26 de enero de 2013
Rajoy manda aparcar el ‘caso Bárcenas’ hasta que acabe la investigación del PP
CARLOS E. CUÉ (ENVIADO ESPECIAL) Santiago de Chile 26 ENE 2013 - 00:32 CET525
El caso Bárcenas ha creado la mayor crisis política desde que Mariano Rajoy está en el Gobierno. Y no solo por el desgaste público, sino sobre todo por la enorme tensión interna que está creando en el PP, un ambiente enrarecido que no se vivía desde 2008, en los meses previos al congreso de Valencia, en el que nadie se anima a poner la mano en el fuego por nadie y aliados y rivales se miran con desconfianza, a la espera de nuevas revelaciones.
El escándalo es tan grave que ha tapado durante unos días la acción de Gobierno. El presidente está intentando por todos los medios aparcar este asunto durante un tiempo, al menos hasta que finalice la investigación interna de la tesorera, Carmen Navarro, de la que nadie da ningún detalle. Rajoy ha dado órdenes claras a la tesorera, a la secretaria general y al PP para aparcar este asunto, evitar más titulares.
Ese es un trabajo que ha realizado en privado, sin micrófonos. Pero, por si hubiera dudas, él mismo lanzó un mensaje en público ayer muy claro, en Chile, en la primera ocasión que tuvo la prensa para interrogarle. Le preguntaron si se sentía de alguna manera responsable del escándalo, ya que fue él quien nombró tesorero a Luis Bárcenas y él era presidente del PP cuando se produjo el movimiento de hasta 22 millones de euros en una cuenta suiza del hombre que controlaba las cuentas del partido. Rajoy mostró que no quiere entrar al fondo del asunto, ni siquiera citó a Bárcenas e intentó aparcar la polémica: “Nosotros hemos tomado una decisión en el último Comité Ejecutivo del PP. Yo estaré a lo que digan las conclusiones de esa comisión que hemos abierto, debemos ser transparentes y que no se genere ninguna duda sobre la actividad del partido”. ¿Y qué hará después? No lo aclaró.
Eso sí, el presidente trató de combatir la idea de que la corrupción está muy extendida en España: “No hay nada más injusto que la generalización, el no distinguir. Llevo muchos años en la vida política, hay muchísima gente, la inmensa mayoría, que cumplen su labor de manera digna, son eficaces y son honrados. Nunca aceptaré que se generalicen conductas, simplemente porque es la mayor de las injusticias”, remató en una rueda de prensa conjunta con Sebastián Piñera, el presidente chileno.
Pero si ante los micrófonos fue claro ese intento por aparcar el asunto —en dos días de viaje Rajoy ha realizado dos anuncios importantes, la prórroga del plan Prepara y la mejora del plan Pive, y está intentando volver a marcar la agenda política—, más aún lo fue la conversación informal que el presidente mantuvo con la prensa en el avión del Ejército español que le trasladaba a Chile desde Perú.
Rajoy se mostró esquivo en todo momento sobre un asunto extremadamente delicado para su partido y para él —lleva 24 años en la cúpula y es presidente desde 2004—. E incluso evitó desmentir abiertamente que alguien del PP, ni siquiera él, haya cobrado sobresueldos opacos. Fue preguntado por este asunto hasta en tres ocasiones y no hizo ningún desmentido. Incluso llegó a decir que, por no entrar, ni siquiera iba a entrar a desmentidos.
El presidente asegura que es la nueva tesorera quien tiene las manos absolutamente libres para hacer una investigación a fondo preguntando a todo el mundo sobre las cuentas del PP y para llegar hasta el final. Hasta que ella se pronuncie, Rajoy no tiene intenciones de entrar al asunto, ni siquiera, como han hecho otros dirigentes o la propia vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, para desmentir que él haya cobrado sobresueldos o haya tenido conocimiento de que algún dirigente los cobraba. Por no decir no dijo ni el “no me consta” en mi etapa de María Dolores de Cospedal.
Rajoy afronta el asunto casi como algo que no le compete. Se escuda en que él nunca se ha ocupado de estos asuntos de las finanzas del partido y por tanto no sabe qué se cocía ahí. El presidente trata así de alejar su nombre del escándalo, dejando en manos de Cospedal los anuncios y las respuestas a la prensa —fue ella quien anunció la comisión y quien compareció tras el Comité Nacional.
Tanto es así que cuando ayer, en una entrevista en Punto Radio, Luis del Olmo le preguntó cuándo fue la última vez que había hablado con Bárcenas, Rajoy contestó: “No me acuerdo”. Todo en un intento de desvincularse del escándalo y del tesorero, al que no solo ascendió él en el congreso de 2008. También fue él quien decidió no forzar su dimisión hasta un año largo después de que estallara el escándalo delcaso Gürtel. Bárcenas siempre aplaudió el trato que recibía de Rajoy, con el que le unía una buena relación, mientras se enfrentaba de forma dura con Cospedal.
El presidente aprovechó esa conversación discreta para pedir responsabilidad a la prensa al tratar un asunto delicado que está generando un enorme descrédito de la política. En el entorno del presidente cada vez se repiten más las críticas hacia los medios de comunicación por la imagen exageradamente negativa que, creen, trasladan de la política.
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