15 de enero de 2011
Día 15/01/2011 - 03.45h
ABC
La Universidad de Barcelona (UB) reconoció ayer en un comunicado —elsegundo que emite desde que saltó la polémica entre estudiantes católicos y laicistas— que ha suspendido la misa central del miércoles a las 14.15 horas «hasta que concluyan unas obras de mejora en los accesos a la capilla» con el fin de garantizar la seguridad de los asistentes.
Según ha podido saber este diario, la universidad estudia instalar una puerta justo en el acceso al pasillo que conduce a la polémica sala, boicoteada por los alumnos «progresistas», para evitar que los alborotadores se coloquen en el suelo impidiendo el acceso a la capilla, como han hecho en numerosas ocasiones.
En su comunicado, la UB recuerda que «siguen celebrándose misas en la capilla» (las menos concurridas, que nunca han sido objeto de los ataques) y reconoce, tal como avanzó ABC en su edición del pasado día 13, que las instituciones firmantes del convenio de 1988 —Universidad de Barcelona y Arzobispado—, que prevé «el uso de espacios de culto en el recinto», se reunieron la semana pasada para buscar una solución al conflicto. En la misiva, el centro asegura que «las instituciones firmantes del convenio se reservan el derecho a modificar el servicio religioso si en algún momento se considera que la seguridad de los asistentes no está suficientemente garantizada».
La Universidad reconoce también que «la repetición de episodios puntuales, como los que tuvieron lugar algunos miércoles del pasado mes de diciembre, podrían sobrepasar las condiciones para las cuales están dimensionadas las infraestructuras». Por este motivo, el centro realiza en este momento obras de mejora.
El centro pide «respeto»
Por último, la UB reclama «respeto para todos los servicios y las actividades que realiza» y que «las formas de expresión de las posiciones críticas sean compatibles con un buen funcionamiento», algo, esto último, que la comunidad católica considera poco probable. «Se tiene que ir a la raíz del problema; de lo contrario no se van a detener los ataques», indicó ayer a ABC la profesora M. B. La comunidad católica lamenta la tibieza de la Universidad y pide más contundencia. «Colocando una puerta no se resuelve nada», indicó a ABC uno de los alumnos afectados por los boicots.
Fuentes del decanato de Economía consultadas por este diario admitieron que «pese a colocarse la puerta de acceso al pasillo, podrían entrar a la capilla todos los estudiantes que muestren previamente su DNI a los agentes de seguridad». «Eso significa que el problema va a seguir pese a las medidas», dijo el alumno.
Por otro lado, la comunidad católica recordó ayer que no es sólo parte afectada sino que la capilla existe en el centro, fruto de una petición que ellos elevaron a la Universidad. «A veces olvidan que nosotros tenemos mucho que decir», indicaron los docentes católicos. Al parecer la Universidad estudia la posibilidad de realizar misas a las 08.00 horas de la mañana (lunes, miércoles y jueves) para esquivar los ataques laicistas. Sin embargo, la comunidad católica descarta la propuesta «porque a esas horas hay clases». «La única hora de celebración posible son las 14.15», asegura M. B. Ni docentes ni estudiantes católicos han recibido ninguna comunicación oficial de la Universidad sobre el cambio de horario de las misas.