2 de septiembre de 2010

El Arzobispado de Barcelona niega que avale abortos en el Sant Pau

ABC

El Arzobispado de Barcelona niega que avale abortos en el Sant Pau

Admite que pueda haber casos extremos que «conduzcan a la pérdida del feto»

ESTHER ARMORA / BARCELONA

Día 01/09/2010

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Una semana después de que ABC publicara que varios hospitales catalanes, en cuyos órganos de gobierno está representada la Iglesia, practican abortos, el Arzobispado de Barcelona abandona el mutismo y responde respecto al caso del Hospital de Sant Pau de Barcelona, en cuyo patronato participa en igual medida que la Generalitat y el Ayuntamiento.
Los dos representantes eclesiásticos que integran el patronato del citado hospital, designados en última instancia por el Arzobispado, son dos canónigos de la Catedral de Barcelona, los sacerdotes Joan Benito Tolsau y Josep M. Turull Garriga. En un comunicado remitido ayer a este diario y firmado por los dos representantes eclesiásticos, el Cabildo de la Catedral afirmaba que «en el momento en el que aparecieron las primeras referencias a los hechos que nos ocupan, se investigó hasta qué punto se correspondían con la realidad». Añade que, tras llevar a cabo las citadas pesquisas, «la dirección del hospital informó de que, de acuerdo con los principios éticos en que se inspira desde su fundación, en el centro no se practican interrupciones voluntarias del embarazo», hecho que contradice la información oficial del Ministerio de Sanidad —publicada en su web y que aparece contenida en el último anexo del informe sobre Interrupciones Voluntarias de Embarazo (IVE)—. En ella, el centro barcelonés aparece entre los hospitales que realizan estas intervenciones. Es más, según confirmaron a ABC fuentes oficiales del Hospital de Sant Pau, en un sólo año el centro sanitario realizó hasta 20 abortos.
El hospital confirma que en 2008 realizó 20 intervenciones
En el comunicado, los representantes eclesiásticos reconocen, no obstante, que «no se practican abortos, aunque excepcionalmente concurran circunstancias médicas que lleven a actuaciones que puedan tener como consecuencia la pérdida del feto». Acto seguido, la nota subraya que el convenio institucional del centro «comporta el respeto a los principios éticos y morales de la Iglesia católica» y que «en caso de que alguno de estos principios sea vulnerado, se tomarán las medidas oportunas para su cumplimiento». Los representantes del Arzobispado se escudan en su poder limitado en la institución, aunque en la práctica todas las decisiones del centro pasan por el máximo órgano de gobierno del hospital, que es el patronato.
La respuesta del Arzobispado ha soliviantado a las asociaciones en defensa de la vida y a algunas fundaciones religiosas. La Federación Internacional de Asociaciones de Médicos Cristianos lamentó ayer la «tibia» respuesta del Arzobispado y exigió que «haya una resolución rápida al problema antes de que el Pontífice visite Barcelona». El doctor Josep Maria Simón, presidente de la Federación, afirmó que «puede ser que realmente estén engañados y no sepan lo que sucede en el centro».