EL MUNDO - 21 febrero 2013 |
21 de febrero de 2013
Los 25 españoles más corruptos
La Aventura de la Historia dedica su número de marzo a la Historia de la corrupción en España. Y pone nombre a algunos de los escándalos de malversación más lacerantes, desde la Antigüedad a nuestros días. Ningún estamento se libra
El poder corrompe. Sin duda es una de las sentencias más ciertas y más demostradas a lo largo de toda la Historia. Todos los que han gozado de poder han tenido la tentación de utilizarlo en su provecho, en menor o mayor medida, o con diferentes objetivos. Reyes, nobles, jerarcas de la Iglesia, caciques, alcaldes, banqueros, ministros, cortesanos… Muchos de ellos han caído en la tentación de aprovechar su cargo e influencia para acumular riquezas, conseguir favores sexuales o cualquier otro bien, posesión o servicio que sirviese para aplacar su ambición. En España, como en todos los países del mundo, tenemos una larga nómina de corruptos en nuestra Historia.
Obviamente, cuanto mayor poder acumula un cargo y, por tanto, se encuentra menos sometido a crítica o control, la corrupción se extiende por doquier. Por ello la ola de escándalos que ahora nos ahoga no significa que estemos ante una sociedad más corrupta, sino en un escenario en el que es más fácil desenmascarar a los corruptos. Lo mejor de los regímenes de opinión es que permiten usar luz y taquígrafos, aunque en su imperfección no puedan impedir la corrupción. Por eso es conveniente recordar que aunque ahora parezca que la corrupción nos invade, los ciudadanos tenemos una capacidad de perseguir y castigar a los delincuentes mayor que en cualquier otra época del pasado. Aunque todavía nos parezca, y más en el contexto actual, insuficiente.
La Aventura de la Historia dedica su número de marzo a la Historia de la corrupción en España. Y pone nombre a algunos de los escándalos de malversación más lacerantes, desde la Antigüedad a nuestros días. Ningún estamento se libra. Hemos elegido 25 personajes, pero podrían ser muchos más.En la lista no faltan representantes de ninguna institución ni de ninguna época. Sirva la denuncia para advertir que no la aceptamos como parte de la esencia de España sino únicamente como perversión. La corrupción planea sobre la Historia del país, es una lacra que lastra nuestro progreso y prestigio, un estigma que arruina nuestra credibilidad y contribuye al pesimismo nacional. La corrupción condiciona y cercena el estado de ánimo de la sociedad.
Aparecen en estas páginas grises de nuestra Historia desde los asesinos de Viriato hasta Roldán, pasando por el duque de Lerma, el marqués de Salamanca o el nefasto Fernando VII. Se cuela también Lerroux, de quien Azaña dijo durante la noche en la que se decidía el Gobierno provisional de la República que si se le adjudicaba la cartera de Exteriores desaparecerían los legajos del Ministerio. Era una maldad. Quizá lo del estraperlo no fue cuantitativamente para tanto, pero los contextos y las responsabilidades del cargo determinan la magnitud de los casos. En suma, como se suele decir, puede que no estén todos los que son pero sí son todos los que están. Todos ellos ponen en evidencia que han sido cientos de miles las personas deshonestas, ladronas, innobles que, como las honestas, han forjado nuestro pasado.
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