7 de mayo de 2009
El primer gesto de López para romper con la tradición nacionalista
ABC
El primer gesto de López para romper con la tradición nacionalista
Ibarretxe, durante un homenaje al primer lendakari, José Antonio Aguirre, cuya imagen aparece al fondo / EFE
Envía tu mensaje al lendakari
López se define como el lendakari que estará «día a día frente a ETA»
Ibarretxe, enterrado en sus planes
Sonrisas y lágrimas en Vitoria
Opina: ¿Crees que agotarán la legislatura?
Ibarretxe, el final de la deriva; por Manuel Erice
Editorial ABC: López, no nacionalista y lendakari
López, por Ignacio Camacho
ÉRIKA MONTAÑÉS MADRID
Actualizado Miércoles, 06-05-09 a las 16:57
El nuevo lendakari, Patxi López, ya había anticipado que si era designado presidente del Gobierno vasco, como lo fue ayer con 39 votos a favor, renunciaría a la fórmula adoptada por José Antonio Aguirre y Lecube en 1936 para jurar su cargo. Hoy lo ha vuelto a confirmar.
La historia del juramento, conocido como el «Ante Dios humillado», no sólo evoca una fórmula de fidelidad a la fe católica, sino que ha sido adoptado, uno a uno, como fórmula nacionalista para incorporarse al Palacio de Ajuria Enea. Al ser designado el 7 de febrero de 1978 Ramón Rubial como primero y único lendakari socialista de la historia vasca y rendirse éste también ante las frases legendarias se tendió el puente que conectaba directamente el prefranquismo y la democracia en la tierra vasca.
Desde el 7 de octubre de 1936, cuando Aguirre y Lecube salió de un solemente acto religioso en la Basílica de Begoña en el que juró fidelidad a la fe católica, a las enseñanzas de la Iglesia, a su patria y al partido, para desplazarse hasta el árbol de Guernica, todos y cada uno de los lendakaris han acudido emulando sus pasos al simbólico árbol y, en euskera, han pronunciado:
«Jaungoikuaren aurrean apalik; eusko Lur ganian zutunik; asabearen gomutaz; Gernika'ko zuaizpian; nrer aginduba ondo betetzia zin dagit»
«Ante Dios humillado; de pie sobre la tierra vasca; con el recuerdo de los antepasados; bajo el árbol de Guernica, juro cumplir fielmente mi mandato»
La última vez que ocurrió esto fue con el ya ex mandatario «jeltzale» Juan José Ibarretxe. Fue el 23 de junio de 2005 y, entonces, el dirigente nacido en Llodio reprodujo todos los pasos del ritual para hacerse con su tercer bastón de mando autonómico. En una solemne ceremonia a la que asistieron más de 300 invitados y bajo el árbol de Guernica, Ibarretxe asumió sus responsabilidades para encarar la octava legislatura vasca y lo hizo exactamente como en sus dos juras anteriores. Pronunció el mismo texto que utilizó el primer lendakari nacionalista ante el roble vizcaíno que simboliza las libertades vascas. Este roble es el cuarto de una generación de árboles a cuya sombra se reunínas las primeras Juntas de los señores de Vizcaya ya desde el siglo XIV. A sus pies, se encuentra una urna con una ikurriña (la bandera vasca) en su interior, además de conservar el acta de cuando se plantó el roble, el acta de apeo de su predecesor en ese lugar, una colección de monedas de la Unión Europea y una publicación que conmemora los 25 años de la constitución de las Juntas Generales de Vizcaya.
Se mantendrá la «makila» y el «aurresku», pero no la Biblia o el crucifijoCon el roble como testigo, los lendakaris han llegado siempre a este rincón de leyenda portando siempre la «makila» que les identifica como presidente del Gobierno vasco que echa a andar. La makila es una vara de madera, con un pomo de plata y el escudo de la Comunidad vasca grabado en su empuñadura. Como siempre, concluido el juramento del presidente tiene lugar un «aurresku» de honor y se pasa a asumir el cargo. Ibarretxe lo ha hecho siempre poniendo la mano sobre una Biblia.
Con mucho resentimiento, el senador del PNV, Anasagasti, propone que López diga «ante el PP humillado» para compensar el «arrojo y la burla» de romper con un juramento histórico
Pero mañana Patxi López introducirá variaciones en esta escenificación de la jura del cargo. Primero, acogiéndose al argumento de la laicidad, ha indicado que se eliminará cualquier connotación religiosa porque «es laico» -ha subrayado-, por lo que no habrá ni Biblia ni crucifijo. Además, parece que los socialistas van a encuadrar el acto junto al árbol de Guernica (esto no cambia) con una promesa «que mantenga la traición, que en Euskadi es muy importante» -ha subrayado López en una entrevista concedida esta mañana-, pero con referencias expresas a la Constitución Española, y una «promesa a la sociedad vasca», para rendirles tributo por el guiño al cambio constitucionalista que hicieron con su voto el pasado 1 de marzo.
El «ante el PP humillado» que aconseja un resentido AnasagastiRomper con una tradición que se arrogaron como propia los peneuvistas ha levantado ya más de una ampolla entre los arietes del nacionalismo vasco, como Iñaki Anasagasti que, respondiendo a su locuaz verborrea, escribió en un artículo en el diario de Bilbao «Deia» que los socialistas van a «reconvertir y desfigurar» la tradicional recreación del juramento. «Entiendo que a un gobierno del Partido Socialsita apoyado por el Partido Popular le moleste este juramento. La fórmula tiene 73 años y hay que cambiarla, laicizarla, hacerla irreconocible. Que se note el cambio, como se notará el dichoso cambio en el mapa del tiempo en ETB», dice extremadamente sarcástico el senador del PNV. Y ultima su fina ironía: «Muera el pasado político», así que recomienda con sorna que López no introduzca el dedo en la herida y adopte un juramento «más cercano a la realidad». La propuesta a vuelapluma ideada por Anasagasti para compensar el «antojo y la burla» de cambiar un juramento «histórico» no tiene desperdicio y demuestra el resentimiento que no oculta el PNV desalojado del poder tres décadas después:
«Ante el PP humillado; en pie, pisoteando mis promesas preelectorales, con el recuerdo de que Basagoiti pone y quita lendakaris, bajo la sombra de moción de censura a Zapatero; juro, o prometo, me esforzaré un poquitín en cumplir fielmente lo que me manden desde Génova y Ferraz».
El primer gesto de López para romper con la tradición nacionalista
Ibarretxe, durante un homenaje al primer lendakari, José Antonio Aguirre, cuya imagen aparece al fondo / EFE
Envía tu mensaje al lendakari
López se define como el lendakari que estará «día a día frente a ETA»
Ibarretxe, enterrado en sus planes
Sonrisas y lágrimas en Vitoria
Opina: ¿Crees que agotarán la legislatura?
Ibarretxe, el final de la deriva; por Manuel Erice
Editorial ABC: López, no nacionalista y lendakari
López, por Ignacio Camacho
ÉRIKA MONTAÑÉS MADRID
Actualizado Miércoles, 06-05-09 a las 16:57
El nuevo lendakari, Patxi López, ya había anticipado que si era designado presidente del Gobierno vasco, como lo fue ayer con 39 votos a favor, renunciaría a la fórmula adoptada por José Antonio Aguirre y Lecube en 1936 para jurar su cargo. Hoy lo ha vuelto a confirmar.
La historia del juramento, conocido como el «Ante Dios humillado», no sólo evoca una fórmula de fidelidad a la fe católica, sino que ha sido adoptado, uno a uno, como fórmula nacionalista para incorporarse al Palacio de Ajuria Enea. Al ser designado el 7 de febrero de 1978 Ramón Rubial como primero y único lendakari socialista de la historia vasca y rendirse éste también ante las frases legendarias se tendió el puente que conectaba directamente el prefranquismo y la democracia en la tierra vasca.
Desde el 7 de octubre de 1936, cuando Aguirre y Lecube salió de un solemente acto religioso en la Basílica de Begoña en el que juró fidelidad a la fe católica, a las enseñanzas de la Iglesia, a su patria y al partido, para desplazarse hasta el árbol de Guernica, todos y cada uno de los lendakaris han acudido emulando sus pasos al simbólico árbol y, en euskera, han pronunciado:
«Jaungoikuaren aurrean apalik; eusko Lur ganian zutunik; asabearen gomutaz; Gernika'ko zuaizpian; nrer aginduba ondo betetzia zin dagit»
«Ante Dios humillado; de pie sobre la tierra vasca; con el recuerdo de los antepasados; bajo el árbol de Guernica, juro cumplir fielmente mi mandato»
La última vez que ocurrió esto fue con el ya ex mandatario «jeltzale» Juan José Ibarretxe. Fue el 23 de junio de 2005 y, entonces, el dirigente nacido en Llodio reprodujo todos los pasos del ritual para hacerse con su tercer bastón de mando autonómico. En una solemne ceremonia a la que asistieron más de 300 invitados y bajo el árbol de Guernica, Ibarretxe asumió sus responsabilidades para encarar la octava legislatura vasca y lo hizo exactamente como en sus dos juras anteriores. Pronunció el mismo texto que utilizó el primer lendakari nacionalista ante el roble vizcaíno que simboliza las libertades vascas. Este roble es el cuarto de una generación de árboles a cuya sombra se reunínas las primeras Juntas de los señores de Vizcaya ya desde el siglo XIV. A sus pies, se encuentra una urna con una ikurriña (la bandera vasca) en su interior, además de conservar el acta de cuando se plantó el roble, el acta de apeo de su predecesor en ese lugar, una colección de monedas de la Unión Europea y una publicación que conmemora los 25 años de la constitución de las Juntas Generales de Vizcaya.
Se mantendrá la «makila» y el «aurresku», pero no la Biblia o el crucifijoCon el roble como testigo, los lendakaris han llegado siempre a este rincón de leyenda portando siempre la «makila» que les identifica como presidente del Gobierno vasco que echa a andar. La makila es una vara de madera, con un pomo de plata y el escudo de la Comunidad vasca grabado en su empuñadura. Como siempre, concluido el juramento del presidente tiene lugar un «aurresku» de honor y se pasa a asumir el cargo. Ibarretxe lo ha hecho siempre poniendo la mano sobre una Biblia.
Con mucho resentimiento, el senador del PNV, Anasagasti, propone que López diga «ante el PP humillado» para compensar el «arrojo y la burla» de romper con un juramento histórico
Pero mañana Patxi López introducirá variaciones en esta escenificación de la jura del cargo. Primero, acogiéndose al argumento de la laicidad, ha indicado que se eliminará cualquier connotación religiosa porque «es laico» -ha subrayado-, por lo que no habrá ni Biblia ni crucifijo. Además, parece que los socialistas van a encuadrar el acto junto al árbol de Guernica (esto no cambia) con una promesa «que mantenga la traición, que en Euskadi es muy importante» -ha subrayado López en una entrevista concedida esta mañana-, pero con referencias expresas a la Constitución Española, y una «promesa a la sociedad vasca», para rendirles tributo por el guiño al cambio constitucionalista que hicieron con su voto el pasado 1 de marzo.
El «ante el PP humillado» que aconseja un resentido AnasagastiRomper con una tradición que se arrogaron como propia los peneuvistas ha levantado ya más de una ampolla entre los arietes del nacionalismo vasco, como Iñaki Anasagasti que, respondiendo a su locuaz verborrea, escribió en un artículo en el diario de Bilbao «Deia» que los socialistas van a «reconvertir y desfigurar» la tradicional recreación del juramento. «Entiendo que a un gobierno del Partido Socialsita apoyado por el Partido Popular le moleste este juramento. La fórmula tiene 73 años y hay que cambiarla, laicizarla, hacerla irreconocible. Que se note el cambio, como se notará el dichoso cambio en el mapa del tiempo en ETB», dice extremadamente sarcástico el senador del PNV. Y ultima su fina ironía: «Muera el pasado político», así que recomienda con sorna que López no introduzca el dedo en la herida y adopte un juramento «más cercano a la realidad». La propuesta a vuelapluma ideada por Anasagasti para compensar el «antojo y la burla» de cambiar un juramento «histórico» no tiene desperdicio y demuestra el resentimiento que no oculta el PNV desalojado del poder tres décadas después:
«Ante el PP humillado; en pie, pisoteando mis promesas preelectorales, con el recuerdo de que Basagoiti pone y quita lendakaris, bajo la sombra de moción de censura a Zapatero; juro, o prometo, me esforzaré un poquitín en cumplir fielmente lo que me manden desde Génova y Ferraz».