X Estación
Jesús es desnudado de sus vestiduras
V. Adorámus te Christe et benedícimus tibi.
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V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
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R. Quia per sanctam Crucem tuam redemísti mundum.
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R. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
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Todo, sí, ¡absolutamente todo! Hasta vergüenza debemos sufrir por amor a Dios y para la salvación de las almas.
Ahí está la prueba. El Puro por excelencia fue desnudado, y los impuros le escarnecieron en su pureza. Y Nuestro Señor resistió a las burlas de la impureza.
¿No parece poca cosa que resista a la burla quien ya resistió tantos tormentos? Sin embargo, esta otra lección nos era necesaria. Por el desprecio de una criada, San Pedro lo negó. ¡Cuántos hombres habrán abandonado a Nuestro Señor por temor al ridículo! Pues si hay gente que va a la guerra a exponerse a las balas y a la muerte para no ser escarnecida como cobarde, ¿no es cierto que hay hombres que tienen más temor a una risa que a cualquier otra cosa?
El Divino Maestro enfrentó el ridículo. Y nos enseñó que nada es ridículo cuando está en la línea de la virtud y del bien.
Enseñadme, Señor, a reflejar en mí, la majestad de vuestro semblante y la fuerza de vuestra perseverancia, cuando los impíos quieran manejar contra mí el arma del ridículo.
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Pater Noster. Ave Maria. Gloria Patri.
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Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
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V. Miserére nostri Dómine.
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V. Ten piedad de nosotros, Señor
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R. Miserére nostri.
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R. Señor, ten piedad de nosotros
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V. Fidélium ánimae per misericordiam Dei requiéscant in pace.
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V. Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz
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R. Amen.
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R. Amén
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"Catolicismo" Nº 3, Marzo de 1951
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