5 de julio de 2010

Urrusolo Sistiaga, en su juicio: "La lucha armada tenía que haber terminado hace tiempo"

EL PAIS

Urrusolo Sistiaga, en su juicio: "La lucha armada tenía que haber terminado hace tiempo"

Arrancan en la Audiencia Nacional los juicios contra Urrusolo, por el asesinato de tres policías en 1991, y contra 'Txapote', por entregar armas al comando Aralar

AGENCIAS - Madrid - 05/07/2010



El histórico ex jefe de ETA José Luis Urrusolo Sistiaga , que está siendo juzgado en la Audiencia Nacional por un atentado con paquete-bomba en 1991 en el que murieron dos policías al intentar desactivarlo, ha asegurado hoy ante el tribunal que "la lucha armada tenía que haber terminado hace tiempo". En el otro juicio que se celebra en la Audiencia, el etarra Txapote es juzgado por entregar armas al comando Aralar. En la apertura de la sesión, el acusado ha mandado al tribunal "al […]".
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Urrosolo Sistiaga, que ha recordado que abandonó la banda armada en 1994, ha sido uno de los miembros más sanguinarios de ETA, aunque ahora está alejado de la organización, y muestra de ello es que el 16 de septiembre de 2008 se hizo pública una carta en la que junto a la también etarra Carmen Guisasola se desvinculó del Movimiento de Presos Vascos y criticó la estrategia de ETA y de Batasuna. En esa misiva, suscrita por otros seis terroristas que mantienen también una posición crítica con la banda, se referían al papel de los reclusos en un eventual proceso de paz, que, a su juicio, no debe ser el de mantener un "frente de lucha" como "algunos siguen planteando en la izquierda abertzale", sino el de "participar en la reflexión política para el proceso de paz".
Joseba se enfrenta hoy a una petición por parte del fiscal de 128 años de cárcel por el atentado con paquete-bomba perpetrado en 1991, que iba dirigido contra un alto cargo del Ministerio de Justicia y en el que murieron tres agentes de los TEDAX al intentar desactivarlo. Además de la pena de cárcel, el fiscal Carlos Bautista reclama que el acusado indemnice con 200.000 euros a cada una de las viudas de los tres agentes y con la misma cantidad a los hijos de las víctimas.
Urrusolo Sistiaga, de 43 años, fue extraditado de Francia a España el 23 de agosto de 2001 después de haber cumplido en el país galo cuatro años y medio de cárcel, para ser juzgado, entre otras causas, por 16 asesinatos, dos secuestros -entre ellos el del industrial Emiliano Revilla- y la voladura de un edificio de Telefónica en Madrid.
"Váyanse al carajo"
En el otro proceso que se desarrolla en la Audiencia, el ex dirigente etarra Javier García Gaztelu, Txapote, es juzgado por entregar armas a las integrantes del comando Aralar Nerea Garro y Ainara Esteran y ordenarles viajar a Madrid para reunir datos sobre posibles objetivos de ETA. Durante la primera sesión del juicio, al ser interrogado por la presidenta de la sección cuarta de la sala de lo penal del tribunal, Ángela Murillo, si iba a responder a alguna de las preguntas de las partes, Txapote se ha limitado a espetarle: "Váyanse al […]". Por ello, Murillo ha ordenado que ingrese en la pecera blindada de la sala, desde donde el acusado ha seguido el resto de la vista, que continuará mañana.
En esta ocasión, García Gaztelu se enfrenta a cinco años de prisión, que son los que solicita para él la fiscal Teresa Sandoval por dos delitos de terrorismo, uno en relación con uno de tenencia ilícita de armas y otro con un delito continuado de falsificación de documento oficial. Según la representante del Ministerio Público, en octubre de 2000,Txapote, junto al también dirigente de ETA Juan Antonio Olarra Guridi, ordenó a las integrantes del comando que fueran a Madrid "a fin de que conocieran la ciudad, y una vez la dominaran, elaboraran informaciones detalladas de jueces, políticos, militares o miembros de las fuerzas de seguridad".
Asimismo les ordenó buscar aparcamientos donde pudieran pasar desapercibidos los vehículos que la banda robara para utilizar en futuros atentados. Para ello, el 28 de octubre, Txapote y Olarra Guridi entregaron a Garro y Esteran -condenadas a nueve años y medio de cárcel por estos hechos- dos pistolas con cargadores y cartuchos, dos fundas de pistola, un millón y medio de pesetas, 3 juegos de DNI y permisos de conducir falsos, además de otros documentos falsificados.
Este punto ha sido corroborado por varios policías que participaron en el seguimiento y detención de las dos terroristas y que se incautaron de todo este material en un piso situado en la calle Infantas de Madrid. Los agentes también han explicado cómo las dos fueron arrestadas después de que acudieran a la embajada de Cuba en Madrid a pedir asilo político, que les fue denegado.