17 de diciembre de 2011
Blecua: «En español, la fonética no sirve como referente de valoración social»
ABC - Día 16/12/2011 - 12.42h
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El director de la Real Academia, José Manuel Blecua, presentó la sección de Fonética y Fonología —que él ha cuidado con mano maestra— de la monumental Nueva Gramática de la Lengua Española, ambicioso edificio lingüístico acometido por las veintidós Academias de la Lengua Española. Es la tercera joya de la corona lingüística, junto a laGramática y la Ortografía. Esta «aventura científica de grandes dimensiones» —en palabras del director Blecua— nació en Puerto Rico hace once años; el ponente de la Gramática, Ignacio Bosque, pensó entonces en el académico correspondiente Blecua, sumo experto en las materias fonética y fonológica. Dicho y hecho. «Y pensamos —cuenta el director de la RAE a ABC mientras porfía contra una literal afonía— en hacer una Gramática de 600 páginas y una Fonología de 100, y luego resulta que la Gramática ha tenido 4.500 (la Morfología y la Sintaxis), y la Fonología ha pasado de 500. Pensamos en un tamaño pequeño de página y se ha ido a más. Conforme evolucionaba la Gramática lo hacía la Fonética. Y pensamos en una estructura doble, que contuviera los sonidos de la lengua en un DVD, las voces y un curso de fonética acústica de autoaprendizaje porque en muchos sitios no hay fonética, incluso en España, que no hay profesores especializados».
—¿Qué incluye el DVD?
—Reúne una extraordinaria cantidad de datos de todas las hablas hispánicas. Pretendíamos con este DVD, que se llama «Tiempo y espacio» y tiene vida propia, mostrar el español ayer y el de hoy, cómo ha evolucionado el idioma. Se ha procedido a una selección rigurosa de informantes, titulados universitarios procedentes de las capitales de todos los países del mundo hispánico. La fonética no es una cosa aislada de la Historia de la Lengua, de la emigración a América, de la historia de los virreinatos. Hicimos un módulo chiquito del español, hoy: los nombres de la lengua, las lenguas indígenes, todo muy aproximado. También un curso de autoaprendizaje de fonética para investigar, realizamos otro con los sonidos y las voces del español. Uno entra en la sección de «Argentina» y puede ver cómo es una interrogativa, se pueden oír trozos de textos, la conversación.
—¿A quién va dirigida la Fonética?
—Está a un nivel de un segundo ciclo de carrera, o doctorado. Puede servir para la Enseñanza Media. Tiene diez capítulos. Nosotros no teníamos más que una Fonética, que se publicó en el Esbozo del año 1973. La hizo Salvador Fernández Ramírez, y se publicó en el Boletín de la Real Academia: «Cuatro capítulos de Fonología». Era una Fonología de los años 50, norteamericana, distribucional, con algunos capítulos muy buenos —el de la sílaba, por ejemplo, lo hemos utilizado; los acentos en el verso no cambian—. La que presentamos ahora está un poquito más adelantada.
—¿Habla mejor un país que otro?
—No, lo de mejor y peor no existe. Hay sociolectos, según los niveles de las sociedad aparece en cada zona un tipo de pronunciación, léxico, construcción... Lo que pasa es que no es uniforme en el español como referente de la valoración social. Por ejemplo, en Argentina se pierde una «d» en una palabra «...ado» y se considera una falta muy grave; aquí pierde esa «d» el presidente del Gobierno y no se considera una falta... La estimación social de cada zona es diferente. En Cataluña se considera que perder una «d» en un «...ado» es una falta gravísima, y a los niños los corrigen en la escuela.
—En Argentina los taxistan te recitan cuentos de Borges.
—Hay una preocupación por la lengua desde hace muchos años, desde que Borges discutió con Américo Castro...Y en muchos países.
—¿Y en España?
—También. Las Facultades de Ciencias de la Información han dado un cambio a la formación de los periodistas muy grande. Y está la labor de la Fundeu, los libros de estilo de los medios, que son muy buenos; ha cambiado muchísimo la estimación del uso de la lengua.
—¿Se habla mejor en la radio, en la televisión...?
—Hay preocupación. La prueba es que todas las emisoras tienen una especie de censor del oyente, que antes no existía. Yo recuerdo, cuando éramos chicos, que Joaquín Calvo-Sotelo salía en televisión y hablaba de la bolsa de los refranes de maravilla.
—Se ha perdido la tradición de los programas culturales.
—Es muy difícil y arriesgado para una emisora comercial montarlos: los guiones, que te siga la gente, el horario... La audiencia es cambiante.
—¿Se habla mejor castellano en América o en España?
—No; se habla distinto. Hay más preocupación, yo creo, en la enseñanza por hablar y escribir como práctica de la lengua. En algunos países como Colombia, por ejemplo, está muy arraigada la tradición de la enseñanza cuidadosa de la lengua del idioma.
—¿Cuál es el techo del español?
—No hay techo más que la demografía; superamos los 400 millones...
—En internet es la segunda lengua.
—El mes pasado tuvimos cincuenta millones de entradas en el Diccionario de la Real Academia Española, un millón seiscientos mil personas al día. Son datos espectaculares.
—¿Y en Twitter»?
—En el Twitter de la Real Academia, que cuida Miguel Somovilla, estamos en 20.000 seguidores en dos meses.
—¿«Tuitea» usted, director?
—No, no quiero entrar. Por ejemplo, Arturo Pérez-Reverte tiene más de doscientos mil seguidores en Twitter.
—¿Por qué no castellanizamos «trending topic», Twitter...?
—Es muy difícil, porque no se dejan, los «tuiteros» no se dejan. Pero es un fenómeno muy interesante: la proximidad, la rapidez que aporta.
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