- En nombre de la verdad se trata de imponer, a través de las redes sociales, qué es lo que se puede decir y qué es lo que no se puede decir.
- Y la propina: Jesús murió por ti en público, no vivas para Él en privado.
El consenso -o sea la necedad colectivamente aceptada- ya nos habla de que sea el Estado quien elimine de Internet esas noticias presuntamente falsas (es decir, que haga de censor).
Mire usted lo de eliminar las ‘fake news’ no pretende otra cosa que instaurar como norma inapelable lo políticamente correcto como verdad indiscutible… aunque se trate de una grandísima mentira. Y resulta, por ejemplo, que el pensamiento cristiano, por ejemplo, se ha vuelto políticamente incorrecto.
Y resulta, verbigracia, que, a lo peor, la cruzada contra las noticias falsas no es otra cosa que una forma de imponer, a través de la redes sociales, qué es lo que se puede decir y qué es lo que no se puede decir.
Por ejemplo, ese nuevo orden mundial (NOM) ha convertido a lo cristiano en lo políticamente ultra un pelín ultra. Si se consigue que todo lo cristiano suene a falsa noticia y a manipulación del pensamiento racional (¡Oh sí!) se puede lograr algo parecido a la extirpación del pensamiento cristiano y, con ello, del cristianismo entero.
Y la propina: Jesús murió por ti en público, no vivas para Él en privado. Sí, porque toda esta lucha contra las noticias falsas tiene algo de puritanismo hipócrita. Por ejemplo, con esta línea de actuación, que les sonará conocida: se puede hablar de todo en cualquier sitio, menos de Cristo. Hablar sin tapujos de Jesús de Nazaret es puro sectarismo, cuando no delito de odio. Tu fe debe quedar reducida a tu conciencia, olvidando que los cristianos no somos los que creemos en Cristo sino lo que amamos a Cristo.
Eulogio López
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