1 de marzo de 2018
Todos los cónsules en Barcelona se solidarizan con su colega de Finlandia
Todos los cónsules en Barcelona se solidarizan con
su colega de Finlandia
Los 94
representantes internacionales respaldan al representante finlandés, cesado a
petición del Gobierno por supuesta cercanía al independentismo
EL
PAIS - Madrid 1 MAR 2018 - 09:34 BRT
Roger
Torrent, este lunes con el excónsul honorario de Finlandia, Albert Ginjaume. EUROPA PRESS
El Gobierno de Finlandia informó el martes, a
través de un comunicado volcado en la
página web de su embajada en Madrid, sobre que había decidido
cesar a su cónsul general honorario en Barcelona, Albert Ginjaume Egido, a
partir de este primero de marzo "a petición del gobierno español". En
el mismo texto se indicaba que el Gobierno español consideraba que ese cónsul
había "ejercido actividades inadecuadas" para su función
"relacionadas con la situación política que vive Cataluña en la
actualidad". El cónsul afectado denunció este miércoles a EL PAÍS que
desconoce las razones verdaderas de su cese, lamentó que nadie, ni su
embajadora ni el Ministerio de Exteriores, se las hayan explicado y las
atribuyó a un "aviso a navegantes" para que tomen nota los demás
representantes y diplomáticos internacionales destinados en España. El cónsul
cesado niega ser independentista y ha sido respaldado por escrito por la decana
y la ejecutiva de los 94 cónsules ubicados en Barcelona. Es el cuarto cónsul en
Barcelona cesado por el rechazo del ejecutivo español.
El comunicado de la embajada de Finlandia aclara
que el trabajo de los cónsules honorarios está legislado por la Convención de
Viena y precisa que ejercen su cargo bajo una autorización (exequatur) otorgada
por el país receptor. En esa línea señala que "sin la aprobación del país
receptor el cónsul honorario no tiene condiciones de seguir en el cargo" y
que "es imprescindible que el cónsul honorario disfrute de la confianza
del país receptor". El texto hace todas esas aclaraciones para subrayar
que hasta ahora Albert Ginjaume había realizado su trabajo "de forma
ejemplar durante los diecinueve años que ha ejercido funciones de vicecónsul
honorario (10 años) y después de cónsul general honorario (nueve) de Finlandia
en Barcelona".
La embajadora de Finlandia en Madrid,Tiina
Jortikka-Laitinen, está estos días de viaje fuera de España y no regresará
hasta la semana que viene. Pero el número dos y encargado de negocios de la
embajada ratificó a EL PAÍS que hasta ahora no habían tenido queja en la labor
de Ginjaume y que siempre había desarrollado "sus actividades muy bien y
de forma ejemplar". La única explicación que los responsables del
departamento de asuntos europeos y de protocolo del Ministerio de Asuntos
Exteriores español les dieron fue que su malestar hacia Ginjaume no se habían
originado por una causa concreta "sino por un comportamiento durante un
tiempo prolongado".
Pero el propio Albert Ginjaume y el comité
ejecutivo del Cuerpo Consular en Barcelona, que forman 10 miembros que
representan a los 94 cónsules reconocidos en la ciudad, sí tienen una
explicación muy concreta sobre el detonante de esta crisis. Ginjaume es además
el secretario de ese organismo, que se creó para regular y organizar las
actividades institucionales y representativas de ese colectivo.
Desde hace años ese comité ejecutivo de los
cónsules catalanes es el que se reúne y entre otros actos programa una comida
al mes con personalidades diferentes de la vida política, económica, social,
cultural y deportiva catalana. La prevista para el mes de enero era con el
presidente de las Cámaras de Comercio de España, el empresario del cava José
Luis Bonet, uno de los más firmes aliados del Gobierno central de Mariano Rajoy
frente al desafío independentista. La cita con Bonet al final se frustró por un
problema de agenda y se fijó otro almuerzo para el 1 de febrero con la
presidenta de la Diputación y alcaldesa de Sant Cugat del Vallès, Mercè Conesa,
del PdeCat.
Una semana antes de esa comida con Conesa llamaron
desde la Embajada de Finlandia en Madrid a su cónsul en Barcelona, que había
enviado la carta de invitación como secretario del Cuerpo Consular, y le
alertaron de que en el Ministerio de Exteriores español no gustaba nada esa
iniciativa con una dirigente independentista. El cónsul explicó directamente a
su embajadora en Madrid que la idea no era suya particular sino del colectivo y
añadió que a ese tipo de eventos había acudido hacía poco también la alcaldesa
de Hospitalet, la socialista Núria Marín.
El almuerzo se celebró y tras el mismo su
embajadora volvió a llamarle para trasladarle otra recriminación del
departamento español de Exteriores. El cónsul Ginjaume pidió la oportunidad de
dar sus razones al Ministerio y al delegado del Gobierno en Cataluña, Enric
Millo, pero se rechazó esa idea porque se consideró que la interlocución debía
efectuarse únicamente con la Embajada. A los pocos días la embajadora le
comunicó verbalmente su cese, que este miércoles aún le había llegado
formalmente.
El excónsul de Finlandia interpreta que ha sido
cesado por presiones del Gobierno español, que le acusa de mantener posiciones
políticas próximas al independentismo catalán. Ginjaume lo niega. Asegura que nunca
se ha manifestado en ese sentido aunque sí ha conversado con Millo sobre que
“la solución al conflicto catalán no puede provenir de actuaciones judiciales
sino en algún grado de cesiones políticas porque ahora esta sociedad está
dividida al 50%”.
Albert Ginjaume se siente estos días desconcertado
pero dice que también respaldado por la mayoría de sus compañeros en Cataluña.
Argumenta que le animan en privado pero que no hablan en público por miedo a
que les quiten sus cargos. Los que sí se han expresado y por escrito han sido
la decana de la Asociación Consular en Barcelona, la embajadora de Perú, Franca
Lorella Deza, para alabar ante la embajadora de Finlandia la actuación
“correcta, responsable, seria, eficiente, serena y ecuánime” y siempre como secretario
de ese colectivo del cónsul Ginjaume.
Lau Andersen, cónsul honorario de Dinamarca y
responsable de relaciones institucionales de ese Cuerpo Consular en Barcelona,
le escribió otra misiva a la embajadora de Finlandia en la que, además de
ensalzar a Ginjaume, aprovechó para reafirmar que todas sus gestiones no se
habían realizado a título particular sino en nombre del colectivo. Y ahí
detalla que además de a la presidenta de la Diputación se ha invitado a esas
comidas a otras alcaldesas, al delegado del Gobierno, al responsable de la Casa
Asia, a dirigentes del Fútbol Club Barcelona, del Comité Olímpico o de la
patronal empresarial.
Aunque el Ministerio de Asuntos Exteriores no
facilita más explicaciones oficialmente, a Ginjaume se le reprocha que promoviera
la entrega de una placa de recuerdo de su estancia en Barcelona del anterior
cónsul honorario de Filipinas, Jordi Puig, que fue cesado tras ser visto en una
manifestación en Barcelona junto a banderas separatistas y una pancarta con el
lema “Keep calm”. La ejecutiva del Cuerpo Consular aprobó darle esa placa
porque se entendió que acudió a ese acto en un homenaje a los atentados del
pasado verano en Cataluña y no a favor de la independencia. El Gobierno logró
también el cese como cónsules honorarios de Letonia de Xavier Vinyals, por
poner una bandera estelada en la fachada de su piso, y del exfutbolista del
Barça Hristo Stoichkov, representante honorífico de Bulgaria, que tildó en
septiembre pasado a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, de franquis
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