2 de agosto de 2010
EL «burka» espolea el islamismo radical
ABC
EL «burka» espolea el islamismo radical
A la prohibición del velo podría responder Al Qaida con amenazas contra España
D. MARTÍNEZ / J. PAGOLA / MADRID
Día 02/08/2010 - 11.47h
110 COMENTARIOS
El debate sobre el «burka» y la decisión de prohibirlo en algunas localidades, unido a la petición que en el mismo sentido ha hecho el Senado al Gobierno, está clasificado como «factor de riesgo». Los especialistas en combatir el terrorismo yihadista, sin ánimo de ser alarmistas, prevén que los extremistas islámicos darán a España la misma respuesta que transmitieron a Francia cuando Nicolas Sarkozy se enfrentó a una polémica de similares características. En aquella ocasión, el Emirato Islámico de Afganistán-Talibán, el comité de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) y Ayman al Zawahiri, mano derecha de Osama Bin Laden, lanzaron comunicados amenazantes en los que advertían que Francia «pagará por sus crímenes, es el deseo de Alá». Esta pasada semana, catorce días después de que la Asamblea Nacional diera luz verde a la prohibición, Al Zawahiri, en un mensaje colgado en internet, calificó la decisión de Francia de un «ataque al Islam».
El «crimen» del país vecino es la prohibición del velo islámico, una medida que en el caso de España se materializó el pasado 28 de mayo en el Ayuntamiento de Lérida —primera ciudad en no permitir el «burka» y «niqab» en instalaciones públicas— y al que siguieron los de Barcelona, Tarragona, El Vendrell, L'Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet, Cunit, Mollet del Vallès, Figueres, Roses y Manresa, la mayoría gobernados por socialistas, al igual que el malagueño de Coin y el madrileño de Galapagar que, de momento, cierra la lista de municipios que ya han prohibido el uso del velo integral.
Pero el salto cualitativo se produjo el pasado 23 de junio cuando el PP, para sorpresa del PSOE, logró que el Senado aprobara su propuesta para prohibir el «burka» y el «niqab» en todos los espacios públicos, incluida la calle. Los populares alcanzaron esa victoria de la mano de la senadora de CiU, Montserrat Candini, quien pese a que la noche anterior había dado su apoyo a una enmienda de sustitución del PSOE, en el momento de subir a la tribuna dio su respaldo a la senadora del PP Alicia Sánchez-Camacho, que fue la que defendió la propuesta.
Pero el Gobierno no está dispuesto a recoger el guante. De hecho, varios ministros, entre ellos, el titular de la cartera de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, consideran que legislar a nivel nacional el uso del «burka» es tan exagerado» como el debate que ha generado. Para otro miembro del gabinete, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, la prohibición «puede generar más problemas que los que se pretenden solucionar».
Aunque desde un punto de vista muy diferente al de Bibiana Aído, expertos en la lucha contra el terrorismo yihadista creen que el debate sobre el «burka» «puede tener consecuencias». Subrayan, en este sentido, la «extrema sensibilidad» y la «violenta respuesta» de los islamistas radicales hacia estos asuntos, a los que consideran «ataques de Occidente» a su religión y costumbres. Por ello, los especialistas no descartan que Al Qaida o alguna de sus organizaciones satélites, como ya ocurrió en el caso de Francia, respondan al debate sobre el «burka» por medio de un comunicado.
Además del pasado día 27, al Gobierno galo se dirigió el mismísimo Ayman al Zarwahiri en una entrevista emitida en agosto de 2009, para decir que «Francia es aquella que luchó en Argelia, la que suministró reactores nucleares a Israel, la que combate a los musulmanes en Afganistán y la que lucha contra el niqad. La mujer musulmana con velo destapa el miedo de los cruzados occidentales porque saben que ellos no van a derrotar a los musulmanes... El niqab amenaza su existencia, su economía y su dominación en el mundo».
Un mes antes de que Al Zawahiri lanzara estas amenazas, lo hizo Abdelmalek Droudkel, también conocido como Abu Musab Abdul Wadud, máximo cabecilla de Al Qaida en el Magreb Islámico, grupo que mantiene secuestrados desde hace siete meses a los cooperantes españoles Roque Pascual y Albert Vilalta, miembros de la ONG Barcelona Acció Solidària. Las medios antiterroristas consultados consideran que, dada la extrema «susceptibilidad» del mundo de Al Qaida, el debate abierto en España sobre el «burka» puede convertirse en un nuevo obstáculo en la ya difícil negociación para la liberación de los dos españoles. Una labor que se está prolongando más de lo esperado (y, por supuesto, deseado) por las insaciables y cambiantes exigencias de los terroristas. Ahora, sus reivindicaciones, más que económicas, son de excarcelaciones de activistas.
«Incitación al odio»
AQMI,que en febrero pasado liberó en Mali al francés Pierre Camette cuando se cumplían tres meses de su cautiverio y que el pasado 25 de julio decapitó a Michel Germaneu, llegó a acusar a Francia, en plena polémica sobre el «burka», de hacer «terrorismo religioso» y de «incitación al odio». «Ayer fue el hibaj, hoy es el niqab y después, mañana, quizá sus manos pecaminosas se extiendan a la obligación de la oración», dijo Abdul Wadood, quien hace apenas dos semanas, por su largo historial como criminal terrorista, ha sido condenado en rebeldía a la pena de muerte por un tribunal de Argelia.
La Asamblea Nacional francesa aprobó el pasado día 13 en primera lectura, por 335 votos a favor y 1 en contra, el proyecto de ley que prohíbe el uso del velo integral, como el «burka» o el «niqab», en cualquier espacio público. La ministra de Justicia, Michèlle Alliot-Marie, que se encargó de defender el proyecto legislativo ante la Asamblea, dijo que se trataba de un doble éxito: de la democracia y de la República.
EL «burka» espolea el islamismo radical
A la prohibición del velo podría responder Al Qaida con amenazas contra España
D. MARTÍNEZ / J. PAGOLA / MADRID
Día 02/08/2010 - 11.47h
110 COMENTARIOS
El debate sobre el «burka» y la decisión de prohibirlo en algunas localidades, unido a la petición que en el mismo sentido ha hecho el Senado al Gobierno, está clasificado como «factor de riesgo». Los especialistas en combatir el terrorismo yihadista, sin ánimo de ser alarmistas, prevén que los extremistas islámicos darán a España la misma respuesta que transmitieron a Francia cuando Nicolas Sarkozy se enfrentó a una polémica de similares características. En aquella ocasión, el Emirato Islámico de Afganistán-Talibán, el comité de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) y Ayman al Zawahiri, mano derecha de Osama Bin Laden, lanzaron comunicados amenazantes en los que advertían que Francia «pagará por sus crímenes, es el deseo de Alá». Esta pasada semana, catorce días después de que la Asamblea Nacional diera luz verde a la prohibición, Al Zawahiri, en un mensaje colgado en internet, calificó la decisión de Francia de un «ataque al Islam».
El «crimen» del país vecino es la prohibición del velo islámico, una medida que en el caso de España se materializó el pasado 28 de mayo en el Ayuntamiento de Lérida —primera ciudad en no permitir el «burka» y «niqab» en instalaciones públicas— y al que siguieron los de Barcelona, Tarragona, El Vendrell, L'Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet, Cunit, Mollet del Vallès, Figueres, Roses y Manresa, la mayoría gobernados por socialistas, al igual que el malagueño de Coin y el madrileño de Galapagar que, de momento, cierra la lista de municipios que ya han prohibido el uso del velo integral.
Pero el salto cualitativo se produjo el pasado 23 de junio cuando el PP, para sorpresa del PSOE, logró que el Senado aprobara su propuesta para prohibir el «burka» y el «niqab» en todos los espacios públicos, incluida la calle. Los populares alcanzaron esa victoria de la mano de la senadora de CiU, Montserrat Candini, quien pese a que la noche anterior había dado su apoyo a una enmienda de sustitución del PSOE, en el momento de subir a la tribuna dio su respaldo a la senadora del PP Alicia Sánchez-Camacho, que fue la que defendió la propuesta.
Pero el Gobierno no está dispuesto a recoger el guante. De hecho, varios ministros, entre ellos, el titular de la cartera de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, consideran que legislar a nivel nacional el uso del «burka» es tan exagerado» como el debate que ha generado. Para otro miembro del gabinete, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, la prohibición «puede generar más problemas que los que se pretenden solucionar».
Aunque desde un punto de vista muy diferente al de Bibiana Aído, expertos en la lucha contra el terrorismo yihadista creen que el debate sobre el «burka» «puede tener consecuencias». Subrayan, en este sentido, la «extrema sensibilidad» y la «violenta respuesta» de los islamistas radicales hacia estos asuntos, a los que consideran «ataques de Occidente» a su religión y costumbres. Por ello, los especialistas no descartan que Al Qaida o alguna de sus organizaciones satélites, como ya ocurrió en el caso de Francia, respondan al debate sobre el «burka» por medio de un comunicado.
Además del pasado día 27, al Gobierno galo se dirigió el mismísimo Ayman al Zarwahiri en una entrevista emitida en agosto de 2009, para decir que «Francia es aquella que luchó en Argelia, la que suministró reactores nucleares a Israel, la que combate a los musulmanes en Afganistán y la que lucha contra el niqad. La mujer musulmana con velo destapa el miedo de los cruzados occidentales porque saben que ellos no van a derrotar a los musulmanes... El niqab amenaza su existencia, su economía y su dominación en el mundo».
Un mes antes de que Al Zawahiri lanzara estas amenazas, lo hizo Abdelmalek Droudkel, también conocido como Abu Musab Abdul Wadud, máximo cabecilla de Al Qaida en el Magreb Islámico, grupo que mantiene secuestrados desde hace siete meses a los cooperantes españoles Roque Pascual y Albert Vilalta, miembros de la ONG Barcelona Acció Solidària. Las medios antiterroristas consultados consideran que, dada la extrema «susceptibilidad» del mundo de Al Qaida, el debate abierto en España sobre el «burka» puede convertirse en un nuevo obstáculo en la ya difícil negociación para la liberación de los dos españoles. Una labor que se está prolongando más de lo esperado (y, por supuesto, deseado) por las insaciables y cambiantes exigencias de los terroristas. Ahora, sus reivindicaciones, más que económicas, son de excarcelaciones de activistas.
«Incitación al odio»
AQMI,que en febrero pasado liberó en Mali al francés Pierre Camette cuando se cumplían tres meses de su cautiverio y que el pasado 25 de julio decapitó a Michel Germaneu, llegó a acusar a Francia, en plena polémica sobre el «burka», de hacer «terrorismo religioso» y de «incitación al odio». «Ayer fue el hibaj, hoy es el niqab y después, mañana, quizá sus manos pecaminosas se extiendan a la obligación de la oración», dijo Abdul Wadood, quien hace apenas dos semanas, por su largo historial como criminal terrorista, ha sido condenado en rebeldía a la pena de muerte por un tribunal de Argelia.
La Asamblea Nacional francesa aprobó el pasado día 13 en primera lectura, por 335 votos a favor y 1 en contra, el proyecto de ley que prohíbe el uso del velo integral, como el «burka» o el «niqab», en cualquier espacio público. La ministra de Justicia, Michèlle Alliot-Marie, que se encargó de defender el proyecto legislativo ante la Asamblea, dijo que se trataba de un doble éxito: de la democracia y de la República.