21 de abril de 2012
Netanyahu levanta ampollas en Israel al comparar Irán con el Holocausto
ANA CARBAJOSA Jerusalén 19 ABR 2012 - 19:47 CET639
No es ni mucho menos la primera vez que Benjamin Netanyahu compara las ambiciones nucleares iraníes con el Holocausto. Al revés, es uno de los símiles preferidos del primer ministro israelí. El hecho, sin embargo, de que esta vez la comparación fuera más rotunda y detallada que de costumbre, y sobre todo que fuera pronunciada durante el solemne discurso anual del día del Holocausto en el museo de Yad Vashem, ha costado al Gobierno israelí duras críticas de destacadas personalidades.
Elie Wiesel, premio Nobel de la paz y superviviente del Holocausto, ha censurado también que se realicen este tipo de comparaciones en el día dedicado a recordar el exterminio nazi. “Irán es un peligro, pero ¿defender que está creando un segundo Auschwitz? Yo no comparo nada con el Holocausto”, ha dicho Wiesel al periódico económico israelíGlobes, sin referirse directamente al discurso del primer ministro.
El Gobierno de Netanyahu considera al régimen de Teherán una amenaza existencial. Según Israel, el programa nuclear iraní tiene como finalidad desarrollar la bomba atómica y destruir el Estado judío.Netanyahu sostiene además que es imperativo destruir parte de las instalaciones nucleares iraníes, ya que dentro de unos meses sería demasiado tarde. Los deseos bélicos de Israel han chocado esta vez con los planes de Washington, su gran aliado. El Gobierno estadounidense opta de momento por agotar la vía diplomática antes de pensar en posibles ataques. A medida que la frustración israelí aumenta, crece también el tono de la retórica antiiraní. El discurso de Netanyahu en Yad Vashem fue un claro ejemplo.
Gran parte de su alocución ha estado centrada en la cuestión iraní o en lo que Netanyahu considera “una verdad incómoda”. Dijo que Irán constituye “una amenaza existencial” para Israel. “Cualquiera que se tome la amenaza iraní a la ligera no ha aprendido nada del Holocausto […] Hoy el régimen iraní pide y actúa abierta y fervientemente a favor de nuestra destrucción”, subrayó el primer ministro.
Ben Caspit, uno de los más influyentes comentaristas del país, ha dedicado la columna que aparecerá mañana en el diario Maariv a diseccionar en tono crítico la intervención de Netanyahu. “El primer ministro fue un paso más allá [que en otras ocasiones], elevó el volumen, subió la intensidad y apenas dejó sitio a la imaginación. Ayer, en Yad Vashem, de pie frente a cientos de supervivientes del Holocausto, sus familiares y soldados, solo le faltó dar al orden para que despegasen los aviones”. Y sigue: "¿No es un poco excesivo comparar las amenazas bélicas iraníes con la maquinaria de exterminar nazi, las teorías de superioridad racial, la creación de una máquina de asesinar que no tiene precedentes en la historia de la humanidad y que no sólo exterminó a seis millones de judíos, sino que arrastró al mundo entero a la guerra?".
Puede sin embargo que las críticas de Caspit así como las de los que también discrepan con Netanyahu no sean demasiado representativas a juzgar por un nuevo sondeo que indica que la gran mayoría de los israelíes (74%) cree que si Teherán obtiene armamento nuclear, eso supondría una amenaza existencial para Israel, según un sondeo encargado por la televisión de la Knesset (la Asamblea).
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