17 de junio de 2009

Los chiringuitos de los partidos

ABC.es - Noticias de España y del mundo - Miércoles, 17 de Junio de 2009

Madrid

Opinión

Los chiringuitos de los partidos

ANTONIO BURGOS

Miércoles, 17-06-09

LO malo no es que cada vez hay más parados: es que cada vez hay más Estado. Más intervencionismo del Estado. ¿Se imaginan la que dirían ahora los de la memoria histórica si Franco nos hubiera prohibido fumar? Pues aquí, entre unas cosas y otras, el Estado nos han quitado obligatoriamente del tabaco y nos ha parecido lo más normal del mundo. El Estado ahora se nos mete en la salita de casa y nos cambia obligatoriamente el televisor, y nadie rechista. Sí, en plena crisis, ¿qué necesidad había de terminar con la televisión analógica para poner obligatoriamente el TDT, que además suena a insecticida prohibido por la cuestión del agujero de ozono? ¿Cuánto nos va a costar la conversión de España entera al TDT? ¿Estamos en condiciones de ese lujerío?
El Estado nos hace ponernos el cinturón de seguridad, el casco, nos obliga a colocar a los niños en unas sillitas especiales y en el asiento de atrás, nos dicta la Ley Seca. El Estado es como una tía solterona que quiere arreglarnos la vida a cada instante y que se mete en todo: niño, no hagas eso, eso no se hace, eso no se dice, eso no se toca. El Estado nos organiza la vida hasta dentro de nuestras casas. Esto es una democracia avanzada tan avanzada que ya ha dado completamente la vuelta y hemos llegado al intervencionismo de las dictaduras. El Estado intervencionista hasta nos dice cómo debemos transportar a nuestros perros y nuestros gatos.
Y ahora, los chiringuitos. ¿Qué daño le hacen a nadie los chiringuitos de la playa? Con razón dicen que el chiringuito forma parte de la cultura y civilización españolas. En el Mar del Norte no hay chiringuitos. Por muy bellas playas que tengan muchos países mediterráneos, por muy buenas instalaciones turísticas para hacernos la competencia, ninguno ha proclamado «El chiringuito» de Georgie Dann como canción del verano. Razón de más para que el Estado intervenga y les haga la vida imposible a los chiringuitos, y sólo tras una sonada protesta social haya concedido su indulto provisional. Como lo de los espeteros. ¿Qué le han hecho al Ministerio de Medio Ambiente los espeteros para que con su intervencionismo quiera acabar con ellos? El Estado se mete ya hasta en los charcos de dónde y cómo han de ser asados los espetos de sardinas. Cuando por el solo nombre de espeteros merecerían ser declarados patrimonio histórico-artístico. Suenan a ciudad antigua de Castilla, a calle de clásico pueblo andaluz: Espetería Vieja, Calle Espeteros.
Mucho ir contra los chiringuitos de la playa y, en cambio, aquí no se hace nada contra los peores chiringuitos, que son los de los partidos políticos. Los partidos sí que tienen montados chiringuitos contra lo establecido en la Ley de Costas de la Vergüenza. Y nadie hace nada por desmontarlos, hasta que se ve que se lo llevan calentito de una forma escandalosa. ¿Cuánto nos cuestan los chiringuitos de los partidos en forma de fundaciones? ¿Quién paga esos chiringos, donde los espeteros paniaguados de cada organización se dedican a asar la manteca como el que asa sardinas? Tienen los chiringuitos que dar una espantosa peste no a sardinas, sino a podrido, para que acaben desmontándolos por ocurrir en ellos «cosas inaceptables». ¿Por qué, digo yo, esa saña para desmontar los chiringuitos de Málaga y de Huelva, y tanta vista gorda para el chiringuito que tenía montado El Bigotes, para el chiringuito de Francisco Correa o para el chiringuito de aguas teñidas de la hija de Manuel Chaves? ¿Por qué el demostrado intervencionismo del Estado que nos ordena la vida y se nos mete hasta en el cuarto de baño cuando nos estamos duchando no se emplea a fondo para impedir la mangoleta de la chiringuitocracia de los partidos y deja tranquilos a los espeteros de las playas, que no le hacen mal a nadie ni se llevan el dinero de nadie?
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