ocurrió en la misma plaza de Catalunya de Barcelona, donde una multitud de acampados clamaban en 2011 contra los rescates de entidades financieras con dinero público. "La instalación estaba dentro de una sucursal que es como un escaparate. Allí puse un panel que mostraba datos económicos sobre los negocios inmobiliarios del banco. Nada inventado: todo eran cifras sacadas de la propia web del banco o de la prensa económica". La obra fue desmontada. "Una cifra positiva para la junta de accionistas, ya sean sus ganancias o el porcentaje de suelo que poseen, se vuelve incómoda cuando se muestra en un lugar público de paso".
Preguntamos a Ruido si un artista puede aportar a las acampadas algo distinto del resto de personas. "Las cosas no cambian rodando una película, sino con procesos como los del 15-M. Dicho esto, el plano simbólico es muy importante, las imágenes nos ayudan a comprender partes del mundo que no podemos experimentar de manera directa. Ahora noto una debilidad en la representación de las luchas sociales. Antes eran mucho más fuertes, por ejemplo, la iconografía de los Panteras Negras", recuerda. Luego añade que "es pronto para decirlo, pero los lemas y carteles del 15-M pueden acabar pasando a la historia. Su fuerza es que son rotundos y razonables", explica con tono de profesora universitaria, su segundo trabajo.
Otro artista en la órbita de los sublevados es el estadounidense Grey Filastine, un músico nómada que ha pasado mucho tiempo en Barcelona. Sus piezas suenan primitivas y vanguardistas; por ejemplo, hace ritmos golpeando carros de supermercado. Tiene una larga relación con los movimientos sociales: ya en 1999 actuó en Seattle acompañando las protestas contra la Organización Mundial del Comercio. También participó en las manifestaciones de 2009 en la cumbre de Copenhague, haciendo presión para que se alcanzaran acuerdos para frenar el cambio climático. Quien eche un vistazo a la agenda de este músico sabrá que es un artista del siglo XXI, capaz de tocar un martes contra la cumbre del G-8 y dos días después ante miles de modernos en el Sónar de Barcelona.
¿Cuál fue su actitud en la plaza de Catalunya? "Acudí a la mani del 15 de mayo. Al terminar pensé: 'Estuvo bien juntarnos, pero ha resultado inútil'. Como se ha visto, nunca me había equivocado tanto. Luego me preguntaba si debería actuar en alguna plaza. Al final no lo hice porque disfruto el descontrol de las caceroladas. Es música improvisada y realmente horizontal. Paso todos los días por allí y refuerzo con mis ritmos el sonido que hace la multitud. Prefiero que en la plaza no haya escenarios", dice. También asiste a las asambleas, sube información a Twitter y echa una mano en el campamento.
Núria Güell es la coordinadora de Cómo expropiar a los bancos, un libro de enfoque práctico donde se explican tus derechos legales en caso de ruina y cómo evitar abusos de las entidades de crédito. El texto también anima a los lectores a vivir al margen del sistema financiero. "Creo que en España la acción directa es la única vía de generar una acción política realmente transformadora. Los partidos y sindicatos tradicionales son un espejismo que no ofrece alternativas. Hay que asumir nuestra vida como campo de batalla. No delegar nuestros deseos y necesidades", señala.
Las reuniones para coordinar el 15-M madrileño se celebraron en el Patio Maravillas, un centro social ocupado que ofrece clases gratuitas de español para inmigrantes, espacio para que ensayen los jóvenes artistas o una asesoría sobre derechos sociales. Como La Tabacalera de Lavapiés y otros centros en España, es una alternativa a pasar la vida en casa, el centro comercial o los bares de moda.
Los movimientos sociales también cuentan con editoriales próximas como Traficantes de Sueños, que documenta en sus libros las luchas actuales y cuelga todas sus publicaciones gratis en la Red, una forma de hacer afición y futuros clientes. Otros sellos pujantes como Melusina, 451 o Capitán Swing sintonizan también con una cultura más crítica y menos centrada en la celebridad. Por cierto, este año se ha emitido en Televisión Española¡Copiad, malditos!, un documental de Stéphane M. Grueso que investiga alternativas alcopyright que acerquen a la industria cultural a las prácticas del siglo XXI.
Artistas como Banksy o colectivos como Anonymous han demostrado que es posible tener impacto artístico y mediático. La Spanish Revolution se ha puesto a su altura. "En las asambleas hay un diálogo natural y abierto", explica el artista Daniel García Andújar, "la gente está aprendiendo a perder el miedo y negociar con la realidad que les rodea. Para muchos está siendo una escuela política que funciona de manera horizontal. Aquí hablas sobre bancos y nadie te manda callar porque no hayas leído El capital, de Marx. Algo ha cambiado respecto a los viejos modos".
UNA GUERRA CONTRA LA 'LEY SINDE'
Gran éxito en Internet: Manual para la desobediencia a la Ley Sinde (Traficantes de Sueños) lleva ya 80.000 descargas en las tres webs de las asociaciones que lo impulsaron. El folleto utiliza una licencia libre que permite reproducirlo con o sin ánimo de lucro. "También se vende en papel y está colgado en sitios como Megaupload", añade Txarlie, que no quiere dar su apellido, aunque aclara que pertenece al colectivo Hacktivistas (hacktivistas.net). "Tratamos de adelantarnos a los efectos de la ley explicando cómo pueden bloquear el acceso a una web de intercambio del extranjero. Damos soluciones sencillas para saltar esos bloqueos y acceder a contenidos", resume. "Intentamos demostrar que la ley es inútil porque no se puede aplicar. Además, los tribunales han demostrado que las páginas de enlaces no son ilegales", añade. La llamada ley Sinde está aprobada, pero pendiente de la tramitación del reglamento. Se calcula que entrará en vigor en otoño. "La idea de que el proceso iba a estar controlado por un juez ha desaparecido en el reglamento. A él le llega la decisión tomada y solo tiene que firmarla, sin que haya un careo. Parece que el proceso esté hecho para que no haya posibilidad de defensa judicial", opina.
ARTE PARA LIBERAR LA DEMOCRACIA
Daniel García Andújar (danielandujar.org) es uno de los artistas más pendientes de crear un arte conectado con la sociedad. Entre otros muchos proyectos, impulsó las exitosas plataformas de comunicación colectiva e-valencia, e-barcelona o e-sevilla. Tiene máxima sintonía con el Movimiento 15-M, como demuestra la última acción colgada en su blog: una avioneta que pasea por las playas luciendo el lema "Democraticemos la democracia". Andújar resume el estado de ánimo general: "Una revolución hecha con serenidad todavía nos deja perplejos". Se pone a recordar y menciona a un acampado de la plaza de Catalunya diciendo que "lo nuestro no es nada político" mientras ayudaba a dar de comer gratis a 2.000 personas. "Les ponen primero, segundo y postre. Todo manejado con máxima dignidad. ¿Qué puede haber más político que eso? Este proceso es nuevo, incluso naíf, que es algo que puede sonar mal, pero a mí me parece interesante. Me recuerda a las primeras comunidades de software libre a las que no les gustaba el sistema y se pusieron a crear uno nuevo por su cuenta. La actual crisis debe interpretarse como una ocasión para la innovación y las reformas estructurales eficaces", apunta.
MANUAL DE AUTODEFENSA BANCARIA
Acaba de publicarse Cómo expropiar a los bancos (Melusina), un texto colectivo que destapa el funcionamiento de estas entidades, su sistema de sanciones y las grietas legales que permiten la apropiación indebida de fondos, al estilo de lo que hizo el activista Enric Duran en 2008. Este joven explica en el libro cómo fingió ser empresario y obtuvo créditos por casi medio millón de euros, posteriormente entregados a movimientos sociales. La coordinadora del libro, Núria Güell, ya ha recibido comentarios de los lectores: "La primera reacción es la indignación, sobre todo por el capítulo donde el especialista Qmunity explica la Reserva Fraccionaria, un privilegio legal que los políticos y sus leyes otorgan a la banca privada para que pueda crear dinero prestando los depósitos de sus clientes". "En España, la Reserva Fraccionaria está establecida en un 2%: el banco, ante un depósito de 1.000 euros, guarda en su reserva 20 y puede prestar los 980 restantes a un segundo cliente, de modo que de los 1.000 iniciales ya ha conseguido crear 1.980, y así sucesivamente", explica Güell. "En nuestros endeudamientos con el banco estamos obligados a devolverles un dinero que ellos no tenían, que han creado como deuda, aparte de los intereses por su servicio. Me parece un robo que goza de total impunidad", denuncia. También rechaza otra práctica bancaria cuestionable: la dación en pago de las hipotecas. "La ley obliga a los ciudadanos que no pueden hacer frente a las cuotas a entregar su vivienda a los bancos y a seguir pagando una parte de la deuda de esa vivienda que ya no poseen. Es otra versión de esclavitud maquillada y tolerada por nuestro Estado", opina.
HIMMLER SOBRE PAZ VEGA
Si hay un proceso gráfico que defina el 15-M es la colonización de plazas con lemas, dibujos y pancartas. ¿El icono más potente? Un gigantesco anuncio de una marca de cosméticos en la Puerta del Sol. La imagen seductora de Paz Vega terminó totalmente distorsionada, con la marca L'Oréal transformada en "Democracia Real". Entre los distintostuneados de la valla publicitaria destacaba una tela con la cara de Heinrich Himmler, jefe de las SS, con orejas de Mickey Mouse y el símbolo del euro en la frente. En la mitad inferior se leía "No nos representan". Muchos pensaron que era obra de Noaz, un conocido artista gráfico de la capital. "Me llegaron e-mails diciéndome lo grande que era esa intervención, pero no es mía. Supongo que pensaron en una imagen parecida de Aznar que hice en 1993 como protesta por la invasión de Irak". Poner orejas de Mickey a un político prepotente es un clásico o un tópico, según se mire. En la manifestación del 15-M, Noaz pintó un Zapatero sin orejas de ratón, pero con la sonrisa de Mickey. "Él es otro símbolo de neoliberalismo y arrogancia", señala. Este artista de la calle está convencido de que su trabajo no depende del dinero: "Nunca faltan recursos, solo hay que saber dónde encontrarlos; por ejemplo, en el reciclaje".
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