La
alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, lanzó este viernes desde Jerusalén un llamamiento para avanzar políticamente en las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos “desde una perspectiva diferente”, que incluye su
intención unilateral de reconocer a un Estado palestino pleno antes de que acabe su mandato en la UE —recién estrenado— en 2019. “Veo que puede haber voluntad política para reanudar esas conversaciones y, sobre todo, para que den resultado”, dijo, aunque recoge el testigo de una Europa sensiblemente ausente en la zona. Sin embargo, en su discurso de entendimiento no ocultó sus diferencias con Israel. Mogherini chocó en público con su
homólogo local, Avigdor Lieberman, y con el
primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que consideran que la Autoridad Palestina no reúne aún los requisitos de gobernanza necesarios para gestionar un Estado reconocido a nivel internacional.
Netanyahu: "Jerusalén es nuestra capital, no una colonia"
La diplomática se ofreció a que ambas partes “cuenten con la UE” para impulsar “desesperadamente” una salida. A Netanyahu le parece “irresponsable” que ese camino arranque avalando sin más el Estado palestino mientras no se exija también garantías para la seguridad del Estado de Israel frente a ataques procedentes de grupos islamistas como Hamás en Gaza o Hezbolá en Líbano. La convicción de que hay que “fortalecer” a los líderes para avanzar en la paz, repetida por la italiana, tampoco casa con los ataques terroristas con atropellos vividos en Jerusalén en días recientes, por los que Netanyahu responsabiliza al
presidente palestino Mahmud Abbas.
Mogherini mostró su preocupación por los
atentados cometidos en la ciudad. Pero enseguida se mostró “extremadamente preocupada” por “las dificultades en el avance de las conversaciones directas” de Israel con Hamás [un grupo que es considerado formalmente terrorista por la propia UE] para avanzar en el fin del bloqueo a Gaza, que Europa exige levantar tras siete años en vigor. La jefa de la diplomacia europea apostó por “reconocer a los socios institucionales” en la Franja para ayudar en la reconstrucción
tras la ofensiva del pasado verano, en un claro espaldarazo al Ejecutivo de unidad palestino, que Israel rechaza por incluir a Hamás.
Después de que Mogherini calificara de “obstáculo” para la paz a las colonias en Cisjordania y Jerusalén, Netanyahu replicó que es una “extravagante afirmación” decir que la raíz del conflicto puede estar en un asentamiento determinado. “El problema no es la tierra, sino nuestra propia existencia y la negativa [de los palestinos] a reconocer a Israel sobre cualquier frontera”, replicó. El primer ministro insistió en que Jerusalén es su “capital, no una colonia”. Tras las sucesivas críticas de la UE a las ampliaciones de asentamientos, Netanyahu defendió que se está construyendo “en barrios que existen desde hace casi 50 años” y que, en cualquier acuerdo final con los palestinos, quedarán dentro de sus fronteras.
La UE exige que se levante el bloqueo a Gaza, que lleva siete años en vigor
Mogherini —que por su formación (su tesis universitaria versó sobre filosofía política e islam) ya ha generado comentarios poco elogiosos de comentaristas israelíes—, viajará este sábado a Gaza y se entrevistará con Abbas en Ramala.
Como telón de fondo a su visita, Jerusalén mantuvo durante esta jornada una calma relativa, en otro viernes de oración llamado a convertirse en jornada de violencia. Hubo incidentes en Shuafat, donde se celebró un entierro simbólico de Ibrahim al Akri, que el miércoles arrolló a 14 personas; una murió ese día y la otra, este viernes. Al Akri fue abatido.
El rabino jefe sefardí, Yitzhak Yosef, pidió este viernes a los judíos que no vayan al Monte del Templo (para los musulmanes Explanada de las Mezquitas) para no “echar más leña al fuego”. Las visitas de ultranacionalistas han desembocado en enfrentamientos.
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