20 de noviembre de 2014

«Esta mañana un alumno me ha llamado [...] y me ha tirado una silla a la cabeza»

«Esta mañana un alumno me ha llamado [...] y me ha tirado una silla a la cabeza»

Día 20/11/2014 - 01.58h

Los padres superan a sus hijos en las agresiones a profesores, según el último informe del sindicato Anpe

Decir que «el profesor me ha cogido manía» es un clásico generacional. Lo que es novedad es que el padre se abalance sobre el docente para agredirle. «Hoy un padre en el patio –nunca se había presentado antes en el centro a lo largo del curso– en la fila de entrada delante de los niños, de otros profesores y padres comenzó a gritarme y a amenazarme con prenderme fuego». Así como está escrito, lo denunció un profesor al Defensor del Profesor y así ha quedado reflejado en la memoria que ha facilitado el sindicato independiente de profesores ANPE. En el documento se alerta del hecho de que «cada vez con más frecuencia, son los padres los causantes» de más «interferencias, amenazas o coacciones» en el entorno educativo.
Inmaculada Suárez es la Defensora del Profesor y confirma a ABC que no es un error el hecho de que en los datos de la memoria del curso 2013-14 figure que el mayor número de llamadas de profesores víctimas de conflictividad y violencia en las aulas sean de Primaria y no de cursos con alumnos de más edad. En concreto, cerca del 40% corresponden a la etapa de Primaria, el 39% a Secundaria, el 7% a los Programas de Cualificación Profesional Inicial, el 7% a Infantil, el 6% a Ciclos Formativos y un 1% al resto.

Agresiones físicas

La explicación, dice Suárez, es que «los padres han tomado el testigo. Antes eran los alumnos de cursos superiores los que cometían actos de desconsideración. Ahora, los que insultan o incluso o agreden, son los progenitores». Para corroborar sus afirmaciones anima a buscar en la memoria casos como el de un profesor que cuenta cómo fuera del centro recibió «intimidación, amenazas y agresión física del padre de una alumna», que le «empujó de forma reiterada» y le llegó incluso a golpear en la cara.
Según Suárez, estas situaciones se producen porque «cada vez somos más protectores de nuestros hijos, los defendemos a ultranza y no queremos saber más». También, añade la Defensora del Profesor, se están dando casos donde «los padres atraviesan una situación económica difícil, y si no se les da la beca de libros o de comedor van al centro amenazantes, pensando que la culpa es del equipo directivo. Incluso si la tensión deriva de una delicada situación personal, también acuden al colegio a descargar su rabia. Al final, los problemas personales acaban recayendo en el propio profesor».

Bajas laborales

Durante los nueve años que lleva en marcha este servicio, más de 25.000 profesores han hecho uso de él. De las 10 llamadas que se reciben cada día, algunas son increíbles. «Esta mañana, un alumno me ha llamado [“...”] y me ha lanzado una silla y su mochila», cuenta un profesor. Una situación no muy distinta de otro que narra cómo al acercarse a un alumno para que dejase de agredir a otro, este le llamó [«...»] y le lanzó a la cara el balón «con toda la fuerza con que fue capaz», obligándole a coger una baja laboral.
estos casos son representativos tan solo del epígrafe de conductas agresivas. Faltan los de problemas para dar clases, faltas de respeto e insultos, acoso y amenazas, grabaciones y fotos, daños a pertenencias, falsas acusaciones, acoso laboral o falta de respaldo por parte de la administración.
Situaciones tan desesperantes para los docentes que no es difícil comprender que la ansiedad entre este colectico haya subido, según el informe, desde un 50% del curso 12-13, a un 57% en el 13-14; o que también hayan subido los casos de depresión de un 16% a un 17%. No parece que ese sea el entorno «para la constitución de sociedades avanzadas, dinámicas y justas» del que hablaba la ley de 2006.

Testimonios desde las aulas

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