21 de diciembre de 2017
Barcelona, provincia independiente de Cataluña
El independentismo está tensionando tanto a la sociedad catalana que unos 40 empresarios y ciudadanos de Barcelona –la menos soberanista- han constituido la asociación «Barcelona Via Fora» para impulsar la conversión de su provincia en una autonomía uniprovincial y zafarse así del movimiento separatista. La entidad ya ha sido registrada en la Generalitat y sus impulsores han comenzado una campaña de difusión del proyecto y búsqueda de apoyos, para iniciar la recogida de firmas.
A diferencia de una declaración de independencia unilateral, la pretensión de este colectivo es perfectamente legal, ya que el derecho al autonomía de las provincias está previsto en el artículo 2 de la Constitución y desarrollado después en los artículos 143 y 144. Según estos preceptos, «las provincias con entidad regional histórica –como es el caso de Barcelona- podrán acceder a su autogobierno y constituirse en Comunidades Autónomas».
La iniciativa corresponderá a «todas las diputaciones interesadas o al órgano interinsular correspondiente y a las dos terceras partes de los municipios cuya población represente, al menos, la mayoría del censo electoral de cada provincia o isla».
Estos requisitos deberán cumplirse en el plazo de seis meses desde el primer acuerdo adoptado al respecto por alguna de las corporaciones locales interesadas y, una vez que se cumplan estas condiciones, las Cortes Generales, mediante ley orgánica autorizarán la constitución de la nueva comunidad autónoma. Si la iniciativa no prospera, sus promotores tendrán que esperar cinco años para volver a reactivarla.
El independentismo está así a punto de recibir una dosis de su propia medicina, pues este movimiento civil, bajo el lema de Barcelona Via Fora, defiende su separación del resto de Cataluña con los mismos argumentos que el secesionismo reclama la independencia del resto del Estado: económicos e históricos.
«La Generalitat obtiene de Barcelona el 81,5% de sus ingresos pero destina solo el 65,5% de sus gastos. Por tanto el déficit fiscal asciende al 16%. La ciudadanía que reside en el Barcelonés, el Vallés Occidental, el Bajo Llobregat, el Maresme, el Garraf o el Vallés Oriental está pagando más en impuestos a la Generalitat de lo que recibe. Sería un hecho incuestionable; que si Barcelona fuera una Autonomía propia, la calidad de vida de los barceloneses aumentaría notablemente», subraya el movimiento en sus argumentos fundacionales.
«Antes incluso de que empezara a usarse el nombre de Cataluña se entendía no como una suma de condados sino como una “gran Barcelona”» subraya el portavoz de la asociación, Carles Bruguera. «Lo demuestra el hecho de que hasta el siglo XVIII la bandera usada en toda Cataluña era la bandera de Barcelona, como podemos comprobar y fácilmente visible en los mapas de la época. Esta enseña (con la cruz de Sant Jordi y las cuatro barras) tiene más de mil años de antigüedad, mientras que la estelada independentista es una invención reciente», argumenta.
Así, la separación y el acceso al autogobierno es «lo mejor para la ciudad de Barcelona, para su permanencia como una de las capitales más importantes de Europa, su consolidación y expansión de la Marca Barcelona en el mercado europeo y mundial», defienden. «Invocamos nuestro derecho a decidir», reclaman, haciendo uso de uno de los principales lemas del independentismo.
Los promotores de este movimiento creen que en dentro de un mes comenzarán a recoger firmas en la calle, ya que la deriva de la Generalitat está sembrando en muchos empresarios, ciudadanos y asociaciones el temor real a que Cataluña pueda acabar independizándose de España en un futuro y está movilizando a una parte de la población catalana constitucionalista que, hasta ahora, guardaba silencio para evitar represalias. Desde la próxima semana, todo el que quiera podrá apoyarles.
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