8 de abril de 2016
España retira a su embajador en Caracas por los insultos de Maduro
EL PAIS - MIGUEL GONZÁLEZ
Madrid
El Gobierno ha decidido elevar un escalón su respuesta a los reiterados exabruptos del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha llamado a consultas —lo que supone una retirada temporal— al embajador de España en Caracas, Antonio Pérez Hernández, por los últimos insultos de Maduro al jefe del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy, a quien tachó el jueves de "racista, basura corrupta y basura colonialista" al término de una marcha chavista en Caracas contra la Ley de Amnistía aprobada por el Parlamento venezolano, que controla la oposición.
Así se lo ha comunicado este viernes el director general para Iberoamérica, Pablo Gómez de Olea, al embajador de Venezuela en España, Mario Isea, al que había convocado este mediodía para trasladarle su "más enérgico rechazo por los intolerables insultos" de Maduro a Rajoy. Según una nota difundida por la Oficina de Información Diplomática, el Gobierno español "lamenta que esta actitud, impropia del respeto que debe regir las relaciones entre Gobiernos, se haya convertido en una práctica habitual en el jefe del Estado venezolano".
"Racista te dije Rajoy, colonialista te dije Rajoy, basura corrupta te dije Rajoy, a Venezuela se la respeta", bramó Maduro en el Palacio de Miraflores. "En España están aterrados porque ha surgido una organización y un liderazgo propios", añadió, en aparente referencia a Podemos. "Tiembla la oligarquía española como le tembló a Simón Bolívar que hace 200 años los expulsó a bayoneta limpia, tiembla la oligarquía colonialista y racista de Rajoy y de todos ellos", añadió. Sus diatribas se dirigieron también contra algunos medios de comunicación españoles, como Antena 3.
La de este viernes es la quinta vez que Exteriores convoca al embajador de Venezuela en Madrid para quejarse por los exabruptos de Maduro. El pasado 27 de julio, Exteriores le trasladó su "rechazo y malestar por los inaceptables insultos" del presidente venezolano, quien tachó a Rajoy de "sicario del pueblo". La última vez que lo hizo fue el 22 de enero pasado cuando, además de protestar por los reiterados insultos, Exteriores le pidió explicaciones por el viaje que, en un avión de la Fuerza Aérea venezolana, hicieron a Caracas en 2014 cargos de Podemos, la CUP y familiares de presos de ETA.
Tampoco es la primera ocasión en que España llama a consultas a su embajador. Lo hizo hace un año, después de que Maduro acusara a Rajoy de apoyar el terrorismo en Venezuela y formar parte de una conjura internacional contra su Gobierno. Unas declaraciones conciliadoras de Maduro permitieron, semanas después, que el embajador regresara a su puesto. Venezuela, por su parte, mantuvo a su embajador ausente de Madrid durante cuatro meses, entre octubre de 2014 y febrero de 2015.
Pese a todos estos encontronazos, el Gobierno venezolano nunca ha cumplido su amenaza de tomar medidas contra los intereses españoles en el país, aunque ha anunciado repetidamente su intención de realizar una "revisión exhaustiva" de las relaciones bilaterales.
No está claro cuál ha sido en esta ocasión el detonante de la andanada de Maduro contra Rajoy. La última alusión pública del jefe del Gobierno español a la situación venezolana se produjo el pasado 30 de marzo, en un acto con motivo del 80 cumpleaños del Premio Nobel Mario Vargas Llosa, cuando aseguró que "el cambio no será completo en América Latina sin libertad en Venezuela".
La última crisis entre los dos países se produce un contexto de bloqueo político en España, con un Gobierno en funciones desde hace más de tres meses, y de profunda crisis política y económica en Venezuela, con el enfrentamiento abierto entre Gobierno y Parlamento y una situación de penuria que ha llevado a declarar festivos los viernes como medida de ahorro. La nota de la OID expresa la preocupación del Gobierno español "por la situación en Venezuela, país con el que comparte grandes afinidades culturales e históricas, y en el que viven más de 200.000 ciudadanos españoles" y reitera su "su ofrecimiento de ayuda para paliar la grave crisis económica y humanitaria que está padeciendo la población venezolana", al tiempo que hace "un llamamiento a la responsabilidad, a la colaboración, al diálogo, al consenso y a la reconciliación" y subraya "la importancia del respeto a los valores democráticos, a los derechos humanos, al Estado de derecho, a la independencia de las instituciones y a las garantías constitucionales".
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