30 de enero de 2012
La Moncloa asume el estilo de su nueva inquilina
Hace apenas tres semanas que los Rajoy se han mudado al palacio de la Moncloa y, esta misma semana, el presidente ha cumplido su primer mes al frente del Gobierno. Pero en este tiempo, su esposa, Elvira Fernández, Viri, ya ha dejado entrever, por el ritmo de sus apariciones públicas, que tendrá un papel más activo que su antecesora, Sonsoles Espinosa, consorte de José Luis Rodríguez Zapatero. Ella quiere tener su propio estilo como lo han hecho Carla Bruni en Francia o Michelle Obama en Estados Unidos. Sabe que está en el punto de mira sobre todo en estos primeros días en los que trazará las líneas de lo que será su particular mandato.
Vestida de gala, con una falda color berenjena y una chaqueta negra de esmoquin de marcada tendencia, acudió el pasado martes al Palacio Real a la recepción que los Reyes ofrecieron al cuerpo diplomático en España, la misma en la que un invitado negó el saludo a la princesa Letizia. Esa misma tarde, de riguroso luto, acompañó a su esposo en el funeral por Manuel Fraga en la catedral de la Almudena de Madrid. El jueves, con otro sobrio vestido de noche, volvió al Palacio Real con Rajoy para asistir a la cena de gala de los Reyes en honor del presidente de Perú, Ollanta Humala.
No es que la esposa del nuevo presidente pretenda ahora imponerse una agenda cargada de actos oficiales, puesto que, según fuentes del PP, mantendrá el perfil discreto que la ha caracterizado todos los años en los que Rajoy ha sido el jefe de la oposición. Pero todo apunta a que marcará distancias con Sonsoles Espinosa, quien recibió las críticas de los populares por, según ellos, descuidar su papel como esposa del presidente Zapatero. No les parecía bien que el expresidente visitara solo a otros mandatarios extranjeros.
Elvira Fernández ha prolongado además el permiso que solicitó en su puesto en Telefónica Contenidos durante la campaña electoral, para acompañar a su esposo por todo el país. Su intención es ser el soporte de su familia —los Rajoy tienen dos hijos varones de seis y 12 años— para facilitar su vida en el palacio de la Moncloa. Después, acompañar a su marido en los actos oficiales y en los viajes de Estado. Por eso, no ha estado en las visitas que Rajoy ha hecho ya a Marruecos, Portugal y Alemania, porque todos han sido lo que se denominan viajes de trabajo, con un carácter más técnico que institucional. Sí acudirá, sin embargo, a la recepción oficial que mañana a mediodía ofrecerá el príncipe Felipe en la isla de El Hierro para celebrar su 44 cumpleaños y con la que pretende apoyar el turismo.
Poco se sabe de la nueva vida de los Rajoy. Guardan con celo su intimidad, su entorno se niega a dar detalles, y tan solo ha trascendido que apenas han hecho transformaciones en la decoración del palacio. Se pintaron las habitaciones que forman parte de su residencia antes de que se mudaran desde su chalé adosado de Aravaca, una zona residencial de la capital. La escasez de cambios es en buena medida por una cuestión de austeridad, acorde con el perfil que en público demuestran los Rajoy, pero también por la situación económica del país.
Aunque el palacio se decora con los muebles de Patrimonio Nacional, ya Ana Botella, la esposa de José María Aznar, quiso en 1996 que las dependencias familiares se asemejaran a su hogar anterior con una decoración más recargada y las transformó de arriba abajo. A su vez, la esposa de Zapatero volvió a rehacerlas a su llegada en 2004 y apostó por un estilo minimalista.
Elvira Fernández no se parece ni a una ni a otra. A ella no se le escucharán las críticas que Ana Botella hizo a La Moncloa cuando se mudó y aseguró que aquel palacio era “inhabitable para una familia normal”. Sí es probable que imite a su antecesora, Espinosa, a la hora de guardar celosamente la intimidad de sus hijos. Aunque ella se cuidará mucho de que no se hagan, o al menos no se difundan, fotos con mandatarios en el extranjero.
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