28 de mayo de 2018
“Calvino era un enfermo mental patológico”
“Calvino era un enfermo mental patológico”
Con afán
desmitificador y provocativo, María Elvira Roca Barea repasa en 'Seis relatos
ejemplares, seis' figuras esenciales de la historia y reparte críticas y
algunos elogios
Madrid 28 MAY 2018 - 06:06 BRT
Juan Calvino.
Se desenvuelve con soltura en entrevistas que hace
dos años ni imaginaba dar; expone, argumenta, provoca y fabrica titulares con
rapidez. No pestañea cuando llama “enfermo mental” a Juan Calvino o dice
que la revolución protestante de Lutero fue “un gran latrocinio organizado, de
un nivel que no se volvió a ver hasta la Revolución Rusa”. La filóloga María
Elvira Roca Barea (El Borge, Málaga, 1966) impactó en el panorama ensayístico
en España con Imperiofobia y leyenda
negra (Siruela) y regresa ahora con Seis relatos ejemplares,
seis (Siruela), media docena de textos de ficción “no
moralizante” con otros tantos personajes históricos como protagonistas. Un
libro en el que Roca usa el material de sus investigaciones para reivindicar a
unos pocos, atacar a muchos y derribar lo que considera errores y mitos.
“En el norte de Europa inventaron la propaganda.
Por eso son tan buenos. Y aquí nos la hemos creído”, cuenta a EL PAÍS en una
charla la semana pasada en un restaurante el centro de Madrid. Durante la
conversación, Roca Barea no titubea ni cambia la voz cuando el tema sube de
tono y se sorprende de que todavía no haya habido un gran ataque a su obra.
Estas son sus reflexiones sobre Juan Calvino, Margaret y Reginald Pole, las
tres princesas de Sajonia, el teólogo Thomas Müntzer, Enrique VIII y el objetivo predilecto de
sus dardos, Martín Lutero.
Juan Calvino
"el psicópata"
“Calvino, que nunca pudo distinguir lo literal de
lo figurado, ni orientarse en el vergel de las metáforas, se ha tomado al pie
de la letra el poder purificador del fuego”, dice un personaje de uno de los
relatos. Pero Roca no se queda atrás. “La Ginebra del Consejo de los 200 es el
Afganistán de los talibanes. La clase de cafre que era Calvino cuesta trabajo
imaginarla. Que matara a Miguel Servet, por ejemplo, es lo de menos. Lo que le
hizo antes de matarlo es lo que hay que tener en cuenta. Es el gusto en la
destrucción del ser humano, la complacencia en la tortura, tenerlo durante
meses en esa celda de confinamiento, sin agua ni para su aseo personal y
obligar a ese hombre a atravesar Ginebra rebozado en su propia mierda, sobre la
que tenía que dormir… ¡es muy heavy!".
Calvino se hartó de torturar a la gente. Lo grave
es que se le hagan monumentos y que nadie se sienta avergonzado
"Y este tipo" continúa "tiene un
monumento de cuatro metros en el parque de los Bastiones en Ginebra, pagado por
el Ayuntamiento de la ciudad. Era un psicópata, un enfermo mental. Hay que
estar mal de la cabeza para hacer lo que hizo, no solo a Servet. Se hartó de
torturar a la gente. Lo grave es que se le hagan monumentos y que nadie se
sienta avergonzado de él sino al revés, orgullosos de ese enfermo mental
patológico".
Las tres princesas
de Sajonia repudiadas
“El protestantismo, en un primer momento y hasta
que se consiguió encarrilar legalmente la situación del divorcio, dejó a las
mujeres a los [...] pies de los caballos y eso estaba previsto legalmente”,
cuenta Roca para entrar en materia y referirse al relato de Ana de Sajonia,
repudiada por Guillermo de Orange y calificada de adúltera y loca por los
historiadores.
“Hasta que se articulan los divorcios el
protestantismo deja a las mujeres en una situación en la que tu marido te
dejaba en la [...] calle, que es lo que le pasa a las tres princesas de
Sajonia, una detrás de otra. Y que eso se haya vendido como un progreso, un
avance a la modernidad es disparate padre, vamos. Y ahí un momento de tonteo
con la poligamia. Claro que varias mujeres procreando iban a llevar la división
a la casa de Sajonia y los señores territoriales del Sacro Imperio ya tenían
una situación muy conflictiva entre ellos. El carajal o el problema saudí. No
era una cuestión moral sino de organización”.
Margaret y Reginald
Pole. Destino maldito
La historia de dos de los últimos Plantagenet les resultará
familiar a los seguidores de Juego de Tronos.
- Primero, el contexto: “El siglo XV es un tiempo
muy confuso porque los Tudor no consiguen afianzarse en el trono, hay unos
bandazos tremendos y uno de los sistemas para sobrevivir era matar al enemigo”.
El protestantismo, en un primer momento y hasta que
se consiguió encarrilar legalmente la situación del divorcio, dejó a las
mujeres a los [...] pies de los caballos
- ¿Quiénes eran? “Los Plantagenet son los
descendientes de Guillermo el Conquistador, que cuando llega de Francia
instaura esta dinastía a la que pertenece Ricardo Corazón de León, Enrique II…
Son los que fabrican el ciclo artúrico. Cuando aterrizan en Inglaterra son
nuevos ricos y deciden fabricarse un pasado prestigioso, como todo el mundo. Y
agarran esas leyendas, que eran cuatro hilos sueltos, y empiezan a pagar para
que se fabriquen un relato y de ahí nace la literatura artúrica”.
- ¿Qué les pasó? “Los Tudor los machacan
absolutamente porque durante el siglo XV hay par de momentos en los que están a
punto de hacerse con el poder. Y los Tudor empiezan un trabajo implacable de ir
cargándose Plantagenet aquí y allá hasta que no quede uno vivo”. Margaret Pole
pasó años en la torre de Londres junto a otros familiares, confinada y aislada
del mundo antes de ser ejecutada en un espectáculo público organizado por los
Tudor.
“Reginal Pole tuvo en su mano ser rey de Inglaterra y estuvo a un voto
de ser Papa y no quiso convertirse en ninguna de las dos cosas. En primer lugar
él no quería que su enfrentamiento con Enrique VIII era por ambición personal
cuando él luchaba por la unidad de todos los cristianos por encima de todo. Por
eso se hizo sacerdote. Y no quiso ser Papa porque su familia estaba encerrada
en la torre de Londres y Carlos V no les ayuda”.
Enrique VIII
En uno de los relatos, se califica a Enrique VIII
de “Engendro de sangre y grasa…” pero Roca nos aclara rápidamente que la frase
es de Charles Dickens. Para él tiene artillería propia de sobra. “Creo que nunca se ha acabado de contar la cantidad de
muertos que provocó . Yo creo que los Tudor tenían también un cable suelto. En
serio. El padre de Enrique VIII y su hija mataron por supervivencia. La
legitimidad de Isabel en el trono depende totalmente de que la nueva religión
se consolide porque si no el matrimonio de sus padres sería ilegítimo y por eso
asesina a sus rivales. Él mata porque quiere. Fíjate
la cantidad de películas que se han hecho sobre él y en algunas nos es hasta
simpático. Tengo una de Charles Laughton, del treinta y tantos en la que va
matando mujeres con un gran sentido del humor”.
Thomas Münzter el
"verdadero revolucionario"
Aquí Roca cambia el tono y pasa a una defensa
cerrada y entusiasta del teólogo. “Era un teólogo muy superior a Lutero. Se
enfrenta a la iglesia, al poder. Lo deja todo, no como Lutero, que siempre
nadaba y guardaba la ropa. Él es el gran revolucionario. Alguien en quien se
fijan Marx y Engels, quien en La guerra de los campesinos
alemanes pone a Lutero a caer de un burro pero cita a Müntzer
como gran influencia. Llega un momento en que se plantea: no vamos a robar a la
iglesia de Roma para dárselo a los señores. Si hubiera querido, podría haber
vivido muy bien en la Iglesia Católica o al servicio de cualquier príncipe
protestante. No necesitaba ser el lacayo perfecto como Lutero. Su muerte fue
tremenda, ejemplarizante. Después de su fracaso no se movió nadie en Alemania
en dos siglos”.
Yo creo que los Tudor tenían también un cable
suelto. En serio. El padre de Enrique VIII y su hija mataron por supervivencia.
Él mata porque quiere
Lutero el
"lacayo"
Aunque no es uno de los personajes centrales del
libro, el iniciador de la revolución protestante sobrevuela varios relatos y
aparece varias veces en la conversación.”Lutero estaba dispuesto a fabricar el
producto que le pidiera el príncipe de turno. No tenía ningún problema. Siempre
que se le sube el pavo a Alemania se ensalza a Martín Lutero. ¿Cuándo se ha
vuelto a emitir moneda y sellos con la imagen de Lutero? Después de la
unificación. Desde los tiempos de los nazis no se había vuelto a reeditar la
moneda de dos marcos con la imagen de Lutero. No entiendo esta ola de
ensalzamiento a su figura. Al Papa Francisco le falta un tornillo. Que se haga
mirar, vamos. Un tío como Lutero, que ha hecho los panfletos más agresivos, más
groseros y le ensalzas".
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