26 de julio de 2011
El Nobel de Economía Stiglitz participa por sorpresa en el Foro del 15-M
El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz participó este lunes en el I Foro Social del 15-M celebrado en el Parque del Retiro. Unos alumnos de un curso de Política Económica que se celebró en San Lorenzo de El Escorial y simpatizantes del movimiento invitaron a Stiglitz para que intervenga en el encuentro. El premio Nobel pronunció un discurso de 12 minutos, compartidos con su traductor, durante la comisión de Economía del 15-M y después se marchó. No sin antes defender una regulación de los mercados y reconocer que le gusta la "energía" que ve en el Movimiento 15-M: "La crisis económica ha mostrado los problemas actuales del capitalismo con unos mercados sin regular. La experiencia de las tres últimas décadas demuestra que hay una necesidad de que los gobiernos jueguen un importante papel en regular los mercados".
El perfil de Twitter @Acampadasol ha confirmado con un mensaje la presencia del Nobel de Economía de 2010: "Joseph Stiglitz, Nobel de Economía, está en Madrid y va a venir al #foro15M. En un rato junto al Palacio de Cristal”. El economista estadounidense se ha despidió reclamando un cambio en el discurso económico y reconociendo la lucha que están llevando a cabo los indignados: "Como alguien ajeno al movimiento veo aquí una energía reconfortante, espero que la uséis de forma constructiva. No se pueden remplazar las malas ideas por la ausencia de ideas sino que hay que cambiarlas por buenas ideas. Lograr que se integren en el debate público requiere organización y liderazgo. Va a ser una lucha difícil porque esas malas ideas están asentadas en el discurso económico dominante pero ahora tenemos una gran oportunidad para unir la ciencia económica con el compromiso y la justicia social y lograr así una nueva economía. Os deseo la mejor suerte".
El Movimiento 15-M celebró durante todo el lunes una especie de Congreso en Madrid después de un fin de semana en el que el espíritu del 15-M ha vuelto con fuerza a la capital, con la llegada de la marcha indignada el viernes tras 34 días de camino desde distintos puntos de España, la bienvenida en Sol en una multitudinaria asamblea sábado y la manifestación del domingo que reunió a más de 35.000 personas..
Lo han llamado I Foro Social 15-M y se celebró, con pancartas con lemas como Ilusionado de estar aquí, junto al Palacio de Cristal del parque del Retiro desde las diez de la mañana a las nueve y media de la noche, con un descanso para comer entre las dos y media y las cinco de la tarde. A primera hora, los indignados, decenas de los cuales pasaron la noche en el paseo de Recoletos y en Sol, se desperezaban en sus tiendas y se preparaban para un día de intenso debate, en el que se trataron asuntos relacionados con política internacional, medio ambiente, educación, feminismo, democracia participativa, economía, cultura, sanidad, temas sociales....
En esta ágora al aire libre participaron entre 200 y 300 personas, la mayoría llegadas de marchas indignadas de Burgos, Mallorca, Galicia... Charlaron organizados en amplios corros, aunque querían hacer grupos de trabajo más pequeños. Recogieron dudas y propuestas y trataron de dar muchos turnos de palabra para que todo el mundo participase. Además de aportar soluciones en los diferentes ámbitos, también contaron qué problemas tienen en sus asambleas locales y se buscaron mecanismos para mejorar la conexión entre las diferentes asambleas del movimiento y para centralizarlo. "En Burgos no hay comisión de medio ambiente porque somos pocos", comentó un miembro del movimiento.
Los corrillos más populares, que congregaron a más personas, fueron medio ambiente global y democracia participativa o a largo plazo y reforma del estado. "Como dice Marx", comenzó a decir un participante, que fue interrumpido por una chica, que le ha espetó: "Si vengo de Galicia es para escuchar vuestras teorías, no las de Kant ni las de Marx". A su lado, un hombre dijo que las asambleas son "el gran mérito del 15-M", ya que son el el órgano que les "permite pensar y decidir juntos, sintetizar ideas en principio opuestas".
En este grupo se dio un pequeño debate sobre si "reprimir a los que reprimen", es decir, responder con violencia a la policía. "El futuro del movimiento pasa por recuperar los valores que ha perdido la clase política y por la no violencia", dijo un joven, que abogó por incluir la no violencia y la resistencia pacífica en la futura constitución del 15-M.
Mientras tanto, en Sol, una treintena de personas trabaja en losnuevos asentamientos con los que el sábado se empezó a recontruir el campamento. Ya no hay en la plaza un solo puesto o barracón informativo sino varios. Son seis o siete puestecillos satélites alrededor de la estructura principal, no tienen toldos y no ocupan toda la plaza, sino el espacio entre las dos fuentes. Los que allí están ofrecen información sobre el movimiento y sobre las actividades del día. El 15-M Madrid ha decidido que la miniacampada improvisada este fin de semana se levantará hoy. Han despejado la duda sobre si volverán a tomar la plaza de forma continuada. No lo harán. Al que quiera quedarse, le ofrecen dos opciones: unirse a la acampada itinerante o instalarse en alguna de las casas ocupadas del Movimiento.
Unas 35.700 personas, más de 500 de las cuales llegaron el sábado a la capital a pie en seis columnas y más de 30 autobuses, regresaron el domingo al kilómetro cero de Madrid para exigir reformas políticas, económicas y sociales. Los manifestantes partieron de la glorieta de Atocha pasadas las siete de la tarde, coreando las consignas que ya se han convertido en clásicas, "el pueblo unido jamás será vencido" y “¡que no, que no, que no nos representan!”. Pasadas las ocho y media, los primeros llegaron a Sol, donde los recibía una pancarta que rezabaBienvenida, dignidad.
Sin embargo, la multitudinaria manifestación no terminó en una asamblea en la plaza, como estaba previsto. Primero decenas y luego cientos de personas trasladaron la protesta hasta las Cortes. Un perímetro de seguridad rodeaba al edificio e impedía el acceso a la Carrera de San Jerónimo. Toda la zona estaba vallada y flanqueada por decenas de policías, pero los indignados tomaron asiento y retaron a la policía a ver quién aguantaba más.
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