15 de diciembre de 2017
El bloque de la Constitución roza el triunfo en Cataluña
El bloque de la Constitución roza el triunfo en
Cataluña
Los
constitucionalistas ganan en votos y se quedan a entre uno y dos escaños de los
independentistas
Barcelona 15 DIC 2017 - 06:25 BRST
Ciudadanos afronta la recta final de la campaña electoral catalana como
principal dique de contención del independentismo y se acerca a las elecciones del 21 de diciembre en condiciones de ganar
tanto en número votos como en escaños. El panorama electoral catalán dibuja,
por primera vez, un bloque de partidos constitucionalistas que supera en votos
(44,9%) a las formaciones independentistas (43,8%). Los secesionistas, sin
embargo, suman más escaños, aunque ni un bloque ni el otro alcanza la mayoría
absoluta. Los comunes, el partido de Xavier Domènech y la alcaldesa de
Barcelona, Ada Colau, refuerzan su papel como árbitro de la situación; todo
ello en un escenario marcado por un nivel récord de participación, que
alcanzará entre el 81 y el 82%.
A medida que se acercan las elecciones del 21-D se observa con mayor
claridad que será necesaria una suma de hasta cuatro partidos para
fraguar un bloque que sume 68 diputados, la cifra que fija el umbral de la
mayoría absoluta en el Parlamento de Cataluña.
El sondeo de Metroscopia para EL PAÍS, otorga la victoria a Ciudadanos
con el 25,2% de los votos y entre 35 o 36 escaños, diez más que en la actual
legislatura. La formación de Inés Arrimadas capitaliza de esta forma la mayor
parte del voto de protesta por cinco años de proceso independentista que ha
acabado con la autonomía intervenida, el expresidente Carles Puigdemont huido
en Bruselas y buena parte de sus exconsejeros en prisión preventiva.
Esquerra Republicana llega a la recta final con signos de flaqueza
interna y en segunda posición. Encabeza el voto independentista por primera vez
en unas elecciones autonómicas pero se queda lejos de las expectativas que
tenía hace apenas seis meses. El partido de Oriol Junqueras y Marta Rovira suma
el 23,1% de los votos y 33 escaños.
El
presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. Vídeo: recta final de la
campaña en Cataluña. R.
PAREGGIANI EFE | ATLAS
El PDeCAT, los antiguos socios de los republicanos en la coalición Junts
pel Sí y que hoy se presentan bajo la marca Junts per Cataluña, llega
desfondado a la cita electoral. La lista de Carles Puigdemont frena su
remontada y se queda con 22 diputados y el 14,3% de los sufragios. De esta
manera, Esquerra Republicana se hace con buena parte del legado electoral de
Junts pel Sí y Puigdemont no consigue rentabilizar electoralmente su estrategia
de fuga a la capital belga.
Los socialistas quedan en cuarta posición, abandonan la caída de los
últimos años y remontan hasta conseguir 20 escaños, cuatro más de los que
tienen en la actualidad. La remontada, que les permite recolectar el 14,3% de
los votos, no les permite, sin embargo, liderar el bloque contrario a la
independencia, que queda holgadamente en manos de Ciudadanos.
Cataluña en Comú, referente de Podemos en Cataluña, se mantiene como
quinta fuerza más votada. Aspira a ejercer de bisagra entre los dos bloques,
pero la existencia de vetos cruzados entre varias formaciones complica mucho la
formación de cualquier mayoría de gobierno. Los comunes de Xavier Domènech y
Ada Colau logran el 9,3% de los votos subiendo ligeramente respecto a los
comicios de 2015 y manteniendo sus 11 escaños.
En la cola de los partidos más votados quedan, por este orden, la CUP y
el Partido Popular. Los antisistema que han condicionado la legislatura
catalana y la han abocado a la vía independentista unilateral seguirían
conservando el 6,4% de los votos y ocho de los diez diputados que consiguieron
en 2015. En el caso del PP, cae hasta la última posición tras ceder espacio
político a Ciudadanos. Los de Mariano Rajoy y Xavier García Albiol se quedan
con el 5,4% de los votos y solo conservan entre cinco y seis de los 11 escaños
que lograron en 2015, que ya fue su peor resultado de la historia en Cataluña.
Con estos resultados Cataluña se enfrenta a una situación de muy difícil gobernabilidad. Si se mantiene la
actual dinámica de bloques entre independentistas y constitucionalistas, ni uno
ni otro podrán gobernar. Los independentistas consiguen 63 diputados, cinco
menos de los necesarios para alcanzar la mayoría absoluta. Los
constitucionalistas se quedan con 61. Tanto en un caso como en el otro
necesitarían un cuarto partido, Catalunya en Comú, que insiste en que no piensa
apoyar ni un Gobierno que siga defendiendo la independencia unilateral ni uno
con el PP o Ciudadanos.
Ante esta situación comienzan a oírse voces en Cataluña que alertan de
la posibilidad de un bloqueo y de que tengan que repetirse las elecciones. Los
partidos están combatiendo estos mensajes con las llamadas de última hora al “voto
útil” y a aquellas personas que no suelen ir a votar en unas elecciones
autonómicas. Estos mensajes parten del supuesto que los independentistas ya
acudieron masivamente a votar en 2015 y elevaron la participación hasta el 75%.
Todo o casi todo lo que pase de este nivel de participación sería pues voto de
los constitucionalistas que, en aquel momento se abstuvieron en mayor número.
Participación
récord
El sondeo de Metroscopia estima una participación de entre el 81% y el
82%, que sería la más elevada de todas las elecciones (autonómicas o generales)
celebradas en Cataluña en la actual democracia. Superaría incluso el 80,8%
registrado en las elecciones generales de 1982. Este dato pone de manifiesto la
intensa movilización actual de la ciudadanía catalana. Los partidos constitucionalistas constataron la creciente movilización de
sus simpatizantesespecialmente a raíz de las multitudinarias manifestaciones
contra la independencia que se celebraron en Barcelona en octubre. Entienden
estas formaciones que aquellas manifestaciones sirvieron para romper el
silencio de la parte de la sociedad no independentista. La batalla ahora de
Ciudadanos, el PSC y el Partido Popular es disputarse ese segmento de voto.
El constitucionalismo también ha detectado que se expande el ámbito
geográfico que les es propicio. Ya no solo la ciudad de Barcelona y su
conurbación se decantan mayoritariamente por partidos no independentistas. Las
provincias menos pobladas, sobrerrepresentadas a la hora de atribuir los
escaños, también registran un auge de Ciudadanos. En Girona, donde el partido
de Inés Arrimadas solo logró dos diputados en 2015 ahora puede alcanzar los
cuatro. En Tarragona pasaría de cuatro a seis. E incluso Lleida, feudo
histórico de los convergentes, experimentaría un aumento del voto a Ciudadanos.
El PP es quien más perjudicado sale de este incremento, pero también los
partidos independentistas.
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