Toda esta estrategia de contraataque del Ministerio de Exteriores se ha precipitado en los últimos días tras comprobar con inquietud y “enorme preocupación la manipulación que el proceso independentista ha intentado a través de sectores políticos locales y nacionalistas sobre el cuerpo consular sito en Cataluña o con sede en Barcelona”, según fuentes gubernamentales.
4 de marzo de 2018
Exteriores cita a los embajadores para instruirlos contra el ‘procés’
Exteriores cita a los embajadores para instruirlos
contra el ‘procés’
El Ministerio reúne
de urgencia a los diplomáticos internacionales destinados en España para
alertarles ante los intentos de manipulación de los independentistas
Corresponsal político de EL PAÍS
EL
PAIS - Madrid 3 MAR 2018 - 17:41 BRT
La
subsecretaria del Ministerio de Asuntos Exteriores, Beatriz Larrotcha, ha
citado de urgencia en apenas una semana a todos los cónsules de carrera
destinados en Barcelona y a medio centenar de embajadores en Madrid para
instruirles “contra las manipulaciones” del proceso independentista. Exteriores
no ha ocultado en esos encuentros su “enorme preocupación” por el
comportamiento de algunos representantes internacionales y, de hecho, ya ha
forzado el cese de cuatro de ellos. A partir de ahora habrá un diplomático de
enlace que hará de interlocutor directo sobre Cataluña con todas las embajadas.
Roger
Torrent, este lunes con el excónsul honorario de Finlandia, Albert Ginjaume. EUROPA PRESS
La primera reunión masiva de los responsables de
Exteriores con los diplomáticos internacionales fue a finales de octubre,
apenas diez días después de la aprobación del artículo 155 por el que se
intervino la Generalitat de Cataluña. La segunda se celebró el jueves 22 de
febrero con unos 40 cónsules de carrera (diplomáticos oficiales y no
honorarios) en Barcelona y este miércoles pasado, en la Escuela Diplomática,
con medio centenar de embajadores acreditados en Madrid. Oficialmente se trató
de un encuentro informativo para exponer el balance de la aplicación del
artículo 155. Y también se les expuso el estado de la situación tras el cierre
de las 11 embajadas catalanas en el
extranjero y del Diplocat, el pretendido servicio de acción exterior puesto en
marcha por la Generalitat de forma autónoma.
Uno de los diplomáticos presentes explicó a EL
PAÍS, sin embargo, que el objetivo de la cita fue “contrarrestar toda la
manipulación mediática relacionada con el proceso independentista en Cataluña”.
La charla ofrecida a los embajadores, que duró unos 60 minutos, estuvo
encabezada por la subsecretaria, que acudió acompañada de un alto cargo de la
Presidencia del Gobierno. En esa convocatoria no se ofreció ningún papel o
argumentario ni hubo preguntas.
Otro de los diplomáticos que asistieron concluyó
que lo que Exteriores intentó fue darles un capítulo con instrucciones sobre
cómo debería ser su comportamiento como representantes de un país extranjero en
España, incluso con recomendaciones de que no se reúnan con dirigentes
independentistas.
Un consejero extranjero destacó otra conclusión de
la cita: Exteriores ha puesto a disposición de las embajadas extranjeras un
diplomático de enlace que hará de interlocutor directo para aclarar todo tipo
de dudas que se planteen en su trabajo diario relacionadas con Cataluña.
Toda esta estrategia de contraataque del Ministerio de Exteriores se ha precipitado en los últimos días tras comprobar con inquietud y “enorme preocupación la manipulación que el proceso independentista ha intentado a través de sectores políticos locales y nacionalistas sobre el cuerpo consular sito en Cataluña o con sede en Barcelona”, según fuentes gubernamentales.
Toda esta estrategia de contraataque del Ministerio de Exteriores se ha precipitado en los últimos días tras comprobar con inquietud y “enorme preocupación la manipulación que el proceso independentista ha intentado a través de sectores políticos locales y nacionalistas sobre el cuerpo consular sito en Cataluña o con sede en Barcelona”, según fuentes gubernamentales.
En Exteriores diferencian claramente entre esos
cónsules de carrera (entre 39 y 42) y los denominados cónsules honorarios (45),
a los que se considera más propicios a simpatizar con el movimiento
independentista. Esa es la razón por la cual la subsecretaria acudió la semana
pasada a Barcelona para reunirse con los cónsules de carrera, darles
instrucciones, prestarles apoyo ante la presión “insoportable” que se considera
que están sufriendo y escuchar sus percepciones de manera directa.
Cuatro cónsules cesados
El Gobierno ha forzado el cese en el último año de
cuatro cónsules honorarios (Finlandia, Filipinas, Letonia y Bulgaria) por
comportamientos que se consideraron inadecuados a su cargo. Un procedimiento de
relevo que contempla precisamente la Convención de Viena de 1963 sobre
relaciones consulares. Fuentes gubernamentales han justificado así también el
último caso, protagonizado esta semana por el cónsul honorario de Finlandia,
Albert Ginjaume, al que se llevaba siguiendo estrechamente desde la supuesta declaración
unilateral de independencia a finales de octubre.
En Exteriores niegan que se impulsara su cese solo
por haber organizado como secretario del cuerpo consular en Barcelona (94
cónsules) una comida de trabajo el 1 de febrero con la presidenta de la Diputación
y alcaldesa de Sant Cugat del Vallès, Mercè Conesa (CiU). Se asegura que hace
tiempo que había “confundido, extralimitado u olvidado el marco legal” de sus
funciones diplomáticas.
Desde octubre, Exteriores había convocado varias
veces a la embajadora de Finlandia en Madrid, Tiina Jortikka-Laitinen, para
reconvenir la “conducta no ejemplar en varios casos” de su cónsul catalán, pero
sin tener éxito. Se indica, sin precisar más, que se había pronunciado “con
manifestaciones políticas en actos públicos”. El mismo malestar se ha
comunicado en estos días al embajador de Perú y se hará con el de Dinamarca
ante el respaldo que en sendas cartas le mostraron al representante finlandés
desde Barcelona la cónsul peruana, Franca Lorella Deza, y el danés, Lau Andersen,
éste además responsable de relaciones institucionales.
En el Ministerio se entiende que esos apoyos fueron
personales y que no representan a todo el colectivo consular, que teóricamente
los rechaza. En cualquier caso, se ha aprovechado la ocasión para trasladar a
los jefes de las respectivas misiones diplomáticas el desagrado de España por
esas actitudes “inaceptables e inconvenientes”.
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