6 de febrero de 2013
La banca deja atrás su ‘annus horribilis’
No es fácil dilucidar si el año pasado es el peor de la crisis. Pero en la banca española no hay debate, el ejercicio que acaba de cerrar ha sido el más negro de su historia reciente, un annus horribilis en toda regla. El sector se aferra ahora a los primeros indicios de mejora en las condiciones financieras, al saneamiento que le ha permitido soltar lastre del ladrillo, para abordar la travesía de la recuperación. En la presentación de resultados de las grandes entidades españolas, de esta semana, un solo mensaje: “2013 será mejor que lo que dejamos atrás”, (Isidro Fainé, presidente de CaixaBank); “Vamos en la buena dirección” (Francisco González, presidente de BBVA). “Estamos cerca de la recuperación” (Emilio Botín, presidente del Santander). “Lo peor de la crisis ha pasado ya” (Ángel Ron, presidente del Banco Popular).
Precisamente, los resultados de los grandes bancos, que han provisionado cerca de 40.000 millones ante eventuales pérdidas (más de la mitad corresponden al ladrillo), siguiendo las directrices marcadas por el Ministerio de Economía, dan fe de un ejercicio nefasto. El Popular, encajó pérdidas (2.461 millones) por primera vez en su historia. En conjunto, el beneficio neto de las seis grandes entidades cotizadas en 2012 apenas llegó a 1.856 millones, un 81% menos que el ejercicio anterior. A falta de conocer el resultado de las tres grandes entidades nacionalizadas (Bankia, CatalunyaCaixa y NCG Banco) es poco arriesgado (solo Bankia ha estimado que perderá 19.000 millones) predecir que la banca española cerrará en números rojos por primera vez en décadas.
2012 ha sido el año en el que el sector requirió un rescate del Eurogrupo para garantizar la solvencia de una decena de entidades; además, acaparó un tercio del billón de euros que el Banco Central Europeo prestó a tres años para evitar el colapso del euro; fue el año en el que se puso en marcha el mayor recorte de empleo en la banca con la democracia (se perderán más de 55.000 puestos). También, fue el ejercicio en el que estallaron varias causas judiciales por casos de corrupción en la gestión de las antiguas cajas. Y en el que empezó a ser evidente que las ayudas tendrán un coste multimillonario para los contribuyentes: Hacienda admitió en septiembre que cree ya muy difícil recuperar casi 17.000 millones, pérdidas potenciales que pasan a engrosar el déficit público. Por ahora, 6.000 millones (en Cajasur y Banco de Valencia) ya se han esfumado.
Con todo, las grandes entidades insisten en virar al optimismo. Y esgrimen argumentos: el anuncio de que el BCE respaldará con compra de deuda pública las futuras peticiones de rescate ha relajado la presión sobre la prima de riesgo española. Una mejora de condiciones financieras que ha permitido a varios bancos españoles colocar deuda de forma directa entre los inversores. Como guinda, a la primera ocasión que han tenido, las entidades españolas han anticipado al BCE la devolución de 44.000 millones de los préstamos a tres años concedidos a finales de 2011.
Además, la banca española argumenta que la inmensa mayoría del ajuste —se ha pasado de medio centenar a apenas una docena de entidades— está hecho, que las dotaciones para cubrir la pérdida de valor de créditos que puedan resultar impagados no serán ya tan intensa. Y que el ladrillo más tóxico ha quedado confinado en el banco malo.
“En resultados, entendemos que sí, que lo peor ha pasado, 2012 ha sido un año de dotaciones brutal”, coincide David Cano, de Analistas Financieros Internacionales. “Y con el rescate y el banco malo, se ha despejado absolutamente cualquier problema de solvencia”, añade, “otra cosa es la liquidez”.
Joaquín Maudos, catedrático de la Universidad de Valencia, recuerda que, pese a estas primeras devoluciones, “las entidades españolas aún reciben un 30% de la financiación del eurosistema, cuando por tamaño apenas suponen un 12% de la zona euro”. Sobre la apertura de los mercados para la banca española, el investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) recomienda cautela. “Está muy bien que los inversores hayan acudido a algunas emisiones de deuda, pero todavía son puntuales, se pagan precios muy altos”, indica Maudos, quien recalca que el nivel de la prima de riesgo española, es aún elevadísimo, cerca de los 350 puntos básicos. “La prueba del algodón, que las entidades acudan a los mercados para financiarse de forma masiva, regular y con costes razonables estamos lejos de superarla”, concluye.
La crisis bancaria no deja de colear, a ratos con virulencia, en Europa. Holanda acaba de nacionalizar su cuarto banco. Las pérdidas por inversiones especulativas de MontePaschi centran la campaña electoral italiana. “No creo que haya más sorpresas negativas con entidades españolas”, afirma Mora, “pero el deterioro económico es un riesgo evidente para todo el sistema, sobre todo a través de la exposición hipotecaria y los créditos a pymes”. Coincide con el economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez: “El negocio bancario tradicional se va a seguir deteriorando, la recesión va a convertir en activos tóxicos muchos créditos a familias y empresas”.
La tasa de morosidad está ya en el 11,4% de los préstamos. “Superará el 12%”, pronostica Maudos. “Los márgenes no van bien —insiste Díez— La mayoría de las hipotecas se dieron al euríbor (ahora en el 0,575%) y poco más. Pero la banca no se financia en el mercado al euríbor, paga mucho más”, insiste Díez, que relaciona la devolución de préstamos al BCE por los grandes bancos con la captación de depósitos de cajas nacionalizadas.
“El escenario pesimista con el que se hizo la prueba de resistencia a la banca española partía de una tasa de paro del 27%, eso este año no es un escenario, va a ser la realidad”, afirma el economista jefe de Intermoney. “Si hay algo que siempre se cumple es que la tasa de morosidad hipotecaria varía si varía la tasa de paro, y eso va a pasar en 2013”, acota el catedrático Maudos, quien recuerda que esa tasa todavía es baja (menos del 3%) pero que afecta a una cartera de 600.000 millones.
Para las pymes, las cosas tampoco van a mejorar a corto plazo. “En la última encuesta del BCE, solo el 4% de las pymes españolas declaraban que habían conseguido mejores condiciones de financiación en los últimos seis meses, más de un 70% aseguraban que habían empeorado”, detalla el investigador del Ivie.
La economía española arrancó la crisis con una elevada dependencia financiera del exterior. Y los inversores internacionales llevan cinco años racionando los recursos. “No queda otra que reducir el endeudamiento, pero esto es como el recorte del déficit, si se hace muy deprisa puede ser muy perjudicial. Y el crédito cae ya a tasas muy peligrosas”, advierte Maudos. Desde 2009, más de un 10% del préstamo a empresas y familias se ha volatilizado, y en los últimos meses, el descenso es mucho más pronunciado.
“Las preguntas importantes son ¿va a haber crédito? ¿va a haber empleo? La respuesta es: de momento, no hay nada de eso”, tercia David Cano. Para José Carlos Díez, “hace falta reestructurar la deuda hipotecaria de las familias con más problemas, el Estado y la banca deben pensar en asumir quitas, como en EE UU”.
“Hay que cortar ese nudo gordiano entre crédito, paro y recesión, pero la única forma que veo de garantizar una mejora generalizada y persistente de las condiciones financieras es pedir el rescate a Europa”, concluye Maudos.
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