direccion del video
29 de marzo de 2018
Un Ejército aconfesional por la gracia de Dios
Un Ejército aconfesional por la gracia de Dios
Defensa firma
convenios con el Opus Dei y siete diócesis para reforzar a sus 83 capellanes
castrenses
EL
PAIS - Madrid 29
MAR 2018 - 14:07 BRT
Cospedal
contempla a los legionarios levantando la imagen del Cristo de la Buena Muerte
en Málaga. JON
NAZCA (REUTERS) ATLAS
direccion del video
direccion del video
Como cada año, la bandera española ondea a media asta desde el Jueves Santo al
Domingo de Resurrección en todas las unidades e instalaciones
militares, en señal de duelo por la muerte de Cristo. La decisión,
contradictoria con el carácter aconfesional del Estado y sin parangón en otras
instituciones públicas, la justifica el Ministerio de Defensa aludiendo a “la
tradición secular de los ejércitos”.
Se apoya en una sentencia del Constitucional según la cual, “cuando una
tradición religiosa se encuentra integrada [...] en un determinado colectivo,
no cabe sostener que a través de ella los poderes públicos pretendan transmitir
respaldo a postulados religiosos”. El argumento está traído por los pelos, pues
la sentencia se refiere a un tema bien diferente: la proclamación de la Vírgen
como patrona del Colegio de Abogados de Sevilla.
Pero la bandera a media asta y la participación de militares en más de
200 actos religiosos, la mayoría procesiones, durante esta Semana Santa
(siempre, según Defensa, con carácter voluntario) solo son la muestra más
visible de la --esa sí, secular-- identificación de la cruz y la espada en la
historia de España.
En 1999, una ley declararó a extinguir los Cuerpos Eclesiásticos de los
ejércitos y la Armada, disueltos por la II República y restaurados por Franco
en 1940, el último de cuyos miembros en activo pasó a la reserva en febrero
pasado. Paralelamente, se puso en marcha el Servicio de Asistencia Religiosa de
las Fuerzas Armadas (SARFAS) cuyos capellanes no son legalmente militares,
aunque se “asimilan” tanto, según la terminología legal, que resulta difícil
distinguirlos. Visten uniforme, lucen insignias y ostentan empleos militares
(de capitán a coronel). Su sueldo lo paga el Ministerio de Defensa, aunque
dependen jerárquicamente del arzobispo castrense, quien recibe la
“consideración” de general de división. Como vestigio de otra época, es el
único obispo cuyo nombramiento propone el Rey, a partir de una terna pactada
entre la Nunciatura y el Ministerio de Exteriores.
La presencia del pater, como se les
llama cariñosamente, en los contingentes militares desplazados al exterior se
ha hecho familiar e incluso insustituible, dada la imposibilidad de asistir a
oficios católicos en lugares como Afganistán o Irak. Más discutible es que
militares destinados en Madrid o Sevilla precisen una asistencia religiosa
diferente a la de sus comparroquianos.
El Ministerio de Defensa no es el único que hace suyas las tradiciones
de Semana Santa. El titular de Justicia, Rafael Catalá, llevó el pasado día 16
al Consejo de Ministros cinco indultos a propuesta de las cofradías de Jesús el
Rico (Málaga), Jesús Nazareno (Ponferrada), Cristo del Perdón (León), Ecce Homo
(Gandía) y La Soledad (Granada). Los indultados habían sido condenados a penas
de hasta tres años y medio de prisión por delitos contra la salud pública
(narcotráfico). El portavoz de Compromís en el Senado, Carles Mulet, cree que
dar a las cofardías el privilegio de proponer indultos “nos retrotrae al
nacionalcatolicismo más negro”.
En febrero pasado, el Tribunal Supremo avaló la sentencia de la
Audiencia Nacional que, por tres votos a dos, desestimó el recurso presentado
por dos asociaciones laicas contra la decisión del entonces ministro del
Interior, Jorge Fernández Díaz, de conceder en 2014 la Medalla de Oro del Mérito Policial a la
Virgen del Amor.
Actualmente hay 83 capellanes castrenses en activo, cuatro menos que en
2008, según datos oficiales, aunque esta cifra no incluye a los que están en la
reserva ni a los curas colaboradores.
Tanto en respuesta a una pregunta parlamentaria como a demanda de EL
PAÍS, Defensa ha eludido informar del coste de sus retribuciones. No obstante,
tras consultar al Portal de Transparencia, el diario.es publicó que Defensa
gastó 2,75 millones en 2016 en pagar a los capellanes y 231.000 euros más en el
mantenimiento de la Catedral Castrense (comprada por Defensa en 1979) y otros
templos católicos, además del seminario (donde se forman 14 capellanes).
En enero pasado, el BOE publicó ocho convenios de colaboración entre
Defensa y otras tantas diócesis u órdenes religiosas. Uno de estos convenios,
suscrito por vez primera en 2014 pero no difundido hasta ahora, tiene como
protagonista a la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei.
Esta institución ha contado tradicionalmente con numerosos miembros en
la cúpula de las Fuerzas Armadas e incluso un ministro (Federico Trillo), pero
nunca había formalizado jurídicamente su relación. Según Defensa, el acuerdo es
“consecuencia de la dependencia orgánica del sacerdote que se presta voluntario
[a dar asistencia religiosa] en el área de Colmenar Viejo [Madrid]”. En total,
el “estipendio” derivado de estos convenios suma 26.133 euros anuales.
En cambio, no hay ningún convenio para prestar asistencia religiosa a
los militares musulmanes, judíos o evangélicos, aunque está legalmente previsto
desde hace ya 25 años. Defensa alega que “no se ha recibido ninguna petición”
para incorporar imanes o pastores a los cuarteles.
Etiquetas:
Fuerzas Armadas y de Seguridad,
Religión,
Semana Santa
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario