11 de febrero de 2010

Una obligada transformación militar

ABC

Una obligada transformación militar

PEDRO BAÑOS, Teniente Coronel y Profesor de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas

Jueves , 11-02-10

Lo que venía siendo públicamente anunciado desde 2006 por oficiales de alta graduación británicos, ha sido ratificado estos días por algunos de sus principales generales y almirantes, con ocasión de la publicación del Libro Verde de la Defensa, el cual plantea las preguntas a las que debe dar respuesta la inminente Revisión Estratégica, no actualizada desde 1998. Las Fuerzas Armadas de Su Majestad están sobrecargadas de misiones y algunas especialidades muy demandadas -desactivación de explosivos, transmisiones, sanidad, pilotos de helicópteros,...- al límite de sus fuerzas. Ciertas unidades ya van por su sexta misión entre Irak y Afganistán.
Algo que no es ajeno al resto de los ejércitos occidentales. El incesante aumento de las operaciones relacionadas con la paz ha coincidido, paradójicamente, con la fuerte reducción de tropas. Las unidades militares han pasado de constreñir su actividad a la rutina cuartelera, a participar a un ritmo incesante en la miríada de misiones en el exterior.
Se estima que el ejército de Tierra británico precisaría incrementar urgentemente en al menos un 10 por ciento el número de sus agotados soldados. Algunos destacados estrategas franceses ya empiezan a hablar de reconsiderar la vuelta a algún tipo de conscripción. Lo que permitiría acondicionar el número de tropas al nivel de exigencia real pero sin aumentar el gasto, algo prohibitivo con las actuales restrictivas condiciones económicas. Un planteamiento que ahora costaría el gobierno a cualquier partido político europeo, pero sólo es cuestión de que la necesidad se vuelva imperiosa.
Con la intención de economizar medios y personal, evitando duplicidad de misiones, los británicos han llegado a plantearse la fusión del Ejército del Aire (RAF) con la Marina, o incluso su desaparición y la repartición de sus medios entre Tierra y Armada. Cuestionándose la necesidad de algunos medios -aviones de interdicción, portaaviones, submarinos nucleares o artillería pesada y antiaérea- que se antojan ineficaces para enfrentarse a enemigos asimétricos.
Todo ello ante una visualización de los conflictos futuros excesivamente indefinida y borrosa: con previsión de proliferación de guerrillas y terrorismo, especialmente en las grandes ciudades, pero sin descartar choques entre estados por recursos naturales o ambiciones de poder.
Peculiar escenario del que saldrá victorioso el ejército más imaginativo e ingenioso para predecir el futuro y conseguir los medios y el personal preciso. El británico ya está en marcha.
Teniente coronel y
Profesor de la Escuela
Superior de las Fuerzas
Armadas