18 de diciembre de 2017

El 42% de los vascos cree que viviría peor en una Euskadi independiente

El 42% de los vascos cree que viviría peor en una Euskadi independiente
Dos de cada tres ciudadanos rechaza replicar el 'procés' catalán, según el Euskobarómetro

EL PAIS - San Sebastián 15 DIC 2017 - 08:08 BRST
Manifestación en Bilbao en apoyo al proceso independentista catalán.
Manifestación en Bilbao en apoyo al proceso independentista catalán. 

La crisis catalana ha desinflado las aspiraciones independentistas de los vascos. Los deseos de ruptura con España siguen siendo minoritarios en Euskadi y el rechazo a esta opción se refuerza ante el riesgo de un posible escenario de salida de la UE y de pérdida de peso en el mercado español. Los vascos se muestran cada vez más satisfechos con el Estatuto de Gernika y no quieren que sus dirigentes reproduzcan un proceso como el de Cataluña. La desafección a la vía secesionista va en aumento: el no a la independencia ganaría por 17 puntos en un hipotético referéndum y un 42% de la población considera que viviría peor en una Euskadi independiente.

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El último Euskobarómetro realizado por sociólogos de la Universidad del País Vasco (UPV) y dado a conocer este viernes, revela que algo menos de un tercio de la ciudadanía vasca (el 30%), siguen manifestando tener deseos grandes de independencia, un porcentaje que se mantiene estable en el último año. Así se expresa la gran mayoría de los votantes de EH Bildu (84%) y en menor medida del PNV (25%). Frente a ellos, el 59% de los encuestados dicen tener pocos (15%) o ningún (44%) deseo de independencia, principalmente entre los votantes de partidos no nacionalistas.

El estudio sociológico realizado mediante 600 entrevistas entre los días 24 de octubre y 12 de noviembre pasados, cuando ya habían pasado los principales hitos del proceso independentista catalán, señala que los vascos verían empeorar sus condiciones de vida en la hipótesis de una Euskadi independiente. Los que piensan que se viviría mejor son un 23%, mientras que una mayoría (el 42%) considera que la situación empeoraría. Esta sensación va en aumento, al crecer 12 puntos desde hace un año.

No obstante, la sociedad vasca es partidaria de convocar un referéndum secesionista en Euskadi. Así lo defiende el 58% de los entrevistados, una proporción que apenas varía desde 2014. Los que están en contra de ejercer el derecho a decidir son un 33% y hay otro 9% que no se pronuncia al respecto. De celebrarse la consulta, el no a la independencia ganaría por 17 puntos. Los contrarios a la ruptura con España alcanzan el 47% (cinco puntos más que hace un año y 13 más que en 2014), mientras que los partidarios del sí retroceden 5 puntos porcentuales en los tres últimos años y quedan por debajo de un tercio de la sociedad vasca (30%). Ahora bien, el grupo de votantes a favor de la independencia se reduciría hasta el 25% en el caso de que esta supusiese una salida de la UE o una pérdida de posiciones en el mercado español, según refleja el Euskobarómetro.

Las opciones sobre la organización territorial se reparten casi por igual entre los defensores del autonomismo, el federalismo y el independentismo, aunque esta última encuesta advierte de que una mayoría cualificada de más de tres cuartas partes de la ciudadanía vasca (77%) sigue mostrándose relativamente satisfecha con el Estatuto, mientras que los insatisfechos no llegan a uno de cada cinco (18%). Un 27% sigue sin querer cambios estatutarios, casi la misma proporción (el 25%) que demanda que se completen las transferencias pendientes y de los que optan por la reforma y la ampliación del autogobierno (27%). Siguen siendo minoritarios (16%) los que prefieren con claridad una ruptura soberanista.

¿Y si hoy se convocara un referéndum estatutario? El Euskobarómetro revela que el sí contaría con la mayoría del censo, un 53%, el mismo porcentaje que obtuvo el Estatuto de Gernika en el referéndum de 1979, con un crecimiento de 23 puntos en los tres últimos años. 

Por el contrario, el voto negativo de hace treinta años (3%) se situaría ahora en el 10%.

Con respecto a la crisis catalana, los vascos evalúan con un suspenso rotundo las actuaciones de las instituciones catalanas y del Gobierno central (un 3,1 sobre 10 para las primeras y un 1,9 para el Estado). Por abrumadora mayoría (el 81%), los vascos consideran que el referéndum celebrado el 1 de octubre no reunía las garantías para ser considerado legal y válido. Del mismo modo, la llamada Declaración Unilateral de Independencia (DUI) aprobada por el Parlament obtiene un rechazo mayoritario de casi dos tercios (64%), frente a un 27% que la apoya, principalmente entre el electorado de EH Bildu (69%)

La fórmula que proponen los vascos para resolver el problema catalán pasa por que se habiliten las reformas legales necesarias para que, con tiempo y respetando los procedimientos previstos, se pueda celebrar un referéndum pactado y plenamente legal sobre la independencia de Cataluña. Esta vía la respaldan casi tres de cada cuatro encuestados (72%), tanto nacionalistas (84%), como no nacionalistas (60%) y en todos los electorados.

Ante la disyuntiva de que en el País Vasco se lleve adelante un proceso como el promovido por el movimiento independentista y las instituciones de Cataluña, los vascos rechazan ampliamente (el 66%) replicar el procés, tanto entre nacionalistas (53%), como no nacionalistas (80%) y en casi todos los electorados (desde el 69% de Elkarrekin Podemos y el 100% de los populares), con la única excepción de EH Bildu (28%).

El último apartado del Euskobarómetro está dedicado a “la trayectoria de ETA y la situación de los presos”, un asunto sobre el que los vascos se reafirman mayoritariamente (76%) en que la banda terrorista es muy o bastante negativa para el País Vasco. Esta opinión la declaran incluso el 40% de los votantes de EH Bildu.


El 45% de los encuestados (un porcentaje creciente, que aumenta 10 puntos en el último semestre) sigue decantándose por el apoyo a que todos los terroristas que se arrepientan y expresen su decisión de abandonar las armas deberían beneficiarse de las medidas de reinserción social. Frente a ellos, son casi uno de cada cuatro (23%) quienes opinan que estas sólo podrían aplicarse a aquellos que no tengan delitos de sangre, mientras que casi otro tanto (un 25%, aunque a la baja) son los que siguen sin estar dispuestos a perdonar y creen que unos y otros deben cumplir íntegramente sus penas.

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