4 de julio de 2012
Espejismo laboral
EDITORIAL
El descenso del paro registrado en las oficinas del Inem durante el mes de junio ha sorprendido al Gobierno y a los analistas. El paro bajó el mes pasado en casi 99.000 personas, una cifra insólita, debido principalmente a factores estacionales, como el buen comportamiento del mercado turístico (el hotelero, en especial) y a la regularización de las empleadas de hogar. Incluso en condiciones de crecimiento económico, la prudencia exigiría confirmar en periodos sucesivos el buen dato de junio; en periodos de recesión, con una tasa de paro en torno al 24%, la prudencia debe extremarse todavía más, a la espera de conocer la encuesta de población activa (EPA) del segundo trimestre que indicará fielmente la tendencia del empleo y el paro.
Por el momento, no hay razones para suponer una mejora en la tendencia depresiva del mercado laboral. De hecho, los modelos de evolución muestran un crecimiento del paro en los próximos meses. La contracción del gasto público todavía no ha hecho más que empezar y los ajustes de empleo empezarán a intensificarse con la aprobación de la reforma laboral. Todo hace suponer que el paro del Inem en junio es una singularidad estadística y que la recesión persistente seguirá destruyendo empleo, al menos en lo que queda de 2012. Ninguna proyección laboral pronostica atisbos de creación neta de puestos de trabajo antes de 2014 y algunas trasladan el punto de inflexión para el empleo a 2015.
Las estadísticas de junio muestran además una incoherencia significativa: el paro baja más que lo que suben las cotizaciones a la Seguridad Social (otra vez por encima de los 17 millones de cotizantes). Las hipótesis de trabajo para explicar esta discordancia sugieren un agravamiento del efecto desánimo, es decir, las personas sin trabajo dejan de registrarse como tales en las oficinas del Inem porque entienden que no conseguirán empleo alguno; y también una salida en masa de trabajadores españoles hacia otros países en busca de oportunidades que aquí no encuentran. Las estadísticas de paro están reflejando ya problemas sociales de alcance que se agravarán si no se encuentra una solución razonable para el mercado de trabajo.
El problema social más grave que provoca el desempleo en España es la abrumadora tasa de paro juvenil. La Comisión Europea acaba de dar la voz de alarma al recordar que el 52,1% de los jóvenes (menores de 25 años) españoles no tiene trabajo. El mismo porcentaje que Grecia. La dualidad extrema en el mercado laboral español está condenando al desempleo de larga duración a una generación de jóvenes preparados en escuelas profesionales y universidades. La reforma laboral del Gobierno está orientada a conectar la recesión y el hundimiento de la demanda con los niveles salariales; pero se ha olvidado de legislar para que la contratación no castigue a la mitad de los profesionales jóvenes del país.
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