25 de enero de 2014
Halladas cientos de cartas del exjefe de las SS Himmler en Israel
EL PAIS- ENRIQUE MÜLLER Berlín 24 ENE 2014 - 22:07 CET7
Casi 70 años después del suicidio del jerarca nazi Heinrich Himmler, el periódico Die Weltha tenido acceso a varios cientos de cartas del temido jefe de las SS, que fueron recuperadas en una vivienda de Israel. Se trata de misivas enviadas por Himmler principalmente a su esposa, Marga, desde 1927 hasta unas pocas semanas antes de suicidarse, en 1945, al caer en manos de los aliados. Junto a las cartas se habrían recuperado fotografías y documentos privados, cuya autenticidad, así como la de las misivas, fue certificada por el jefe de los Archivos Alemanes, Michael Hollmann, como informó la agencia Efe.
Las cartas aparecen firmadas con la frase “Tu Heini” o “Vuestro padre” y su contenido es básicamente amoroso y familiar, aunque también se aprecian buenos ejemplos del antisemitismo de Himmler. Las cartas se encontraban en una caja de seguridad de un banco de Tel Aviv y no está claro cómo llegaron al periódico.
Las misivas, aunque no añaden detalles sobre su militancia en el partido nazi, dejan entrever algunos aspectos de la vida privada del “genio del mal” del III Reich, por ejemplo, su larga relación extramarital con su secretaria.
Quizás las misivas ayuden también a responder la pregunta que se formuló, hace cinco años, el historiador Peter Longerich: “¿Cómo pudo un personaje mediocre alcanzar tanto poder?”. Longerich necesitó más de mil páginas para describir la metamorfosis de un joven bávaro solitario en un monstruo que soñó con eliminar a todos los seres indeseables para el nuevo imperio alemán que estaba por nacer.
El libro Heinrich Himmler, una biografía (RBA), escrito por el historiador, fue el primer gran trabajo sobre el arquitecto de la eliminación del pueblo judío en Europa. Según el autor, Himmler fue un burócrata criminal que escaló los peldaños del poder gracias al sueño que impregnó su vida y que persiguió hasta su muerte: un mundo que debía ser controlado por los alemanes arios y en el que no había lugar para los judíos, los eslavos, los homosexuales, los minusválidos y los llamados asociales, a los que Himmler describió como “escoria humana”.
Tras el suicidio de Hitler, el fanatismo de Himmler le impulsó a buscar una segunda carrera política, al lado de los aliados, a los que horrorizó la idea. Finalmente, Himmler se suicidó, el 23 de mayo de 1945, con una cápsula de cianuro.
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