12 de agosto de 2009
Al Fatah se abre al cambio por primera vez en 20 años
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Al Fatah se abre al cambio por primera vez en 20 años
Dos tercios de la dirección del partido palestino son caras nuevas
ANA CARBAJOSA - Belén - 12/08/2009
La dirección de Al Fatah recibió ayer en Belén una inyección de sangre nueva tras el recuento de votos de los asistentes al primer congreso del partido celebrado en los últimos 20 años. La formación que fundara Yasir Arafat renovó ayer su cúpula y optó por deshacerse de buena parte de los dirigentes del Comité Central, cuyo miembro más joven rondaba los 70 años.
La dirección de Al Fatah recibió ayer en Belén una inyección de sangre nueva tras el recuento de votos de los asistentes al primer congreso del partido celebrado en los últimos 20 años. La formación que fundara Yasir Arafat renovó ayer su cúpula y optó por deshacerse de buena parte de los dirigentes del Comité Central, cuyo miembro más joven rondaba los 70 años. Muchos de los elegidos son sin embargo caras habituales de la política palestina. Marwan Bargouti, encerrado en una prisión israelí, ha sido el gran triunfador del congreso al cosechar la mayoría de los votos. Mahmud Abbas, de 74 años y elegido en una votación separada a mano alzada, seguirá al frente de Al Fatah, el partido que controla la Autoridad Palestina y aliado palestino de la comunidad internacional en las negociaciones de paz con Israel.
Con esta remodelación, Al Fatah pretende recuperar su minada credibilidad ante el electorado palestino, hastiado de negociaciones fallidas con los israelíes y crítico con la falta de transparencia de los dirigentes de Ramala. "En los últimos 20 años ha habido gente en el partido que ha abusado y es normal que se haya producido un levantamiento", reconoce Awni Masni, responsable del reclutamiento de militantes de Al Fatah. Lavar su imagen y acabar con las divisiones internas del partido era una tarea pendiente desde hace años pero que se ha convertido en imprescindible con vistas a los planes de paz del presidente estadounidense, Barak Obama, para la región. Falta sin embargo para terminar de poner en orden la casa palestina, la pieza más importante del rompecabezas, es decir, la reconciliación con Hamás, el partido islamista rival que gobierna en la franja de Gaza desde 2007.
Las paces entre las dos grandes formaciones palestinas están aún muy lejos, como ha quedado en evidencia durante la celebración del congreso en Belén. Las autoridades de Gaza no han permitido a los delegados de Al Fatah en Gaza salir de la franja para acudir al congreso y buena parte de los debates de los últimos días se ha centrado en cómo hacer posible que sus votos llegaran hasta Belén. Al final, los cerca de 300 delegados votaron con el teléfono móvil.
De los 18 miembros del Comité Central sometido a votación en Belén, más de dos tercios serán caras nuevas en la cúpula, aunque la gran mayoría habituales desde hace décadas en el panorama político palestino y leales a Abbas. Frente a las tradicionales figuras del exilio tunecino, muchos de los que ahora acceden al poder son hombres -no hay ninguna mujer entre los elegidos en la votación- que han vivido buena parte de su vida en los territorios palestinos, bajo la ocupación israelí. Está por ver cuál será la influencia más allá de las cuestiones internas de estos nuevos líderes, algunos de ellos más pragmáticos, pero también más atentos a la calle palestina y abiertos la opción de dejar la puerta abierta a la resistencia de fallar la vía negociadora, según quedó por escrito en el programa político consensuado en el congreso. "Las políticas que han acordado son de continuidad; en ese sentido no hay gran novedad. El gran cambio es que Al Fatah estaba al borde del colapso y sus líderes, elegidos hace 20 años carecían de toda legitimidad. En ese sentido es un gran paso adelante", sostiene el analista y ex ministro palestino Ghassan Jatib.
Bargouti, de 50 años, jefe de filas de la nueva guardia y conocido como el inspirador de la segunda Intifada, ha sido el candidato más votado. La elección, en la que participaron los 2.300 delegados, no hizo más que confirmar la popularidad de este politólogo sentenciado a cinco cadenas perpetuas en una prisión israelí por su implicación en atentados que costaron la vida a cinco israelíes. Bargouti niega cualquier implicación y no se descarta su liberación en un intercambio de prisioneros en el futuro.
Salió también elegido Mohamed Dahlan, bestia negra de Hamás y antiguo jefe de las fuerzas de seguridad de Al Fatah en Gaza. La popularidad de Dahlan ha caído en picado en los últimos años tras hacerse Hamás con el control de la franja. Y para sorpresa de muchos, Ahmed Qurei, hombre fuerte de Al Fatah y ex primer ministro, quedó fuera de la lista. Pero también quedaron fuera miembros de la nueva guardia que defienden una renovación total del partido, como Kadura Fares o Hasan Jader. "Los jóvenes estamos asqueados con la vieja guardia. Sólo gobiernan con eslóganes. Sólo se han ocupado de gestionar los dineros y han dejado de lado la liberación nacional. Ya basta", se quejaba Osama Abdalá, un joven delegado de Tulkarem en Belén. Para muchos como Abdalá, la renovación que ayer salió de las urnas puede que no sea suficiente, pero tal vez sí el principio del cambio.
Al Fatah se abre al cambio por primera vez en 20 años
Dos tercios de la dirección del partido palestino son caras nuevas
ANA CARBAJOSA - Belén - 12/08/2009
La dirección de Al Fatah recibió ayer en Belén una inyección de sangre nueva tras el recuento de votos de los asistentes al primer congreso del partido celebrado en los últimos 20 años. La formación que fundara Yasir Arafat renovó ayer su cúpula y optó por deshacerse de buena parte de los dirigentes del Comité Central, cuyo miembro más joven rondaba los 70 años.
La dirección de Al Fatah recibió ayer en Belén una inyección de sangre nueva tras el recuento de votos de los asistentes al primer congreso del partido celebrado en los últimos 20 años. La formación que fundara Yasir Arafat renovó ayer su cúpula y optó por deshacerse de buena parte de los dirigentes del Comité Central, cuyo miembro más joven rondaba los 70 años. Muchos de los elegidos son sin embargo caras habituales de la política palestina. Marwan Bargouti, encerrado en una prisión israelí, ha sido el gran triunfador del congreso al cosechar la mayoría de los votos. Mahmud Abbas, de 74 años y elegido en una votación separada a mano alzada, seguirá al frente de Al Fatah, el partido que controla la Autoridad Palestina y aliado palestino de la comunidad internacional en las negociaciones de paz con Israel.
Con esta remodelación, Al Fatah pretende recuperar su minada credibilidad ante el electorado palestino, hastiado de negociaciones fallidas con los israelíes y crítico con la falta de transparencia de los dirigentes de Ramala. "En los últimos 20 años ha habido gente en el partido que ha abusado y es normal que se haya producido un levantamiento", reconoce Awni Masni, responsable del reclutamiento de militantes de Al Fatah. Lavar su imagen y acabar con las divisiones internas del partido era una tarea pendiente desde hace años pero que se ha convertido en imprescindible con vistas a los planes de paz del presidente estadounidense, Barak Obama, para la región. Falta sin embargo para terminar de poner en orden la casa palestina, la pieza más importante del rompecabezas, es decir, la reconciliación con Hamás, el partido islamista rival que gobierna en la franja de Gaza desde 2007.
Las paces entre las dos grandes formaciones palestinas están aún muy lejos, como ha quedado en evidencia durante la celebración del congreso en Belén. Las autoridades de Gaza no han permitido a los delegados de Al Fatah en Gaza salir de la franja para acudir al congreso y buena parte de los debates de los últimos días se ha centrado en cómo hacer posible que sus votos llegaran hasta Belén. Al final, los cerca de 300 delegados votaron con el teléfono móvil.
De los 18 miembros del Comité Central sometido a votación en Belén, más de dos tercios serán caras nuevas en la cúpula, aunque la gran mayoría habituales desde hace décadas en el panorama político palestino y leales a Abbas. Frente a las tradicionales figuras del exilio tunecino, muchos de los que ahora acceden al poder son hombres -no hay ninguna mujer entre los elegidos en la votación- que han vivido buena parte de su vida en los territorios palestinos, bajo la ocupación israelí. Está por ver cuál será la influencia más allá de las cuestiones internas de estos nuevos líderes, algunos de ellos más pragmáticos, pero también más atentos a la calle palestina y abiertos la opción de dejar la puerta abierta a la resistencia de fallar la vía negociadora, según quedó por escrito en el programa político consensuado en el congreso. "Las políticas que han acordado son de continuidad; en ese sentido no hay gran novedad. El gran cambio es que Al Fatah estaba al borde del colapso y sus líderes, elegidos hace 20 años carecían de toda legitimidad. En ese sentido es un gran paso adelante", sostiene el analista y ex ministro palestino Ghassan Jatib.
Bargouti, de 50 años, jefe de filas de la nueva guardia y conocido como el inspirador de la segunda Intifada, ha sido el candidato más votado. La elección, en la que participaron los 2.300 delegados, no hizo más que confirmar la popularidad de este politólogo sentenciado a cinco cadenas perpetuas en una prisión israelí por su implicación en atentados que costaron la vida a cinco israelíes. Bargouti niega cualquier implicación y no se descarta su liberación en un intercambio de prisioneros en el futuro.
Salió también elegido Mohamed Dahlan, bestia negra de Hamás y antiguo jefe de las fuerzas de seguridad de Al Fatah en Gaza. La popularidad de Dahlan ha caído en picado en los últimos años tras hacerse Hamás con el control de la franja. Y para sorpresa de muchos, Ahmed Qurei, hombre fuerte de Al Fatah y ex primer ministro, quedó fuera de la lista. Pero también quedaron fuera miembros de la nueva guardia que defienden una renovación total del partido, como Kadura Fares o Hasan Jader. "Los jóvenes estamos asqueados con la vieja guardia. Sólo gobiernan con eslóganes. Sólo se han ocupado de gestionar los dineros y han dejado de lado la liberación nacional. Ya basta", se quejaba Osama Abdalá, un joven delegado de Tulkarem en Belén. Para muchos como Abdalá, la renovación que ayer salió de las urnas puede que no sea suficiente, pero tal vez sí el principio del cambio.