18 de diciembre de 2012
Los ‘emperadores’ del papel ‘couché’
Fue un encuentro discreto. El empresario Antonio Banús Ferré, sobrino del famoso promotor inmobiliario del mismo nombre, el que dio nombre a Puerto Banús, el famoso puerto deportivo de Marbella, acudió con su lujoso coche deportivo Bentley Continental al hotel Mirasierra Suites de Madrid el pasado 8 de marzo. La cita era con una señora de mediana edad que le esperaba en el hall. Tras saludarse afectuosamente, Banús y su acompañante se dirigieron a una zona reservada del hotel, según los policías que les observaban en ese momento. Estuvieron allí un escaso cuarto de hora. Después salieron y se despidieron. Cada uno se fue por su lado.
¿Cuál fue la finalidad de esa reunión? Los agentes creen que Antonio Banús pudo recibir en ese acto 100.000 euros de la mayor red de blanqueo desarticulada en los últimos años, la mafia china que dirigía Gao Ping. La persona con la que se vio fue Malka Maman, la principal cabecilla del grupo de ciudadanos israelíes establecidos en España que ayudó a la organización criminal a sacar hacia China millones de euros.
Antes de esa reunión, Banús había enviado supuestamente esa misma cantidad más una comisión a las cuentas de la trama desde algún paraíso fiscal en el que tendría dinero no declarado. Tras hacer el traspaso, el empresario habría hecho llegar por fax o correo electrónico una copia del justificante del envío con su correspondiente código internacional swift. Una vez comprobado que el dinero estaba allí, la red acudía con el dinero contante empaquetado en fajos y metido en mochilas, carteras o simples bolsas de plástico. Esto es lo que los agentes creen que Malka hizo al encontrarse con Banús, según se recoge en el sumario del caso Emperador.
Como Banús, varias decenas de empresarios españoles, entre ellos algunos muy conocidos por pertenecer a la nobleza o ser asiduos de la prensa del corazón, acudieron a Malka —directamente o a través de intermediarios— para traer a España dinero cash procedente de cuentas en el exterior, eludiendo así los controles de Hacienda, según la policía. El sistema, que según fuentes jurídicas constituiría en algunos casos un delito fiscal, no solo beneficiaba a los receptores de los maletines y bolsas. También a la red de Gao Ping, que conseguía blanquear grandes cantidades deshaciéndose en estos intercambios del efectivo que generaban sus supuestas actividades de contrabando y falsificación de mercancías para vender al por mayor a los miles de bazares chinos dispersados por todo el país.
Muchas de las transferencias de estos clientes adinerados de la organización criminal llegaban directamente a China, pero Malka y el resto de los integrantes de la trama de ciudadanos israelíes, dirigidos por el verdadero cerebro de esta trama de blanqueo, el empresario catalán Rafael Pallardó, habían diseñado una red internacional con intermediarios en terceros países, como Suiza, India, Pakistán, Israel o Egipto. En muchas ocasiones el dinero que los clientes recibían en cash en España había pasado previamente por las cuentas de estos comisionistas que, en algunos casos, se valían de sus puestos en bancos extranjeros como el HSBC de Ginebra (Suiza), o en la Bolsa de Diamantes de Tel Aviv para remitirlo a las cuentas de Gao.
Otro de los personajes conocidos que aparece en la investigación es el exconsejero delegado de Banesto Enrique Lasarte, uno de los hombres de máxima confianza de Mario Conde cuando este dirigía la entidad y condenado junto a él por el quebranto millonario causado a sus accionistas y valorado por el Banco de España en 3.600 millones de euros. La policía considera que Lasarte no solo fue cliente de la trama que dirigía Malka, sino también intermediario de otros empresarios con dinero no declarado y necesitados de efectivo.
Como tal actuaba Lasarte en varias de sus conversaciones grabadas por la policía con Malka Maman, en las que expresaba cierto nerviosismo. El problema era que la persona que acudió al exbanquero para entrar en contacto con la trama no había recibido el efectivo a pesar de que había realizado la transferencia a favor del Bank of China. Malka le repite una y otra vez que el traspaso “no ha llegado”. Lasarte le reprocha el haber elegido ese banco y le dice que hubiera preferido uno de Hong Kong, donde le hubieran puesto más facilidades, como el Hong Kong Shanghai Bank Corporation (HSBC). En todo momento hace gala de su experiencia y conocimientos en temas financieros.
El sumario también recoge entregas de dinero a favor de la familia de Cuqui Fierro, uno de los rostros más conocidos de la alta sociedad madrileña y asidua de las revistas del corazón. La policía grabó al menos dos entregas de efectivo —una de ellas, según la investigación, de un millón de euros— en el domicilio de su hijo José Manuel Torrontegui Fierro, fallecido el pasado 27 de abril. Los Torrontegui Fierro entraron en contacto con Malka Maman y por tanto con la trama china a través del empresario Vicente de Gregorio Abelló, el sobrino del financiero Juan Abelló, detenido el pasado 16 de octubre por orden de la Audiencia Nacional. “Esta familia de individuos ya aparecen en informes anteriores como uno de los clientes destinatarios del capital con los que más a menudo trabaja Abelló”, dice uno de los informes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía. Los agentes hicieron el seguimiento de uno de los encuentros con Malka y tomaron fotografías de la entrega de dinero en su casa del barrio de Salamanca (Madrid).
Entre los clientes de Gao Ping —supieran o no que lo eran— también se encuentran miembros de la nobleza. Como Francisco de Borja Otero y Zuleta de los Reales, Marqués de Revilla, empresario conservero que vendió sus propiedades de la isla de Sálvora —ahora en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas— al Ministerio de Medio Ambiente en 2007 por 8,5 millones. Los investigadores no solo lo consideran uno de los receptores de dinero en efectivo de la red, “sino sobre todo un auténtico socio de Isaac Cohen Bengio [otro de los miembros de la trama de Malka] para el desarrollo de sus actividades delictivas”. Según uno de los informes del sumario, Otero, de 65 años, “estaría en disposición de realizar transferencias internacionales con plena libertad desde el extranjero, fundamentalmente desde Suiza”. Gracias a ello, Cohen lo aprovecharía para concertar operaciones con otros empresarios y personas adineradas que también quisieran su dinero evadido en España entregado en fajos.
Entre otros empresarios importantes también aparece en la investigación el enólogo y consejero de las bodegas del Marqués de Riscal Pedro Aznar. Fue grabado un encuentro suyo con Malka en el que, según las conversaciones grabadas con anterioridad, habría recibido de esta 55.000 euros. O Antonio Herrero Abelló, con cargos de relevancia en 11 empresas, entre ellas algunas con un importante volumen de ventas, como Operaciones Petrolíferas Españolas o Linguaserve. También aparecen contactos grabados y fotografiados entre Malka y María Mercedes de Castro, propietaria de la escuela de arte, diseño y moda IADE, una de las más antiguas de Madrid.
El sumario del caso Emperador contiene también otros apellidos ilustres. En él aparecen tres parientes muy lejanas del rey Juan Carlos. Se trata de Maria Margarita Borbón-Dos Sicilias Lubomirska y su hermana María Inmaculada. Las intervenciones telefónicas revelarían que ambas se relacionaban con la trama a través de la hija de esta última, Maria Ilia García de Sáez Borbón-Dos Sicilias, también empresaria. Todas ellas pertenecen a una rama de la familia Borbón muy distanciada de la Familia Real.
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