26 de enero de 2013

Seres rotos, sociedades divididas


Metroscopia

“No creo en las encuestas”. Mal empezamos... Es tanto como decir “no creo en los termómetros”. Las encuestas, como los termómetros, no son una cuestión de fe, pertenecen al mundo más humilde y pragmático de la medición. Si están bien hechas, son una herramienta para medir, y así describir, los estados de opinión de una sociedad en un momento determinado. Los datos están ahí y son los mismos para todos. Otra cosa es cómo se analizan e interpretan...

Seres rotos, sociedades divididas

Por:  24 de enero de 2013 - EL PAIS 
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Sin duda una de las cuestiones que parece suscitar mayor interés en la prensa extranjera es si la mezcla explosiva entre ajustes y crisis dará lugar a una reacción explosiva en España. Al respecto, la percepción de los españoles es clara y un 73% de los ciudadanos piensa que nuestro país está al borde de un estallido social a causa del nivel de paro y pobreza. 
Los principales problemas que preocupan a los españoles, según el último barómetro del CIS, son el paro, los problemas de índole económica, la clase política y la corrupción. La combinación de estas variables, junto con el incremento de las desigualdades sociales y el mayor empobrecimiento de la población, podría haber dado lugar ya –como ha sucedido en Grecia- a esa reacción explosiva. Pero con todo, hasta ahora no ha sido así.
La pregunta sería por tanto, ¿qué es lo que está frenando ese posible estallido social? Hasta el momento, la familia, las amistades, las organizaciones de carácter asistencial y los movimientos sociales más activos en la defensa de los derechos humanos son los que están sosteniendo y asistiendo a la población que –desde hace muchos meses- está pasando mayor necesidad a causa de los ajustes y la crisis. La calidad de la red de apoyo social de los ciudadanos españoles es la que está frenando ese estallido social que el imaginario popular ve como inminente y por tanto, como prácticamente inevitable.
Según los últimos datos de la OCDE correspondientes a 2010, el 94% de los españoles decía contar con familiares y amigos en los que apoyarse en caso de necesidad, una de las tasas más altas de Europa. Sin embargo -y según datos del sondeo de Metroscopia realizado esta semana- ese porcentaje se ha visto reducido al 77%.
La función social de las redes de apoyo -y el capital social que representan- se puede llegar a evaporar si persiste la pérdida real de bienestar y calidad de vida de los ciudadanos. Existe un deterioro sin precedentes de las condiciones de vida de la ciudadanía en España: la tasa de riesgo de pobreza y exclusión social es del 27% (segúndatos de Eurostat) y afecta a casi 12 millones y medio de personas; se inicia el año con gastos y tasas -hasta ahora inexistentes- en el acceso a la salud y la justicia; suben los impuestos que repercuten directamente en la cobertura de necesidades básicas de los ciudadanos; y, lo más relevante, todo indica que el paro seguirá creciendo (en todo caso, eso es lo que creen los españoles, según datos de Metroscopia) mientras el empleo existente se precariza y las prestaciones se agotan. Un reciente informe de la Comisión Europea en el que se alerta del aumento de las divergencias y del mayor riesgo de exclusión a largo plazo en Europa, señala a España como el país de la Unión Europea donde más ha aumentado el paro de larga duración en los últimos años.
Que una amplia mayoría ciudadana piense que estamos al borde de un inminente estallido social refleja —además de un alto grado de desconfianza en las instituciones políticas— que la sociedad española está a punto de tocar fondo y siente que no va a poder seguir haciéndose cargo del sufrimiento humano que representa esta crisis para más de una cuarta parte de la población. No hay mecha que arda más rápido que la de la impotencia e indignación por ver sufrir a las personas del entorno más cercano y no poder ayudarlas. Cada vez hay menos brazos que puedan sostener, el peso es mayor y el nudo más apretado. Eso sí que parece inminente.
Datos seres Rotos
Análisis ampliado del publicado en la edición impresa de EL PAÍS el domingo 20 de enero de 2013
Violeta Assiego es abogada y coordina los estudios de Discriminación, Pobreza y Exclusión Social en Metroscopia.En twitter @Vissibles.
Fotografía de Violeta Assiego.

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