Primer plano de una carabela portuguesa. Oceana Enrique Talledo
La medusa asesina llega al Mediterráneo
• Se trata de la la carabela portuguesa o Physalia physalis
• Las corrientes han arrastrado grandes bancos de esta especie
• Hacía más de diez años que no se la veía tan cerca
Enrique Fueris Palma
Actualizado miércoles 29/04/2009 00:16 horas
Es la más peligrosa del mundo y no estaba tan cerca desde hace 10 años. La "medusa asesina", la carabela portuguesa (Physalia physalis), ha llegado al Mediterráneo. En las últimos días se han realizado avistamientos de grupos de hasta 50 ejemplares cerca de la costa murciana confirmados por el Centro Oceanográfico de Los Alcázares. Según los expertos, esta especie cuya picadura puede resultar mortal habría llegado a nuestra aguas a través del Estrecho de Gibraltar impulsada por las corrientes de aire y no es descartable que en poco tiempo pudiera llegar a acechar las costas baleares.
Así lo afirma el director de Oceana en Europa, Xavier Pastor, quien señala que el cambio climático está alterando las migraciones de muchas especies. Por lo que respecta a la carabela portuguesa, llevaba una década sin aparecer por el Mediterráneo y su presencia en las costas peninsulares podrían presagiar el inicio de una colonización de estas latitudes "al igual que han hecho otras especies invasoras". En ese caso podría constituir un problema, ya que esta especie tiene una merecida fama de mortífera. "Si se asentaran aquí sería un problema porque realmente son muy peligrosas".
Se la cataloga usualmente como la medusa más letal del mundo aunque ni siquiera es correcto calificar a la carabela portuguesa de medusa. Se trata de otro tipo de organismo denominado sifonóforos (Siphonophora), una orden de cnidarios hidrozoos que forman colonias flotantes.
Precisamente éste es uno de los rasgos que más lo aleja de las medusas, ya que a diferencia de éstas, la carabela se desplaza sobre la superficie del agua gracias a una vejiga rellena de gas que semeja una vela de barco y a la que debe su nombre. Su forma de globo azulado esconde unos tentáculos urticantes de hasta 30 metros de longitud que en su contacto con personas pueden producir quemazón, hinchazones y en caso de individuos alérgicos llevar incluso a un paro cardíaco. Su picadura también puede resultar letal en niños y en personas mayores o debilitadas.
"Si finalmente se extienden se convertirán en un problema para todo el sector turístico y para los bañistas autóctonos", advierte Pastor, quien añade que contra este tipo de plagas no cabe otro tipo de actuación que el de la mecánica recogida manual. Según informó tras la detección de los bancos el responsable del Centro Oceanográfico, Ignacio Franco, "entre un 30% y un 50% de la gente a la que afecta la carabela portuguesa puede acabar hospitalizada". Los síntomas se presentan en forma de taquicardias, sudoración, mareos y dificultades respiratorias que pueden desembocar en ataques al corazón en los casos más extremos.
Las causa directa de la aparición en el Mediterráneo de una especie más cómoda en aguas más frías y abiertas son las corrientes de aire, aunque tanto Pastor como Franco señalaron que existen otros factores que han contribuido a su llegada como el cambio climático, la sobrepesca o la abundancia de alimento. Asimismo, su depredador por excelencia, la tortuga boba, no pasa por uno de sus mejores momentos ya que su población se ha visto drásticamente reducida en los últimos años.
La temporada
A pesar de este sorpresivo e indeseado invitado, el director de Oceana considera que no existen motivos para pensar que el verano de 2009 sea más prolífico en presencia de medusas que el anterior. Más bien al contrario, ya que Pastor señala que las abundantes lluvias de este año pueden reducir su llegada. Con las precipitaciones se crea un "cerco" de agua fría y dulcificada que puede mantener a raya a las medusas, más afines del calor y la sal. En todo caso, Pastor subraya que "no existen previsiones oficiales sobre la llegada de medusas de cara a la temporada", y bien pudiera resultar que como en el verano pasado, cuando se anunció la llegada de grandes bancos, sus visitas fueran más bien esporádicas.