3 de diciembre de 2009
La Iglesia contraataca en la 'guerra de los crucifijos'
España | elmundo.es
Líder mundial en español
Jueves 03/12/2009. Actualizado 14:57h.
RELIGIÓN | Polémica por la presencia de símbolos en las aulas
La Iglesia contraataca en la 'guerra de los crucifijos'
José Manuel Vidal | Madrid
Actualizado jueves 03/12/2009 14:54 horas
"Están tocando al símbolo más sagrado del cristianismo". Éste es el aldabonazo que ha hecho saltar como un resorte a la Iglesia católica española para defender al crucifijo, que los congresistas, liderados por el partido socialista, quieren prohibir en las escuelas. La réplica viene tanto de las bases como de la jerarquía. Porque los católicos, en general, ven en esta decisión "una prueba más de intolerancia" y de "anticatolicismo" del Gobierno español.
Manuel de Castro es el secretario general de Escuelas Católicas, la patronal de los colegios religiosos concertados, con casi dos millones de alumnos y un historial de diálogo con el Gobierno socialista. Y sin embargo, califica la medida de "inoportuna, se mire por donde se mire" y de "una sorpresa, independientemente de que se justifique por la reciente sentencia del Tribunal de Estrasburgo".
Según De Castro, "estamos ante una nueva prueba de intolerancia". Y, a renglón seguido, para demostrarlo, lanza toda una batería de preguntas que ponen el dedo en la llaga: "¿Cómo es posible que el Tribunal de Estrasburgo considere la presencia de los crucifijos en las aulas como una violación del derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones? ¿Se piensa hacer lo mismo con otra multitud de símbolos religiosos presentes en las calles y otros lugares públicos y que forman parte de la historia y la cultura del pueblo español? ¿Es que nos molestan tanto las creencias de los demás, que no podemos tolerar su presencia? ¿Para cuándo esa capacidad de admitir al otro que no piensa como nosotros y de tolerar sin sufrimiento las manifestaciones, religiosas o no, de los demás?".
El líder de la escuela católica advierte de la ambigüedad de la proposición no de ley aprobada, que se refiere a la escuela. Sin especificar, si se trata sólo de la pública. "Es preciso diferenciar la posible aplicación de estas medidas en los centros públicos, en los que se debe exigir neutralidad ideológica y en los centros confesionales, concertados o no", explica De Castro.
A su juicio, la retirada de los crucifijos de los centros confesionales "no es factible", precisamente por la propia "argumentación del Tribunal de Estrasburgo" y porque atentaría contra "el artículo 27.6 de la Constitución española que proclama la libertad de creación de centros".
En cualquier caso, para Manuel De Castro la iniciativa no tiene razón de ser. "En primer lugar, porque la presencia de los símbolos religiosos en los centros públicos es prácticamente inexistente, pues se han ido retirando en la medida en que ha habido padres de alumnos que se empeñaron en hacerlo. En segundo lugar, porque exigir que se retiren también de los colegios confesionales va en contra del derecho de los titulares de los centros, reconocido en la LOE (artículos 84.9, 115 y 121), a establecer un 'carácter propio' que debe ser respetado por quienes escogen este tipo de centros".
'Desmontar la historia'
Más duro todavía se ha mostrado el recientemente nombrado arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz. En declaraciones a la Cope, ha tildado la iniciativa de "estrategia para desmontar la historia de nuestro pueblo". A su juicio, "no es la primera vez que se pretende ir barriendo y erradicando la presencia del mundo religioso en general y del cristiano y del católico en particular".
Para el todavía obispo de Huesca y de Jaca, se trata, por un lado, de una "cortina de humo muy provocativa", pero, por otro, de una "estrategia de un diseño que pretende desmontar una historia y una urdimbre", es decir, la idiosincrasia de un pueblo que ha convivido con el crucifijo y ha hecho de él un "símbolo de libertad, entrega y una autoridad moral de la que algunos tanto adolecen".
Por su parte, la secretaria de la provincia eclesiástica de Madrid y mano derecha del cardenal Rouco Varela, María Rosa de la Cierva, considera que "hay algunos políticos que, sin más, lo que les satisface es atacar a la Iglesia" y califica la medida de "aversión a nuestra fe y a sus signos".
A juicio de la religiosa, esta polémica "hará más firmes" a los católicos en la defensa de su identidad y de sus símbolos. "Estos ataques nos estimulan a una mayor fe y testimonio de nuestra fe en Jesucristo. Si tenemos que sufrir el martirio, lo sufriremos, pero no claudicaremos en nuestros compromisos de fe", asegura tajante.
En parecidos términos se pronuncia el presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA), Luis Carbonell. "Existe una persecución contra todos aquellos que no comparten la ideología del Gobierno y se atreven a profesar una fe, o tienen unas ideas donde priman la libertad y la dignidad de la persona. Esta persecución es evidente que se produce contra el ideario católico y el humanismo cristiano".
Líder mundial en español
Jueves 03/12/2009. Actualizado 14:57h.
RELIGIÓN | Polémica por la presencia de símbolos en las aulas
La Iglesia contraataca en la 'guerra de los crucifijos'
José Manuel Vidal | Madrid
Actualizado jueves 03/12/2009 14:54 horas
"Están tocando al símbolo más sagrado del cristianismo". Éste es el aldabonazo que ha hecho saltar como un resorte a la Iglesia católica española para defender al crucifijo, que los congresistas, liderados por el partido socialista, quieren prohibir en las escuelas. La réplica viene tanto de las bases como de la jerarquía. Porque los católicos, en general, ven en esta decisión "una prueba más de intolerancia" y de "anticatolicismo" del Gobierno español.
Manuel de Castro es el secretario general de Escuelas Católicas, la patronal de los colegios religiosos concertados, con casi dos millones de alumnos y un historial de diálogo con el Gobierno socialista. Y sin embargo, califica la medida de "inoportuna, se mire por donde se mire" y de "una sorpresa, independientemente de que se justifique por la reciente sentencia del Tribunal de Estrasburgo".
Según De Castro, "estamos ante una nueva prueba de intolerancia". Y, a renglón seguido, para demostrarlo, lanza toda una batería de preguntas que ponen el dedo en la llaga: "¿Cómo es posible que el Tribunal de Estrasburgo considere la presencia de los crucifijos en las aulas como una violación del derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones? ¿Se piensa hacer lo mismo con otra multitud de símbolos religiosos presentes en las calles y otros lugares públicos y que forman parte de la historia y la cultura del pueblo español? ¿Es que nos molestan tanto las creencias de los demás, que no podemos tolerar su presencia? ¿Para cuándo esa capacidad de admitir al otro que no piensa como nosotros y de tolerar sin sufrimiento las manifestaciones, religiosas o no, de los demás?".
El líder de la escuela católica advierte de la ambigüedad de la proposición no de ley aprobada, que se refiere a la escuela. Sin especificar, si se trata sólo de la pública. "Es preciso diferenciar la posible aplicación de estas medidas en los centros públicos, en los que se debe exigir neutralidad ideológica y en los centros confesionales, concertados o no", explica De Castro.
A su juicio, la retirada de los crucifijos de los centros confesionales "no es factible", precisamente por la propia "argumentación del Tribunal de Estrasburgo" y porque atentaría contra "el artículo 27.6 de la Constitución española que proclama la libertad de creación de centros".
En cualquier caso, para Manuel De Castro la iniciativa no tiene razón de ser. "En primer lugar, porque la presencia de los símbolos religiosos en los centros públicos es prácticamente inexistente, pues se han ido retirando en la medida en que ha habido padres de alumnos que se empeñaron en hacerlo. En segundo lugar, porque exigir que se retiren también de los colegios confesionales va en contra del derecho de los titulares de los centros, reconocido en la LOE (artículos 84.9, 115 y 121), a establecer un 'carácter propio' que debe ser respetado por quienes escogen este tipo de centros".
'Desmontar la historia'
Más duro todavía se ha mostrado el recientemente nombrado arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz. En declaraciones a la Cope, ha tildado la iniciativa de "estrategia para desmontar la historia de nuestro pueblo". A su juicio, "no es la primera vez que se pretende ir barriendo y erradicando la presencia del mundo religioso en general y del cristiano y del católico en particular".
Para el todavía obispo de Huesca y de Jaca, se trata, por un lado, de una "cortina de humo muy provocativa", pero, por otro, de una "estrategia de un diseño que pretende desmontar una historia y una urdimbre", es decir, la idiosincrasia de un pueblo que ha convivido con el crucifijo y ha hecho de él un "símbolo de libertad, entrega y una autoridad moral de la que algunos tanto adolecen".
Por su parte, la secretaria de la provincia eclesiástica de Madrid y mano derecha del cardenal Rouco Varela, María Rosa de la Cierva, considera que "hay algunos políticos que, sin más, lo que les satisface es atacar a la Iglesia" y califica la medida de "aversión a nuestra fe y a sus signos".
A juicio de la religiosa, esta polémica "hará más firmes" a los católicos en la defensa de su identidad y de sus símbolos. "Estos ataques nos estimulan a una mayor fe y testimonio de nuestra fe en Jesucristo. Si tenemos que sufrir el martirio, lo sufriremos, pero no claudicaremos en nuestros compromisos de fe", asegura tajante.
En parecidos términos se pronuncia el presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA), Luis Carbonell. "Existe una persecución contra todos aquellos que no comparten la ideología del Gobierno y se atreven a profesar una fe, o tienen unas ideas donde priman la libertad y la dignidad de la persona. Esta persecución es evidente que se produce contra el ideario católico y el humanismo cristiano".