11 de abril de 2009

Sábado Santo. ¿Culturizar la religión?

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Sábado Santo. ¿Culturizar la religión?

Ni la famosa secularización ha conseguido terminar con el aroma de recogimiento que reina en Viernes y el Sábado Santo en la mayoría de las ciudades españolas e hispanoamericanas. El tópico actual asegura que la religión ha muerto pero vuelve a repetirse la maldición de todos los que han intentado destruir a la iglesia: los que se mueren son ellos y el Cristianismo, siempre agonizante, permanece. Al parecer no hay manera de acabar con esta lepra. Al parecer hay algunos comecuras que han caído en ello, por lo que intentan “culturizar” la religión. Ejemplo: convertir las procesiones -ni mucho menos lo más importante de la Semana Santa pero lo más visible- en una manifestación cultural.



Hispanidad, sábado, 11 de abril de 2009
Así, por ejemplo, en España, la TV pública del señor Zapatero ha ofrecido toda la cobertura del mundo a las procesiones con testigos que decían como estas: “No soy creyente pero me gustan este tipo de manifestaciones”.
Otra táctica consiste en mostrar a los piadosos de ciertas cofradías poco destacables por su formación filosófica o aquellas expresiones de Semana Santa tirando a estrafalarias, al menos para los no iniciados, por ejemplo, para los chicos de RTVE. Es lógico. Todos aquéllos que pretenden convertir la religión en cultura optan por convertir la cultura en espectáculo. Cualquier cosa menos aceptar por qué la pasión, una fiesta triste según los criterios del mundo, que opera sobre uno de los grandes enigmas del hombre: el sentido del pecado. Si no fuera así, el espectáculo de un hombre que se dice Dios, crucificado por las prestigiosas autoridades del Imperio y acusado por sus propios patriotas, resultaría un espectáculo muy poco atractivo.
No es al cultura la crea el dogma sino el dogma el que crea la cultura. Pero si se trata de fastidiar a la Iglesia, la conversión en cultura no es mala táctica. Eso sí, está tan condenada al fracaso como el ataque frontal.
Eulogio López