17 de agosto de 2009

Las cárceles españolas superan su capacidad en un alarmante 165%

ABC.es - Noticias de España y del mundo

Lunes, 17 de Agosto de 2009

Madrid


España

Las cárceles españolas superan su capacidad en un alarmante 165%

Doce rutas de «peregrinaje»

«No tenemos habitaciones»

Las más masificadas

La Comunidad de Madrid, con siete cárceles, es la tercera región con mayor número de presos (10.122), sólo por detrás de Andalucía y Cataluña. Las prisiones madrileñas sufren una masificación del 173 por ciento, según un informe del sindicato Acaip fechado en mayo. Ese documento revela que cada día ingresan 2,5 reos en esos siete centros penitenciarios y denuncian que el hacinamiento se traduce en un elevado nivel de conflictividad (aumento de reyertas entre reos). Estremera, la prisión más flamante del sistema español, se ha llenado y alberga a 300 internos más de su capacidad en menos de un año. El 48 por ciento de esos presos, en Madrid, son extranjeros según la misma fuente.
Cinco por celda
La semana pasada un preso fue acuchillado hasta la muerte por otro en Foncalent (Alicante). Los funcionarios de la prisión denunciaron el grado de masificación del centro y lo vincularon con el suceso (alberga más de un millar de internos cuando su capacidad es de 450 plazas). Un sindicalista aseguró que había cinco reos por celda.
CRUZ MORCILLO | MADRID
Actualizado Lunes, 17-08-09 a las 08:25
«Es muy fácil modificar el Código Penal; es más difícil construir una prisión». Las palabras del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, evidencian que tiene claro el diagnóstico de por qué la población reclusa española asciende ya a 76.323 personas (31.000 presos más en sólo una década). No parece tener tan clara, en cambio, la solución al problema que se traduce en que prácticamente todas las cárceles superan su capacidad en un 165 por ciento de media, con cifras escandalosas como las de Sangonera (Murcia) donde la sobreocupación es de más del 250 por ciento.
En un repaso somero a las estadísticas encontramos que prisiones tipo (las que tienen una capacidad de 1.008 plazas) como Algeciras, Granada o Teixeiro albergan a más de 1.700 reclusos, cada una. Otro ejemplo gráfico es el centro penitenciario de Estremera (Madrid VII), el último abierto. Se inauguró en septiembre del año pasado; tiene una capacidad de 1.008 plazas y en mayo ya vivían allí 1.316 internos.
«Soluciones imaginativas»
Lo más asombroso es que «el resto de cárceles madrileñas ni lo ha notado», según denuncia el sindicato de funcionarios de prisiones Acaip. Costó 100 millones de euros, de ahí que Rubalcaba aclare a quien lo quiera oír que es más fácil cambiar la ley que buscar dinero para levantar nuevas prisiones.
Mientras, las «soluciones imaginativas» ayudan a descongestionar y dinamizar módulos. Una de estas alternativas pasa por el continuo movimiento de la población carcelaria, como evidencian los datos. Sólo en el último trimestre del año pasado, la Guardia Civil trasladó a 69.678 presos por toda España, es decir, casi el equivalente a toda la población penitenciaria, según las cifras del Ministerio del Interior a las que ha tenido acceso ABC. En esos meses los agentes del Instituto Armado, que tienen encomendada por ley la conducción interurbana de presos y detenidos, llevaron a cabo 19.970 conducciones (ver gráfico).
Del análisis de esas cifras se desprende que cada semana circulan por todo el país el mismo número de presos que albergan cuatro cárceles tipo semimasificadas. Las «soluciones alternativas» son, por tanto, cuatro «cárceles sobre ruedas» de manera permanente durante casi todo el año, puesto que las cifras son similares en los cuatro trimestres. Es cierto que no todos esos movimientos obedecen a traslados de centros porque la estadística también incluye las conducciones de presos a juzgados, a hospitales o a determinadas gestiones.
No obstante, el trasiego resulta a todas luces excesivo teniendo en cuenta los motivos habituales de estos movimientos sobre el papel: por asistencia a juicios, porque lo solicita el interno y se le concede, por un entierro u otro motivo familiar grave, por acercamiento a su lugar de origen. «La verdadera razón es tapar parches y arreglar sobre la marcha el hacinamiento. El incremento exponencial de la población reclusa es del 63 por ciento en los último años y no se ha acompañado de mayor dotación en infraestructuras ni en personal», aseguran desde Acaip.
El mes pasado Rubalcaba admitía que existían «desajustes» en las cárceles por el endurecimiento penal. La secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, alertó en el Congreso de que las «reformas penales y la aprobación de nuevas leyes (violencia de género y seguridad vial)» habían disparado la población reclusa. Gallizo, que nunca ha negado la utopía del principio celular (una celda por reo, tal y como recoge el Reglamento de la Ley penitenciaria), ha llegado a plantear la posibilidad de que no se recurra a la prisión en penas de corta duración, sino que se aprovechen los recursos tecnológicos que permiten restringir la libertad de movimientos. Por ahora es una voz en el desierto.