8 de febrero de 2010

La ciudad no tiene quien vigile

EL PAIS

La ciudad no tiene quien vigile

Policías municipales evitan reforzar la seguridad en el Rastro, los partidos de fútbol y los conciertos para protestar contra el AyuntamientoSeguridad refuerza la vigilancia de actos públicos con agentes de otros distritos

DANIEL BORASTEROS - Madrid - 08/02/2010

Policías municipales evitan reforzar la seguridad en el Rastro, los partidos de fútbol y los conciertos para protestar contra el AyuntamientoSeguridad refuerza la vigilancia de actos públicos con agentes de otros distritos
"No, ahí no". "Ahí, tampoco", niegan con firmeza los dos policías municipales al unísono. Son parte del dispositivo especial desplegado el domingo en el Rastro. Y parecen muy concentrados en su tarea de facilitar el tráfico, pero dificultan el aparcamiento.
"Hay mucho jefe y poco indio", se queja un líder sindical
En cada cruce hay otros agentes haciendo idénticos gestos negativos a los conductores que bordean el mercadillo dando vueltas sin poder parar, como si participasen en alguna carrera circular sin fin. Sin embargo, en el interior de las callejuelas donde se acumulan hasta 3.000 puestos de venta ambulante, ya no hay tantos policías. Una observación que confirman las cifras oficiales: en noviembre 290 agentes vigilaron la zona; en diciembre, sólo 48 en todo el mes. Un descenso de más del 80%. Y no sólo en el mercadillo, también en todas las grandes aglomeraciones y eventos que se suceden en la capital. Por ejemplo, en los partidos de fútbol del Real Madrid y el Atlético. O en los grandes conciertos de música. Un extremo que confirma Jesús Mora, coordinador de Seguridad municipal, que lo achaca a las presiones intimidatorias de los sindicatos a sus compañeros.
Una realidad que oculta un intenso conflicto entre los policías y el Ayuntamiento. Una batalla llena de acusaciones mutuas. "Listas negras, falta de efectivos, escasez de material", dicen los sindicatos. "Chantajes, amenazas, cruces negras", replican desde el Consistorio. En medio, aunque próximo a las reivindicaciones de los agentes, el principal partido de la oposición, el PSM, por boca de su portavoz de Seguridad, Óscar Iglesias, lamenta que "no se garantiza la seguridad en uno de los mercados mayores de Europa. Tampoco la idoneidad de los puestos de venta callejera".
La guerra ha llegado hasta el punto de que la semana pasada varios policías se entretuvieron desinflando las ruedas de los coches patrulla de la zona centro de la ciudad.Entremedias, esos mismos vehículos, en muchos casos, tienen averiadas las emisoras de radio. Cuando avisan de esa circunstancia, les replican con membrete oficial que no hay empresa que se encargue por ahora del mantenimiento. El Ayuntamiento de Madrid está en proceso de adjudicar ese concurso.
Dentro del Rastro, en sus recovecos, además de la inmemorial e intensa actividad de los carteristas, también se ocultan intercambios comerciales ilícitos. Gente que vende sin las licencias y permisos en regla productos de estraperlo. Ésa es una de las principales tareas de los agentes que ahora no van al Rastro. Los vendedores no echan en falta a los policías porque muchos de ellos suelen ir de paisano.
"La situación ha mejorado en enero y febrero", sostiene el coordinador de Seguridad del Ayuntamiento, Jesús Mora, que considera grave "que una gente que debería dar servicio público lo descuide de esa manera". Mora cree que el fenómeno se debe a la "intimidación" de algunos grupos sindicales a sus compañeros, pero que "se está recuperando la normalidad".
Para uno de los agentes afiliado a los sindicatos más activos en la protesta, todo se debe a "las malas prácticas del Ayuntamiento de Madrid y sus abusos". Entre ellos, denuncia que la proporción de mandos que acude al Rastro y a otros eventos extraordinarios es muchísimo más alta de la que establece su propio reglamento. "Hay mucho jefe y poco indio", explica gráficamente. Mora replica que lo que se hace cuando no hay suficientes voluntarios es desplazar un coche patrulla de los otros distritos en los que no sucede ningún acto.
Para el concejal socialista Óscar Iglesias, el principal problema es que el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, "no ha cumplido su programa electoral de ampliar los efectivos policiales en 1.500 agentes y de esa precariedad viene el conflicto". Iglesias también censura el uso de listas negras por parte del Consistorio y lamenta "la falta de seguridad para los ciudadanos en la que se traducen estos problemas".