8 de diciembre de 2017
La fábrica de bulos del eurodiputado Tremosa
La
fábrica de bulos del eurodiputado Tremosa
Uno de los hombres clave del engranaje de
Puigdemont en Bruselas acumula un amplio historial de tergiversaciones e
iniciativas estrafalarias
El
eurodiputado Ramon Tremosa en el Parlamento Europeo, este lunes. DELMI ÁLVAREZ
Llevó a las instituciones europeas un
pisotón de Pepe a Messi. Repartió informes vinculando al eurodiputado de
Ciudadanos Javier Nart con el terrorismo para impedir la entrada de su partido
en el grupo liberal europeo —sin conseguirlo—. Utilizó un selfie con un ex primer ministro belga para agradecerle su apoyo al procés y fue desautorizado por este. Publicó
en redes sociales una falsa portada de la revista Time haciéndola pasar por verdadera, un
montaje en el que la imagen original de protestas en Hong Kong aparecía
cambiada por manifestaciones proconsulta en la Plaza Sant Jaume de Barcelona.
Compartió supuestas fotografías de una marcha en repulsa a la aplicación del
artículo 155 cuando en realidad pertenecían a una celebración del Athletic de
Bilbao. Aseguró que Cataluña seguiría en la Unión Europea en caso de
independencia y difunde que la separación es la única forma de garantizar las
pensiones de los catalanes. Y la guinda: aventuró que el Brexit sería para Reino Unido un win-win.
El dueño de ese historial también es o ha
sido otras muchas cosas. Escritor de ensayos. Objetor de conciencia. Profesor
universitario. Lector incansable. Amante de la poesía de Màrius Torres. Cantante en una coral. Nadador de fin de semana —de jueves a
domingo regresa a Barcelona—. Seguidor acérrimo del Barça —un cuadro del Camp
Nou decora el pasillo junto a su despacho—. Padre de tres hijos. Azote de
Google y devorador incondicional del Financial
Times. Se llama
Ramon Tremosa, tiene 52 años, es eurodiputado del PDeCAT desde 2009 —entonces
CDC—, y es considerado una pieza clave del engranaje logístico que ha marcado
la llegada de Carles Puigdemont y los exconsejeros a Bélgica.
Tremosa, que ha rechazado atender a este
diario para este perfil, ha personificado en los últimos tiempos el amarillismo
y la carencia de matices, en una dialéctica a menudo más propia de un
Barça-Madrid que de las principales agendas de Bruselas. "Es como Dr.
Jekyll y Mr. Hyde. Todo el rigor que demuestra en temas económicos lo olvida
cuando se trata del procés", relata un europarlamentario. Esa
dualidad es una característica muy repetida por los que hablan de él: "Es
un hombre técnicamente bien preparado, con formación académica y económica, por
lo que cada una de sus mentiras tiene una responsabilidad mayor porque tienen
credibilidad", apunta Ignasi Guardans, su predecesor como representante de
CiU en la Eurocámara.
Saber la hora aproximada a la que se
levanta y se acuesta Ramon Tremosa es fácil. Suele coincidir con el primer y el
último tuit del día en la cuenta que él mismo gestiona. Adivinar el contenido
de sus publicaciones tampoco exige titulación. Solo aparece un monstruo:
España. Y un milagro: la independencia. "Como eurodiputado no solo se ha
dedicado a defender su concepción de Cataluña, sino que su causa ha consistido
en dañar la reputación de España", asegura Guardans.
La
red social es su principal medio de expresión. El coordinador de Economía de
los liberales europeos es el eurodiputado español con más seguidores —más de
84.000—. Desde que abrió la cuenta hace más de siete años, ha escrito o
compartido una media de 12 mensajes diarios; muchos más en su última etapa. El
púlpito tuitero, con esa querencia por buenos y malos, le ha servido para
acusar a un árbitro de aplicar el 155 al Barcelona por no ver un gol legal de
Messi o mostrar su denuncia ante la Comisión Europea de la supuesta
"catalanofobia" de Vueling. Poco importa que la investigación aún no
haya aclarado si se expulsó a dos pasajeras por hablar catalán o por provocar un altercado.
También ha aprovechado su visibilidad en
redes para extender la sutilmente llamada posverdad, como cuando su equipo
habla de multa de Bruselas a España por subvencionar el carbón: hay investigación, pero aún no hay sanciones. Son múltiples los ejemplos de la misma
dinámica. En su día señaló un evento de la Eurocámara agendado más de un mes
antes como contraprogramación de última hora a otro de Carles Puigdemont. O culpó
a Ada Colau de las interminables filas en el aeropuerto de El Prat inventando
su participación en un inexistente consejo de administración. "Hay que ser
ruin, o estar muy desesperado, para que un diputado mienta de esta
manera", respondió la alcaldesa de Barcelona, que le acusó de
“trumpismo”. "En el proceso de victimización del independentismo Ramon
Tremosa ha sido un elemento no de fake news, sino de ultra fake
news,
multiplicando falsedades, fotos e informaciones incorrectas", estima
Guardans.
¿Debe
un representante político ser más cuidadoso en la verificación de lo que
publica? La gran pregunta tras repasar su historial es saber cuántas de sus
múltiples afirmaciones falsas eran mentiras integradas en una estrategia
comunicativa y cuántas puros y simples errores. En algunos casos ha borrado
esas publicaciones posteriormente, como cuando escribió sobre la imagen de una
protesta de bomberos contra los recortes el mensaje "Bomberos defendiendo
al pueblo de la policía española", o cuando publicó la de una joven que se
encaraba con la policía en Chile bajo el hashtag #CatalanReferendum. Las
rectificaciones llegan siempre sin mensaje de disculpa. Y a menudo tras días de
contribuir a propagar los embustes por la red.
Uno
de los bulos más habituales de los que ha sido altavoz en los últimos tiempos
ha sido descartar la exclusión de Cataluña de la UE en caso de independencia.
"Quien no nos dejará marcharnos si nos independizamos son precisamente los
españoles, franceses, alemanes e italianos porque tienen muchas multinacionales
aquí", dijo en una entrevista en un digital catalán el pasado julio. Bruselas ha reiterado lo contrario: la
salida automática del club comunitario está garantizada en caso de ruptura con España. ¿Extendió Tremosa intencionadamente una falsa
ilusión o solo está mal informado? "Me cuesta creer que lo creyera de
verdad. Hay muchos dirigentes políticos en Cataluña que lo pensaban, pero él,
trabajando en Bruselas, es imposible", afirman fuentes parlamentarias.
Más allá de su hiperactividad como
predicador del procés —hay colegas que le conocen con el
sobrenombre de el tío del spam—, el eurodiputado de Podemos Miguel Urbán
lo califica de "neoliberal convencido", y resalta su capacidad de
trabajo. Como buen economista, sustenta su labor en cifras, escrupulosamente
desglosadas en su blog. En ellas se lee que él solo ha formulado más preguntas
a la Comisión Europea que todos los parlamentarios del PP o del PSOE juntos.
Para otros, un rasgo sobresale por encima de todos: la obsesión por su figura pública.
"Ha construido una imagen de influencia y trabajo en Bruselas alejada de
la realidad. Trabaja tanto como la mayoría de diputados. Está pensando más en
trasladar la imagen de que trabaja que en trabajar. Hacer preguntas es sencillo
si tienes becarios o personal para formularlas", asegura un miembro del
Parlamento que prefiere permanecer en el anonimato.
La influencia es un valor más difícilmente
cuantificable, pero el ránking del semanario Politico le deja bien situado: ocupa el puesto
32 de los 751 eurodiputados que se sientan en la Cámara, el tercer español solo
por detrás de los populares Pilar del Castillo —décima—, y Esteban González
Pons —vigésimo primero—. Entre sus mayores logros, Tremosa suele citar la
aprobación del Corredor Mediterráneo o las investigaciones a Google por
incumplir las reglas de Competencia. "El tema de Google es mucho más
trabajo suyo. Lo ha tenido que pelear, no se lo ha encontrado. No le ha venido
el debate de agenda. Hay un trabajo al que le ha puesto muchas horas",
destaca un eurodiputado.
Mientras sobresale en dosieres más
relacionados con su formación económica, sus resultados palidecen en otros
ámbitos. "Tiene olfato político para elegir temas mediáticos, pero hace
mucha política al peso. Para las estadísticas que le importan tanto. Se hace
fotos con comisarios para visualizar una supuesta influencia política que no se
ha probado en el tema catalán, donde no ha logrado ningún apoyo internacional,
ni en su familia política, donde no impidió la entrada de Ciudadanos y
UPyD", estiman las mismas fuentes.
·
Un ex primer ministro belga pide a un eurodiputado catalán que no use
un selfie con fines políticos
Rompiendo con el recorrido habitual desde
una concejalía hacia puestos de mayor lustre, Tremosa viajó directamente al
escaño bruselense. Entró en política gracias a una suerte de referéndum oral
individual. "¿Qué votarías si hubiera una consulta independentista?",
preguntó Artur Mas a su antecesor en Bruselas, Ignasi Guardans. "No",
respondió este. "Quizá te has equivocado de partido", cerró el expresident. Pocos meses después, CiU lo elegía nuevo
cabeza de lista para las elecciones europeas: ese fue el fin del catalanismo
moderado de Guardans y el comienzo de la era soberanista de Tremosa. Era 2009 y
el profesor de Teoría Económica dejaba las aulas de la Universidad de Barcelona
por un asiento en la Eurocámara.
Su nombramiento hizo frotarse las manos a
ERC y agachar la cabeza a Unió. En su pasado, dos hitos hablan de su
incompatibilidad con la antigua tradición de diálogo de CiU: 17 años de
militancia en CDC interrumpidos por su desacuerdo con un pacto de gobierno con
el PP. Y un rechazo frontal, desde el colectivo Economistas
por el no, al
Estatuto de Autonomía que sí aceptaron Mas y la plana mayor nacionalista.
Coherente con su deseo de independencia, la aplicó entonces incluso a sí mismo.
Pese a sus casi dos décadas de bagaje en las filas del pujolismo, fue
presentado como un candidato independiente recién salido del horno académico.
Pronto saldría a la luz que el fichaje independiente de CDC era en realidad un
militante de toda la vida.
Desde entonces, la deriva emprendida por el
PDeCAT y sus múltiples marcas de una postura pactista hasta la ruptura es bien
conocida. De momento, a Tremosa, a diferencia de lo que le sucedió a Guardans,
nadie le ha dicho que se ha equivocado de partido en la nueva formación construida a imagen y semejanza de Puigdemont. Ni siquiera cuando preguntó a Bruselas
sobre el pisotón de Pepe a Messi, un foro a todas luces inadecuado para tratar
la cuestión. "¿Cree la Comisión que estos hechos tan
graves, vistos por millones de personas, incluidos niños, deben quedar
impunes?", espetó. Muy al contrario. Para bien o para mal, cuando el
PDeCAT se mira al espejo, años de cirugía ideológica han dejado una efigie cuyo
reflejo tiene hoy, más que nunca, el aspecto de Ramon Tremosa.
Etiquetas:
21-D,
Bulos,
Cataluña,
Desinformacíón,
Eurocámara,
Procés
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario