24 de enero de 2011
Día 24/01/2011 - 13.50h
ABC
La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, ha comprometido el apoyo del Gobierno español al boliviano de Evo Morales en su campaña para despenalizar el cultivo y masticado de la hoja de coca. El pasado martes, Jiménez aseguró en Madrid a su homólogo boliviano, David Choquehuanca, que «comprende» la postura del Ejecutivo de La Paz y prometió que España «no interpondrá objeción» a las enmiendas que ha presentado Bolivia a la Convención sobre Estupefacientes de la ONU para sacar la hoja de coca de las listas de sustancias rechazadas por la comunidad internacional.
Este tratado del año 1961 tiene por objeto «limitar exclusivamente a usos médicos y científicos la producción, la distribución, la posesión, la utilización y el comercio de drogas». La convención incluye a la hoja de coca dentro de los estupefacientes que deben someterse a fiscalización internacional y su mascado como práctica que debe ser abolida por los alcaloides que contiene esta planta, ingrediente imprescindible para obtener cocaína. El artículo 49 del documento permite de forma excepcional y transitoria su uso en los territorios donde el masticado de hoja de coca sea una actividad tradicional y se especifica que «quedará prohibida dentro de los 25 años siguientes a la entrada en vigor de la Convención». En el caso Boliviano, se inició el cómputo en 1976, año en el que ratifican el tratado.
En 2009, el presidente «indigenista» de Bolivia, Evo Morales, inició unacampaña en la ONU para eliminar la cláusula de los 25 años y desactivar la prohibición. Ahora, si ninguno de los países firmantes de la convención se opone formalmente a la petición boliviana antes del 31 de este mes, el levantamiento de la prohibición saldría adelante. Varios países, entre los que destacan Estados Unidos, Canadá y varios miembros de la UE se oponen a despenalizar la hoja, por lo que fuentes conocedoras del proceso ven probable que se presente alguna objeción antes de que acabe el plazo. En ese caso, el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC) decidirá si se celebra una Conferencia de Estados para negociar la enmienda.
El pasado martes el canciller boliviano, que se encuentra de gira por Europa para defender la tesis de su Gobierno, consiguió el apoyo de España. La ministra de exteriores trasladó a Choquehuanca el compromiso del gobierno español de seguir «procurando el espíritu de consenso» entre Bolivia y otros países, como EE.UU. o Canadá, que se oponen a la despenalización de la hoja de coca. La propia Junta de Fiscalización de Estupefacientes -el organismo cuasi judicial de la ONU, con sede en Viena, que persigue los narcóticos- ha dejado claro que la pretensión boliviana no estaría en línea con las convenciones internacionales.
En España, una fuente de la lucha antidroga expresa su «preocupación» por el riesgo de que el llamado cultivo tradicional derive en un tráfico ilegal de la sustancia. El propio ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dudó el pasado miércoles, ante la pregunta de un periodista sobre la posición de España en la materia: «Eeh.... reconozco que no tengo una posición sobre la materia», afirmó.
Posturas dispares en el resto de Europa
Por su parte, fuentes consultadas en Viena muestran también una gran preocupación frente a un posible aumento de las plantaciones de coca en Bolivia, por el riesgo de que se genere un excedente de producción por encima de los niveles de consumo «tradicional» que alcance el mercado ilegal para convertirse en cocaína. La cancillería boliviana ha asegurado que la reforma de la Convención sobre Estupefacientes no implica aceptar ni promover el libre cultivo de la hoja de coca. «Bolivia seguirá teniendo un compromiso firme e inequívoco con la lucha contra el tráfico de drogas, como siempre lo ha tenido» han comunicado. Según el Informe Mundial sobre las Drogas 2009 de la ONU, Bolivia representa el 19% de los cultivos mundiales de coca del mundo; entre los años 2000 y 2009 aumentaron sus cultivos en un 112% y del total de 30.500 hectáreas de coca que hay en el país sólo 12.000 son legales.
En el resto de Europa no hay una postura común, según el propio Choquehuanca; su percepción es que la propuesta encuentra reacciones dispares en el continente. «Nos han indicado que el día 26 tienen una reunión donde los países europeos van a intercambiar ideas, y no sabemos qué va a salir de esa reunión», expresó el canciller.
Un experto de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en Viena afirma que esta enmienda puede «abrir la caja de pandora de nuevas excepciones en las políticas antidroga», uno de los temores que llevan a EE.UU. a ser muy claros en contra de la medida propuesta, y defendida por España. La Oficina para Asuntos Latinoamericanos de EE.UU. teme que con esta reforma se incremente el uso que el narcotráfico ha hecho de la coca, ya que «la enmienda planteada habría eliminado toda referencia al mascado de coca y hubiera introducido ambigüedad en los límites de control de la hoja de coca».
Las reticencias de EEUU aumentan sobre todo después de que el gobierno boliviano de Evo Morales expulsara a la agencia federal antidroga (DEA) en noviembre de 2008, y que el canciller boliviano haya descartado la posibilidad de volver a colaborar con la agencia.