24 de abril de 2012

'Quien no esté en la India pierde el tren'


DIPLOMACIA | Gustavo de Arístegui

'Quien no esté en la India pierde el tren'

Gustavo de Arístegui. | Antonio HerediaEL
Gustavo de Arístegui. | Antonio Heredia
  • 'Mi regreso a la diplomacia se debe a un 'accidente político''
En casa de Gustavo de Arístegui y San Román viven 11.000 libros. Entre ellos, joyas sentimentales como Las uvas de la ira o Adiós a las armas. Estos días, se les molesta de nuevo con una mudanza. Ya va casi una veintena. No en vano, este diplomático, político y escritor acaba de convertirse en la cuarta generación de embajadores.
Los puestos de su tío-abuelo materno, Germán de Ory; su abuelo, Juan Manuel de Arístegui y Vidaurre, y su padre, Pedro de Arístegui y Petit -fallecido en acto de servicio en Beirut- llenan el mapa de exóticos países, desde Nicaragua hasta Irak. Próximo destino de esta saga familiar: la India, donde Arístegui III fue nombrado embajador el pasado día 13. Le esperan un país con 1.250 millones de habitantes -de los cuales unos 300 pertenecen a la clase media-, un centenar de empresas españolas y una tasa de crecimiento que supera el 7%.
Siente ilusión por el nombramiento. También una cierta pena por dejar atrás su primera vocación -la política- después de 16 años en primera fila como jefe de Gabinete del ministro del Interior y como portavoz de Asuntos Exteriores del PP. Durante la época de la Guerra de Irak, "la más dura y la más formativa", Arístegui contabilizó hasta 183 debates en el Parlamento.
El pasado otoño, se quedó fuera de las listas del Partido Popular al Congreso de los Diputados. ¿Por qué? "Fueron circunstancias de orden interno en el partido que desembocan en lo que yo denomino un accidente político", explica Arístegui, quien hasta ahora nunca había hablado públicamente de un hecho que sorprendió a más de uno. "Desde ese mes de octubre, vivimos mi familia y yo momentos durísimos. De tristeza profunda por dejar lo que era mi vocación más arraigada, que es la política, momentos de desazón por no saber qué iba a ser de mí en el futuro, momentos de duda porque no sabías ni cómo ni por qué se habían producido esas circunstancias, de decepción porque te esperabas el apoyo de algunos que no te lo dieron, y de alegría porque hubo reacciones muy cariñosas. Fue muy duro. Eso duró cuatro meses de incertidumbre y de nudos en el estómago".
Seis meses más tarde, ese accidente político pertenece al pasado remoto. "Cuando algo así pasa, aprietas los dientes, te pones en primer estado de revista y sirves a España de otra forma".
En la India, "un país fundamental para entender el siglo XXI, incomprensible sin saber lo que significa este país-continente para el mundo. Un país, por cierto, que es emergido y no emergente, que era una definición buena para hace 20 años, pero no para ahora". ¿Qué es la India hoy? "Una gran potencia militar, espacial, nuclear, tecnológica, demográfica, geoestratégica. Y está empezando a ser una potencia económica".
¿Entenderán mejor los españoles el giro que está dando el mundo al ver que a Argentina no le importa enfrentarse a España ni a Europa, sino que mira a China y Brasil?
El caso Repsol-YPF se entiende, sobre todo, por las motivaciones internas de su política, pero sí, creo que el mundo del siglo XXI no es que ya no sea el del siglo XX, es que ni siquiera es el de hace cinco años o el de hace tres. El crecimiento de ciertos países y los cambios de paradigma son tan profundos que incluso a los pensadores más vanguardistas, más visionarios, no les da tiempo a digerirlos. La sexta potencia económica del mundo ya no es el Reino Unido, es Brasil, y antes de acabar la década, la India y China estarán en el top 5. En 2021, la clasificación será EEUU, China, Japón, Brasil o la India, la India o Alemania. Esa proyección significa que quien no esté en la India ahora, de manera seria, pierde el tren sin remedio.
Es un momento difícil para representar a la marca España.
Debajo de España, de su proyección mundial y de su economía, hay mucho más de lo que ciertos indicadores de la economía mundial señalan. Yo veo más un ataque al conjunto de Europa y del euro que a España, que es una cuña con la que desmontar el proyecto europeo.

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