La Casa de Alba se reconcilia con los jornaleros
Martínez de Irujo promete colaborar con el sindicato andaluz del campo
EL PAIS - MARGOT MOLINA - Sevilla - 21/12/2011
Todos contentos. Cayetano Martínez de Irujo, conde de Salvatierra, y los líderes del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) Diego Cañamero y Juan Manuel Sánchez Gordillo cambiaron ayer el hacha de guerra por un futuro acuerdo de colaboración. El milagro se produjo tras casi dos horas de reunión en la finca Las Arroyuelas, en la fértil vega de Carmona (Sevilla), donde ayer por la mañana llegaron casi un centenar de jornaleros de distintos pueblos andaluces para pedir al hijo de Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, que se disculpe por decir en un programa de televisión -Salvados, de La Sexta- que en Andalucía los jóvenes tienen "pocas ganas de trabajar". Antes, la duquesa reafirmaba en una carta a EL PAÍS su "profunda admiración y respeto por el pueblo andaluz. Pueblo trabajador y generoso".
El hijo de Cayetana Fitz-James admite que el PER es "un mal menor"
El aristócrata se disculpa tras recibir en su finca a unos 100 trabajadores
Tras el encuentro, Diego Cañamero, portavoz del SAT, aseguró que la reunión fue "agradable, satisfactoria y civilizada" y que Cayetano Martínez de Irujo se ha comprometido "a pedir disculpas públicamente" por sus palabras, a crear, financiado por la Casa de Alba, "un centro de formación para que los trabajadores en la Sierra Sur de Sevilla aprendan a crear cooperativas" y a estudiar un proyecto para poder comercializar productos de las explotaciones agrícolas que tiene la Casa de Alba junto a los que produce la cooperativa que el SAT explota en la finca Los Humosos, de Marinaleda. La satisfacción de ambas partes la ilustró el apretón de manos que el aristócrata dio a los jornaleros tras el encuentro y que recogió una treintena de periodistas.
Para el conde de Salvatierra, la reunión fue "extremadamente positiva". "He aprendido mucho de los problemas que tienen los jornaleros. Cosas que, a pesar de dirigir una explotación agrícola, no conocía". Tras pasar la fría mañana con los representantes del SAT, Martínez de Irujo admitió que el PER es "un mal menor" en el campo andaluz y aclaró que en sus declaraciones del pasado día 11 -cuando dijo que en Andalucía hay "desgana por el trabajo"- se refería "a un grupo reducido de andaluces". Tras este cambio de actitud algunos ven la influencia de su madre quien el pasado lunes envió la misma carta a varios periódicos nacionales en la que no se hace "responsable de las opiniones que viertan otros y solo puedo asumir la mía, que es la de una profunda admiración y respeto por el pueblo andaluz".
"Le hemos explicado cómo funciona el PER, que supone una ayuda de siete euros al día y que de 513.000 trabajadores solo lo perciben 220.000. Que le quede claro también a Duran i Lleida", aseguró Cañamero haciendo referencia a las desafortunadas palabras del portavoz de CiU en el Congreso contra el Plan de Empleo Rural (PER) el pasado octubre. "Estamos contra las subvenciones. Queremos una reforma agraria porque el 50% de la tierra en Andalucía está en manos de 2% de propietarios", añadió.
La cita, que comenzó con tensión por ambas partes, terminó como la seda. Los jornaleros acudieron al encuentro con el conde, pactado la pasada semana tras una ocupación pacífica de Las Arroyuelas, antes de la hora prevista: las once de la mañana. La finca, unas 1.500 hectáreas de cultivos de secano, es una de las 12 que la Casa de Alba posee en las provincias de Sevilla y Córdoba y que, suman 8.000 hectáreas.
"Los vagos queremos trabajo", entonaron los jornaleros cuando el conde se acercó a la entrada del cortijo para acompañar a la comitiva hasta el caserío. En varias pancartas podía leerse: "Cayetano, tú tienes la tierra, nosotros 1.200 parados dispuestos a trabajarla".
Pero el entendimiento no ha llegado a tanto y respecto de una de las reivindicaciones del SAT -"que parte de las propiedades de la Casa de Alba puedan ser arrendadas a precios asumibles o simbólicos para que ayuden a paliar la situación-", el conde de Salvatierra dijo que sería "desvestir a un santo para vestir a otro". "Esas tierras no van a estar mejor cultivadas, ni mejor explotadas ni van a generar más trabajo del que generan ahora", aseguró.
Las últimas palabras de Cañamero fueron para recordar una reivindicación histórica: "Pedimos al Gobierno del PP y al del PSOE en Andalucía una reforma agraria que entregue la tierra a los organismos públicos, para que nadie más nos insulte con los subsidios, porque lo que queremos es trabajar".
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