23 de abril de 2010

OTRO MOJÓN ENTRE MADRID Y RABAT

COMENTARIO PREVIO
Ceuta y Melilla eran parte de la quinta Provianciae Hispanorum: La Mauritania, gobernada por el traidor conde D.Julián. Los Reyes Católicos ya estaban pensando en su Reconquista cuando el descubrimiento de América atrajo toda la atención de ellos y de sus sucesores. Marruecos es cosa del siglo XX.

ABC

OTRO MOJÓN ENTRE MADRID Y RABAT

• 22 Abril 2010, 12:31


Algunos se llevan las manos a la cabeza por el cartel en el que las autoridades de Marruecos califican a la ciudad autónoma de Melilla como "ocupada". Lleva días ondeando en la frontera de Beni Enzar, a las puertas de España.
Los medios de comunicación hablan de ello, los políticos locales -especialmente el PP- presionan a Madrid para que proteste y los vecinos del lado marroquí seguro que se parten de risa por el mosqueo español.
El Gobierno de Madrid nunca ha chistado lo más mínimo a sus colegas de Rabat por algo así. Y digo nunca porque, por mucho que ahora se airee el cartelito este, denominar de "ocupadas" a Ceuta y Melilla es lo más normal del mundo por parte del reino alauí.
Lo hacen en sus discursos oficiales a todos los niveles, los hacen en las ruedas de prensa incluidas las de los consejos de ministros, lo hacen los medios de comunicación con la hiperoficialísima agencia Map a la cabeza...
¿Por qué […] no llevamos ahora las manos a la cabeza y no nos las llevamos cuando se le da el estatuto avanzado en Bruselas a un país que no reconoce la integridad territorial de España y, por tanto, de la Unión Europea?
Rabat sí puede llamar la atención, presionar, amenazar e incluso amedrentar a los corresponsales españoles que alguna vez hemos empelado el término "ocupado" para el Sahara Occidental.
Frente a esto, la tibieza de Madrid, el silencio que trata de quitar importancia a carteles en la frontera, a teletipos que sólo insultan en una dirección. Ya se organizará otra cumbre en Granada, en Córdoba o a la sombra de la Giralda, que para eso es hermana de la Kutubía y de la torre Hasán.
Lo políticamente correcto se confunde a menudo con la amistad entre vecinos mal entendida. Madrid sigue sin querer molestar lo más mínimo y, arrollada por la bola de nieve en la que se ha convertido el "con Marruecos hasta el fin del mundo", ha perdido, y esto ya lo he dicho alguna vez, toda capacidad de crítica que es necesaria para que las relaciones avancen con un mínimo grado de confianza.
El cartel colocado frente a Melilla es sólo un mojón más en la frontera de los muchos que ya hay.