28 de enero de 2014
Santander prejubila a más de 1.200 empleados y abre otro plan similar para este año
Otras 290 personas se acogieron a las bajas incentivadas por la fusión con Banesto
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Santander y BBVA han recurrido también a las prejubilaciones y a las bajas incentivadas para reducir en unos casos y renovar en otros su plantilla. Santander prejubiló el pasado año a algo más de 1.200 empleados y salieron otros 290 de forma voluntaria como consecuencia de la fusión de las redes de Santander y Banesto. Y acaba de abrir otro plan de prejubilaciones para este año para también más de 1.000 trabajadores.
Tanto Santander como BBVA han vuelto a recurrir a las prejubilaciones para reducir o renovar su plantilla, aunque en ambos casos los números son marginales si se comparan con las realizadas por las entidades que han recibido dinero público.
En el caso del banco que preside Emilio Botín las salidas totales producidas durante el pasado ejercicio en España como consecuencia de la fusión de Santander y Banesto ascendieron a algo más de 1.500 personas. De ellos, un total de 290 empleados corresponden a bajas incentivadas, prácticamente el total de las salidas voluntarias que había calculado el banco. Santander ofreció el pasado mes de junio a unos 300 empleados que se apuntasen al plan de bajas incentivadas abierto ese mes. Este programa de salidas era voluntario, aunque el banco mantuvo entrevistas con trabajadores en las que les planteó que abandonasen la firma. Pese a ello, al ser bajas voluntarias y acordadas con los sindicatos, Santander aceptó la decisión del trabajador que optó por quedarse.
El banco ofreció a estas personas una indemnización de 50 días por año trabajado, con un máximo de 42 mensualidades, y los servicios de una empresa de recolocación durante 9 meses, ampliables a 3 meses más.
La fusión de estas dos marcas –también se ha integrado Banif, pero sin cierres de oficinas– ha supuesto el cierre de unas 700 sucursales de ambas redes. Inicialmente, estas clausuras estaban previstas realizarlas antes de finales de 2014, pero finalmente se ha acelerado el proceso y ya se han producido el cierre de la mayoría de estas sucursales.
La operación supondría el ahorro de 520 millones en tres años, según expicó el banco el pasado año. Y pese a que no se ha dado nunca una cifra oficial sobre el objetivo de reducción de plantilla, tanto en círculos cercanos al banco como sindicales, han calculado en unos 3.000 trabajadores los que podrían abandonar el grupo en España en un máximo de tres años por esta fusión.
Así, a las bajas incentivadas hay que sumar algo más de 1.200 salidas de empleados mayores de 58 años (55 años si trabajaban en Madrid) que se han acogido al plan de prejubilaciones. El grupo ofreció un 80% del salario bruto utilizado para calcular la pensión a los trabajadores del sector administrativo, más un cuarto de la paga de agosto. Santander ha aprovechado el inicio de año para abrir otro plan de prejubilaciones también más de 1.000 empleados, que ya se ha iniciado. Aunque no se espera la apertura de más bajas incentivadas.
BBVA también ha recurrido a las prejubilaciones para reducir su plantilla, sobre todo por motivo de la absorción de la firma catalana Unnim. En total, el pasado año salieron del banco en España unos 1.200 empleados, de los que 700 corresponden a prejubilaciones de trabajadores con más de 58 años de edad.
Casi todas estas salidas se han realizado en Cataluña, origen de Unnim. A ellos se suman otras 500 salidas no traumáticas de empleados. La cifra de salidas se ha compensado en parte con contrataciones. BBVA contrató el pasado año a unos 600 jóvenes.
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