29 de enero de 2011

La natalidad cae a mínimos por el retraso en la edad de maternidad
La fecundidad baja a 1,38 hijos por mujer y los nacimientos descienden un 3%
CARMEN MORÁN - Madrid - 28/01/2011
EL PAIS


No hay dinero, no hay hijos. Esa es la conclusión de los expertos cuando observan los últimos datos de maternidad ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La caída en un 3,2% de los nacimientos en los primeros seis meses de 2010 respecto al mismo periodo del año anterior así como la pírrica tasa de fecundidad se deben, como esperaban los demógrafos, a la crisis económica. Si bien es verdad que las cohortes de mujeres en edad de procrear son ahora más escasas que hace unos años. Si hay menos mujeres hay menos hijos, pero eso no es lo preocupante, porque se trata solo de una coyuntura que puede cambiar en los próximos años, cuando haya más mujeres en edad de ser madres.
La esperanza de vida al nacer es de 84 para ellas y 78 años para ellos
La diferencia entre los que nacen y los que mueren es cada vez menor
La crisis económica se traduce en pocos niños y reduce los matrimonios
Las cohortes de madres potenciales son menos numerosas ahora
Lo que inquieta es la tasa de fecundidad, es decir, el número medio de hijos por mujer, que ha caído otra vez, hasta 1,38. En 2009 era 1,39 y en 2008 1,46. Y la elevada edad media de maternidad en España, que sigue en aumento, ahora está en 31,1 años, una décima más que en 2009.
Ambos datos guardan una estrecha relación. "Retrasar tanto la maternidad da como resultado siempre un número menor de hijos e incluso se corre el riesgo de no tenerlos, porque a veces esos aplazamientos impiden recuperar la fecundidad, aunque se quiera", explica Margarita Delgado, experta demógrafa del CSIC. En países como Francia o Suecia, donde las mujeres empiezan a tener hijos antes, el promedio es de dos por mujer.
"Además, es fácil inferir que si la edad media de la maternidad se ha elevado es porque ha subido la edad media a la que se tiene el primer hijo. Los primeros nacimientos suponen más de la mitad del total de los niños nacidos en un año", sigue Delgado.
En los seis primeros meses de 2010, el número de nacimientos en España fue de 235.373. Si la crisis es la culpable de la caída de la natalidad, se ha llevado por delante un decenio optimista en el que los partos no dejaron de subir. Hasta 2009.
¿Por qué en España se está retrasando tanto la maternidad? "Hay muchos factores que lo explican: se dedican más años a la formación, encontrar un empleo estable no está siendo fácil para estas mujeres que están ahora en edad de procrear, buscan una estabilidad laboral que tarda también en llegar, el acceso a la vivienda es complicado y las ayudas públicas (guarderías, conciliación laboral) no son adecuadas ni suficientes", lamenta la demógrafa.
Antes de formar una familia los jóvenes suelen independizarse y eso es cuestión de dinero. Los problemas económicos no están ayudando. Ahí está el número de matrimonios, tanto civiles como religiosos, 75.708 en el primer semestre de 2010, un 3,8% menos que en el mismo periodo de 2009. La tasa bruta de nupcialidad se redujo hasta 3,75 por cada 1.000 habitantes, frente a 3,82 del año 2009, destaca el INE. "Y los matrimonios suponen todavía el grueso de las uniones, por encima de las parejas de hecho, aunque estas hayan aumentado", recuerda Delgado. Por cierto, que los matrimonios homosexuales representan un bajo porcentaje del total, el 2,5%, dos tercios de ellos entre hombres.
Volviendo a la natalidad, las madres extranjeras contribuyen a ella en un 20% sobre el total de los nacimientos, aunque sus tasas de fecundidad también han caído en los años de la crisis, de 1,81 hijos por mujer en 2008 a 1,65 entre julio de 2009 y junio de 2010. Estas mujeres suelen acomodar su fecundidad a la española. De hecho, desde 2002 no ha dejado de disminuir su descendencia, pero se había recuperando un poco en 2007 y 2008. "A ellas también les afectan la crisis, y las dificultades de conciliación", dice Delgado.
Estas mujeres inmigrantes, sin embargo, esperan menos años para quedarse embarazadas. La edad media de su maternidad es de 28,5 años, tres antes que las españolas.
La esperanza de vida al nacer, es decir, los años que se espera que viva un niño recién nacido si ningún acontecimiento violento se cruza en su vida, alcanzó en 2009 los 78,55 años en los hombres y los 84,56 en las mujeres, 0,37 y 0,29 años más, respectivamente, que en 2008, destaca el INE. Hasta los primeros meses de 2010 dicha tendencia se mantuvo, alcanzando unos valores de 78,66 años para ellos y de 84,65 para ellas. Además, de acuerdo con las condiciones de mortalidad del periodo que va de julio de 2009 a junio de 2010, una persona que alcance los 65 años esperaría vivir, de media, 18,17 años más, si es hombre, y 22,10 más, si se trata de mujeres.
Aunque el número de nacimientos supera aún al número de defunciones, la diferencia entre ambos da cada vez una cifra más estrecha. Esto, que se conoce como crecimiento vegetativo, suponía 378.499 personas en 1976 mientras que entre julio de 2009 y junio de 2010 esa resta solo da como resultado 102.058 personas. Una población cada vez más envejecida y tan escaso número de nacimientos no pueden dar otro.

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Volviendo a la natalidad, las madres extranjeras contribuyen a ella en un 20% sobre el total de los nacimientos, aunque sus tasas de fecundidad también han caído en los años de la crisis, de 1,81 hijos por mujer en 2008 a 1,65 entre julio de 2009 y junio de 2010. Estas mujeres suelen acomodar su fecundidad a la española. De hecho, desde 2002 no ha dejado de disminuir su descendencia, pero se había recuperando un poco en 2007 y 2008. "A ellas también les afectan la crisis, y las dificultades de conciliación", dice Delgado.
Estas mujeres inmigrantes, sin embargo, esperan menos años para quedarse embarazadas. La edad media de su maternidad es de 28,5 años, tres antes que las españolas.
La esperanza de vida al nacer, es decir, los años que se espera que viva un niño recién nacido si ningún acontecimiento violento se cruza en su vida, alcanzó en 2009 los 78,55 años en los hombres y los 84,56 en las mujeres, 0,37 y 0,29 años más, respectivamente, que en 2008, destaca el INE. Hasta los primeros meses de 2010 dicha tendencia se mantuvo, alcanzando unos valores de 78,66 años para ellos y de 84,65 para ellas. Además, de acuerdo con las condiciones de mortalidad del periodo que va de julio de 2009 a junio de 2010, una persona que alcance los 65 años esperaría vivir, de media, 18,17 años más, si es hombre, y 22,10 más, si se trata de mujeres.
Aunque el número de nacimientos supera aún al número de defunciones, la diferencia entre ambos da cada vez una cifra más estrecha. Esto, que se conoce como crecimiento vegetativo, suponía 378.499 personas en 1976 mientras que entre julio de 2009 y junio de 2010 esa resta solo da como resultado 102.058 personas. Una población cada vez más envejecida y tan escaso número de nacimientos no pueden dar otro.