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Doña Letizia: diez años de su «puesta de largo»

ABC - M. PINAMARINAPINAU / MADRID

Día 14/05/2014 - 13.06h

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Hace una década que la Princesa desfiló ante la realeza por primera vez, fue en la boda de Federico y Mary de Dinamarca

EFE

Doña Letizia junto al Príncipe

Hace diez años Doña Letizia no era Princesa de Asturias, pero sí novia oficial del Príncipe. La esposa del Heredero debutó ante las Casas Reales el 14 de mayo de 2004, en la boda de Federico y Mary de Dinamarca, ysu aparción todavía es recordada. Hoy se cumplen diez años de la «puesta de largo» de la Princesa, que fue tan solo una semana antes de su boda, un ensayo nupcial perfecto.

Los Príncipes acudieron al enlace de Federico y Mary de Dinamarca siendo conscientes de que todos los ojos estarían puestos en ellos. Quizá por eso Doña Letizia no dejó nada al azar y se puso en las manos del modista Lorenzo Caprile para que creara los diseños para esos días. Porque a las bodas reales les precede una celebración el día anterior.

Para esa «preboda», la Princesa apareció en el Teatro Real de Copenhague con un dos piezas compuesto por una chaqueta encorsetada con amplio escote barco, brocados de seda y botones bordados en cristal; y una falda de color rojo guinda a tono con los brocados. El rojo se convertiría en uno de los colores fetiche de Doña Letizia desde ese momento y en los primeros años como Princesa. La esposa de Don Felipe departiría por primera vez con quienes en una semana se convertirían en sus homólogas. En el «club de herederos» estaban Máxima de los Países Bajos y Matilde de los Belgas, ahora Reinas; Mary de Dinamarca, Mette - Marit de Noruega y Marie Chantal. En la celebración del día antes de la boda, Doña Letizia fue colocada al lado de la Gran Duquesa de Luxemburgo, con quien pudo conversar en castellano.

Si Doña Letizia apareció tan elegante el día previo al enlace, no iba a ser menos el 14 de mayo. La Princesa de Asturias adoptó un look propio decualquier gran estrella de Hollywood de los 50 con un vestido rojo de Caprile. Doña Letizia entró en la catedral de Nuestra Señora de Copenhague luciendo un vestido con juego de drapeados en escote y espalda, realizado en crepe satén y tul de seda natural de color rojo fuego. Para su pelo, la Princesa optó por un moño con ondas al agua. No solo no decepcionó, sino que la puesta de largo de la Princesa nunca será olvidada por su elegancia.