4 de febrero de 2010

Siria acusa a Israel de conducir a la región hacia una «guerra global»

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Jueves, 4 de Febrero de 2010

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Siria acusa a Israel de conducir a la región hacia una «guerra global»

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POOL El presidente sirio, Bashar al-Assad, se reunió ayer con Miguel Ángel Moratinos en Damasco

LAURA L. CARO | JERUSALÉN

Decía el ministro Miguel Ángel Moratinos este lunes en Jerusalén, durante su primera gira por Oriente Próximo desde que España asumió la presidencia de la Unión Europea (UE), que la paz en esa región pasa «por una paz global, que empieza y también acaba en Siria».

Ayer, durante una escala en Damasco, el ministro de Asuntos Exteriores español pudo comprobar lo válido de la sentencia cuando, en una rueda de prensa conjunta, su homólogo sirio, Walid Muallem, no dudó en advertir de una futura «guerra generalizada», que se desencadenaría, dijo, en caso de un conflicto armado entre Israel y su país. «Si esa guerra estalla, y esa posibilidad existe debido a que (Israel) es una entidad basada en la violencia y la expansión, la guerra será global, empiece en el sur del Líbano o en Siria», aseguraba Muallem.

Damasco daba así respuesta a las amenazas vertidas por el ministro de Defensa judío, Ehud Barak; el primero que, tres días atrás, ponía en escena el fantasma de «un enfrentamiento bélico que podría desembocar en una guerra abierta», dada la actual situación de «ausencia de acuerdo con Siria». Ambos países, que emprendieron negociaciones indirectas a través de Turquía sobre la meseta siria del Golán, interrumpían todo contacto en diciembre del año 2008, a raíz de la devastadora ofensiva del Ejército judío sobre Gaza.

Los «matones» de la región

«Israel está sembrando las semillas de la guerra en la región, yo les diría que dejen de desempeñar el rol de matones de Oriente Próximo», contestaba Wallid Muallem, que ilustraba su acusación al reprobar que Tel Aviv amenaza un día la Franja, «al día siguiente Líbano, luego Irán y ahora Siria». «Israelíes -añadía el ministro- no pongan a prueba la potencia de Siria, ya que la guerra se desplazaría a sus ciudades. Vuelvan a la razón y sigan el camino de la paz».

Suena a escalada de violencia, al menos dialéctica, por mucho que, tras esta expresión de hostilidad mutua, lo negara Moratinos. «Vengo de haber tenido en Israel reuniones con la mayoría de los responsables de allí y les diría que no he escuchado tambores de guerra, más bien he percibido un deseo de paz», afirmaba conciliador el ministro español. También indicó que el presidente sirio, Bashar al Assad, le mostró ayer su apoyo para recuperar la mediación turca y acercar posturas entre Tel Aviv y Damasco.

Sea o no, lo que parece reconducirse es la relación entre Siria y Washington, que según anunció ayer Wallid Muallem, ha remitido a Damasco una petición para acreditar a un embajador, el diplomático Robert Ford, después de que hace cinco años la delegación norteamericana fuera retirada del país como consecuencia del asesinato del ex primer ministro libanés, Rafik Hariri, en Beirut.

En apoyo a Israel

De la situación de Oriente Próximo también se habló ayer en el marco del prestigioso foro anual de debate político de Herzliya, en Israel. El ex presidente del Gobierno español José María Aznar hizo una defensa clara de las posiciones del Estado judío.

«Socavar la posición de Israel es debilitar nuestra propia posición», reclamó Aznar. «Tenemos que considerar a Israel como un país normal, como una democracia normal... Si creemos que Israel es parte integral del mundo occidental, no encontraremos dificultad en entender por qué es necesario oponerse a aquellas corrientes que buscan su deslegitimación», agregó el ex presidente.