- El periodista relató la situación que viven los cristianos en Irak y en Siria, que sufrieron persecuciones y el exilio con la entrada del Estado Islámico.
- Asimismo, se mostró crítico con el papel jugado por las potencias occidentales en ambos países y en Libia, debilitando a “dictaduras laicas” que frenaban el avance del islamismo fundamentalista.
- Por el contrario, denuncia que “nadie pone un pie en contra de Catar o Arabia Saudí. Este último país actúa igual que el Estado Islámico, con persecuciones y castigos corporales, pero lo hacen con el amparo de la Ley”.
- “Hoy en día se habla de que el islam es una religión de paz, pero esto no soporta un mínimo análisis histórico, ni sobre la vida de su profeta ni analizando sus textos sagrados. Existe una vinculación directa entre el islam y situaciones de violencia y persecución”, añadió.
“Hoy en día se habla de que el
islam es una religión de paz, pero esto no soporta un mínimo análisis histórico, ni sobre la vida de su profeta ni analizando sus textos sagrados. Existe una vinculación directa entre el islam y situaciones de violencia y persecución”. Así de claro y de políticamente incorrecto se expresó el
periodista catalán Jaume Vives, que participó en el II Ciclo de Charlas de Formación que organiza en el centro parroquial cangués el cura Severo Lobato, recoge
El Faro de Vigo.
El periodista, que se declara católico, recorrió Irak y visitó a refugiados sirios en el Líbano para comprobar in situ las persecuciones que el Estado Islámico realizó contra cristianos. “Necesitaba comprobarlo por mí mismo. Hace tres o cuatro años empecé a leer en medios pequeños que había asesinatos y persecuciones a cristianos solo por su religión. Me costaba creerlo y pensaba que eran exageraciones, aunque fuesen de buena fe”, relató para explicar el inicio de sus trabajos de campo que desembocaron en ensayos periodísticos y en el documental Guardianes de la Fe.
Narró sus experiencias alejado de la actual corrección política, hasta el punto de mostrar dureza contra el islam pero también contra el papel de los países occidentales en las guerras de Siria, Irak y Libia.
“Estuve en Irak en 2015 y regresé este verano. Me encontré algo mucho más duro de lo que me esperaba. Estuve también en el Líbano hablando con refugiados de la guerra de Siria. Percibí cosas muy diferentes de lo que se puede leer en la prensa generalista”, explicó, para aludir entre algunos de estos aspectos la visión que en Occidente se da de Bashar al-Ásad.
“A Al-Ásad en Occidente lo vemos como un tirano y se nos presenta lo que ocurre en Siria como una Guerra Civil, cuando la realidad es que cientos de miles de personas salieron a la calle para defenderle”, relata.
Calificó el papel de Occidente como “lamentable” en las guerras abiertas en países árabes que supusieron el avance de grupos islamistas radicales como el propio Estado Islámico. “De repente, Husein, Gadafi y Al-Ásad pasaron a ser las tres personas más peligrosas del mundo. No son santos, pero tampoco los demonios que nos quieren hacer pensar. Curiosamente dirigían los tres países con más libertad religiosa de toda la región. Eran dictaduras, pero laicas. Con su caída o debilitamiento comenzaron las persecuciones a los cristianos“, defendió.
Aprovechó también para criticar que, por el contrario, “nadie pone un pie en contra de Catar o Arabia Saudí. Este último país actúa igual que el Estado Islámico, con persecuciones y castigos corporales, pero lo hacen con el amparo de la Ley”.
Señala que si bien en Siria antes de la guerra existía una mayor convivencia entre los distintos grupos religiosos, en Irak la tensión siempre fue una realidad. “En el Irak de Sadam solo la Ley protegía a los cristianos. Desde que Estados Unidos metió sus zarpas en el país y derrocó al régimen, hace ya una década, hasta 1,5 millones de cristianos se fueron de Irak o fueron asesinados”.
Recorrió ciudades de Irak tan simbólicas como Mosul. “El 10 de junio de 2014 huyeron de esa ciudad 100.000 cristianos. Hoy no viven cristianos allí ni se les espera. En otras ciudades del norte de Irak en donde eran mayoría están empezando a regresar y a rehabilitar sus casas y reabrir negocios. En Mosul eso no pasará porque los huidos recuerdan que fueron sus propios vecinos los que participaron en sus persecuciones cuando llegó el Estado Islámico”, relató ante el asombro de los asistentes a la charla.
Buena parte de estos cristianos que huyeron del terror de Daesh se asentaron en ciudades del Kurdistán iraquí. Jaume Vives matizó en su charla la visión positiva que muchos occidentales tienen de los kurdos, aunque reconoció que “les dejaron tierras en los territorios que controlaban. Los habitantes de los barrios cristianos de ciudades kurdas, además, soportaron una pérdida enorme de la calidad de vida, pues barrios preparados para unos 6.000 habitantes, de repente, tuvieron que recibir a 60.000 refugiados de otras ciudades. Esto implicó muchísima gente durmiendo en las calles o en infraestructuras abandonadas”, relató.
De todas formas considera que el ejército Peshmerga de los kurdos “aspira a ganar la batalla de la imagen hacia el exterior y lo está consiguiendo. Eso les ayudará en sus aspiraciones de construir un estado independiente”.
Más allá del horror de Irak, en su charla, Jaume Vives llamó la atención de los presentes en el hecho de que en Siria, en donde la convivencia interreligiosa estaba más arraigada, todo se rompió con la entrada del Estado Islámico y el levantamiento contra el régimen de otros muchos grupos adscritos al islamismo fundamentalista.
“Los refugiados en Líbano me contaron las circunstancias duras que pasaron, pero la mayoría no albergaban sentimientos de odio ni de venganza, aunque aquí nos cueste entenderlo”. El conferenciante señaló después cómo comenzaron, poco a poco, las persecuciones contra cristianos en Siria. “Eran los mismos vecinos con los que convivían en el día a día. De repente empezaron a pintar e insultar por la calle a los cristianos. En función de su aguante, si seguían en la ciudad llegaban a atacarlos en sus casas. Algunos me contaron como bloquearon la entrada y escaparon por puertas traseras con sus hijos”, relató entre otras situaciones dramáticas.
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