27 de marzo de 2018
La Embajada de España en Moscú reabre el búnker antiescuchas creado durante la Guerra Fría
La Embajada de España en Moscú reabre el búnker
antiescuchas creado durante la Guerra Fría
La reapertura de la
instalación responde a la creciente desconfianza entre los países miembros de
la OTAN y Rusia
EL
PAIS - Moscú 27 MAR 2018 - 17:15 BRT
La
Embajada de España en Moscú. WIKIPEDIA
Tras años de abandono, la cámara aislada destinada a proteger las conversaciones
confidenciales contra escuchas espías ha vuelto a funcionar en la Embajada de
España en Moscú. Así lo informaron a este periódico fuentes diplomáticas
occidentales, según las cuales la reapertura de la instalación (denominada
jaula de Faraday en lenguaje técnico) responde a la creciente desconfianza
entre los países miembros de la
OTAN y Rusia. Apoya esta tesis la reciente inauguración en Moscú de
una cámara aislada por parte de la representación de la UE, que hasta ahora
carecía de su propio espacio confidencial, según manifestó una fuente
diplomática europea.
Interpelada por este periódico, una portavoz de la delegación de la UE
dijo que la institución “no comenta las medidas de seguridad que usa la
delegación de la Unión en Rusia”.
La jaula de Faraday es
un espacio cerrado que proporciona un aislamiento electromagnético y recuerda a
una caja fuerte o un búnker. En la Embajada de España en Moscú esa instalación,
que impide la propagación de las ondas sonoras desde su interior, fue
inaugurada a mediados de los años ochenta del pasado siglo, cuando la perestroikaacababa de empezar pero reinaba aún un clima de Guerra Fría entre
la Unión Soviética y Occidente.
Tras el colapso de la URSS en 1991, el uso de la cámara en la Embajada
de España se hizo cada vez más infrecuente y paulatinamente las reuniones de
trabajo del personal diplomático pasaron a mantenerse en recintos no dotados de
especiales condiciones de seguridad, señalan las fuentes.
Ignorada en su misión principal, la cámara acabó convertida en un
almacén polvoriento, donde se guardaban cajas y papeles y donde incluso llegó a
haber cucarachas, informaron medios conocedores de la situación.
Con el deterioro del panorama internacional y la injerencia de Rusia en
Ucrania, los servicios de seguridad españoles insistieron durante
varios años ante al Ministerio de Exteriores en Madrid para que restableciera
la plena funcionalidad de la cámara. Inicialmente, Exteriores no se tomó muy en
serio estas advertencias, alegando que la puesta a punto resultaba costosa.
Esta situación se subsanó el pasado febrero, cuando la cámara fue puesta en
funcionamiento tras ser reparada por técnicos de seguridad españoles.
Tras la puesta a punto, los diplomáticos han pasado a mantener sus
reuniones de coordinación en la “jaula”, que es de pequeño tamaño, si se
compara con las jaulas Faraday de la Embajada de Polonia o EE UU. En diciembre
de 2017, este periódico comprobó que al menos dos diplomáticos españoles
destinados en Moscú desde hace años desconocían la existencia de una cámara
antiescuchas.
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