8 de enero de 2009
La policía registra la prisión de Zuera tras morir tres internos en seis días
EL PAIS - ELSA GRANDA - Madrid - 08/01/2009
La policía registra la prisión de Zuera tras morir tres internos en seis días
La principal hipótesis es el consumo de una partida de droga adulterada
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía con perros adiestrados entraron el lunes en la prisión zaragozana de Zuera después de que tres internos del centro penitenciario fallecieran en sólo seis días, el último el pasado día 4. Aunque aún no existe una explicación oficial de lo ocurrido, la principal hipótesis que se baraja es que las muertes se hayan producido por una partida de droga adulterada o por sobredosis. Por eso los policías realizaron cacheos y recorrieron las instalaciones de la cárcel con perros en busca de sustancias estupefacientes.
Los fallecidos cumplían condena en el mismo módulo de la cárcel
Según fuentes de Instituciones Penitenciarias, la investigación judicial sigue abierta y la causa de estas muertes no se conocerá hasta dentro de dos meses, cuando estén disponibles los resultados de las autopsias. Los tres fallecidos cumplían condena en el mismo módulo, el de destinos, en el que están los presos que realizan algún trabajo dentro de la cárcel.
La primera muerte se produjo el día 30. D. F. F. de 39 años, que trabajaba en la lavandería del centro, había regresado de permiso esa misma tarde. Sobre las cinco de la madrugada, su compañero de celda avisó de que el hombre se encontraba mal. Cuando llegaron los sanitarios ya había fallecido. Cumplía una pena de ocho años y siete meses de cárcel. Según el delegado del sindicato de prisiones Acaip en ese centro penitenciario, este caso puede ser el desencadenante de las otras dos muertes. "Entendemos que puede haber sido una partida adultera de droga [introducida por este recluso], porque en el cacheo de la celda se encontraron seis bolas de distinto tamaño de hachís y heroína y en las celdas de los otros dos internos fallecidos se hallaron papelas [usadas para consumo de droga]". El mismo funcionario señala que el interno se encontraba en perfectas condiciones dos horas antes y que había regresado ese mismo día de permiso, "una circunstancia que aprovechan algunos reclusos para introducir droga en la cárcel dentro de su cuerpo, como hacen los muleros". La segunda muerte se produjo el 31 de diciembre. J. C. A. S., de 42 años, condenado a seis años y nueve meses, estaba en Zuera desde 2005, trabajaba en labores de limpieza y en el economato, y fue encontrado sobre las 15.40 inconsciente por su compañero de celda. Los sanitarios sólo puedieron certificar su muerte.
El tercer recluso, J. P. N., falleció el domingo, tenía 29 años y estaba condenado a 17 años por asesinato. Ingresó en prisión en 2001 y trabajaba en la panadería. Fue hallado sin vida en su litera a las 17.40 por la funcionaria que realizaba el recuento de la tarde. Fuentes del sindicato Acaip señalaron que varios internos se encuentran aislados por su presunta relación con este caso.
Los sistemas de control para evitar la introducción de drogas consiste en una prueba que determina si el preso ha estado en contacto con estupefacientes. Sólo en caso de sospechas fundadas se utiliza un escáner, y para ello es necesaria autorización judicial.
La policía registra la prisión de Zuera tras morir tres internos en seis días
La principal hipótesis es el consumo de una partida de droga adulterada
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía con perros adiestrados entraron el lunes en la prisión zaragozana de Zuera después de que tres internos del centro penitenciario fallecieran en sólo seis días, el último el pasado día 4. Aunque aún no existe una explicación oficial de lo ocurrido, la principal hipótesis que se baraja es que las muertes se hayan producido por una partida de droga adulterada o por sobredosis. Por eso los policías realizaron cacheos y recorrieron las instalaciones de la cárcel con perros en busca de sustancias estupefacientes.
Los fallecidos cumplían condena en el mismo módulo de la cárcel
Según fuentes de Instituciones Penitenciarias, la investigación judicial sigue abierta y la causa de estas muertes no se conocerá hasta dentro de dos meses, cuando estén disponibles los resultados de las autopsias. Los tres fallecidos cumplían condena en el mismo módulo, el de destinos, en el que están los presos que realizan algún trabajo dentro de la cárcel.
La primera muerte se produjo el día 30. D. F. F. de 39 años, que trabajaba en la lavandería del centro, había regresado de permiso esa misma tarde. Sobre las cinco de la madrugada, su compañero de celda avisó de que el hombre se encontraba mal. Cuando llegaron los sanitarios ya había fallecido. Cumplía una pena de ocho años y siete meses de cárcel. Según el delegado del sindicato de prisiones Acaip en ese centro penitenciario, este caso puede ser el desencadenante de las otras dos muertes. "Entendemos que puede haber sido una partida adultera de droga [introducida por este recluso], porque en el cacheo de la celda se encontraron seis bolas de distinto tamaño de hachís y heroína y en las celdas de los otros dos internos fallecidos se hallaron papelas [usadas para consumo de droga]". El mismo funcionario señala que el interno se encontraba en perfectas condiciones dos horas antes y que había regresado ese mismo día de permiso, "una circunstancia que aprovechan algunos reclusos para introducir droga en la cárcel dentro de su cuerpo, como hacen los muleros". La segunda muerte se produjo el 31 de diciembre. J. C. A. S., de 42 años, condenado a seis años y nueve meses, estaba en Zuera desde 2005, trabajaba en labores de limpieza y en el economato, y fue encontrado sobre las 15.40 inconsciente por su compañero de celda. Los sanitarios sólo puedieron certificar su muerte.
El tercer recluso, J. P. N., falleció el domingo, tenía 29 años y estaba condenado a 17 años por asesinato. Ingresó en prisión en 2001 y trabajaba en la panadería. Fue hallado sin vida en su litera a las 17.40 por la funcionaria que realizaba el recuento de la tarde. Fuentes del sindicato Acaip señalaron que varios internos se encuentran aislados por su presunta relación con este caso.
Los sistemas de control para evitar la introducción de drogas consiste en una prueba que determina si el preso ha estado en contacto con estupefacientes. Sólo en caso de sospechas fundadas se utiliza un escáner, y para ello es necesaria autorización judicial.