31 de octubre de 2014

Los fieles regresan a Al Aqsa con la policía en alerta ante los disturbios

Los fieles regresan a Al Aqsa con la policía en alerta ante los disturbios

El acceso está limitado a los musulmanes mayores de 50 años

El Gobierno palestino de Mahmud Abbas, llama a un "viernes de la ira"



Disturbios entre israelíes y palestinos en Jerusalén
Tras el histórico cierre de la Explanada de las Mezquitas de ayer, desconocido desde la ocupación israelí en 1967, los fieles musulmanes han podido acceder hoy al recinto desde el rezo del amanecer. Las autoridades israelíes decidieron anoche levantar el veto sobre el tercer lugar santo del Islam, aunque con limitaciones. Sólo han podido entrar los hombres mayores de 50 años y las mujeres. Tratan de evitar la presencia de varones jóvenes, que puedan iniciar altercados en un momento en el que la rabia por el bloqueo de Al Aqsa y La Roca es palpable en la calle.
Micky Rosenfeld, portavoz de la Policía de Israel, explica que "se aplicó la decisión de cierre en previsión de incidentes o disturbios. Ahora que se han tomado todas las precauciones oportunas, se ha reabierto". El presidente palestino,Mahmud Abbas, declaró ayer que la decisión era provocadora, "una declaración de guerra", una visión apoyada mayoritariamente por el mundo árabe. "Es terrorismo de Estado", declaró anoche el ministro de Asuntos Islámicos de Jordania, Hayel Daoud, quien recordó que este tipo de pasos "ponen en peligro" la estabilidad de los acuerdos con Israel, que se firmaron hace justo esta semana 20 años.
Las vallas amarillas están repartidas por todo el perímetro de la Ciudad Vieja, en previsión de incidentes una vez que acabe el rezo del mediodía, el principal de este viernes, día central de oración para los musulmanes. El despliegue policial –a pie, a caballo y con coches- es importante. Tanto Fatah como Hamás y la Yihad Islámica han llamado a sus seguidores a un "día de furia" para mostrar su descontento con el cierre de la Explanada. La lluvia podría reducir la afluencia de manifestantes.
La pasada noche hubo incidentes aislados en diversos barrios de Jerusalén Este, incluyendo Abu Tor, donde vivía Muatnaz Hijazi, el palestino sospechoso de disparar en la noche del miércoles contra el rabino ultra Yehuda Glick, líder de un movimiento radical que reivindica el control judío de la Explanada, que ellos llaman Monte del Templo. El entierro del joven se produjo en mitad de la noche, sólo con la presencia de 45 familiares autorizados por la Policía, para reducir no sólo un cortejo importante, sino el ataque de judíos que traten de vengarse de los disparos contra su líder. Glick, según el último parte médico, ha mejorado ligeramente aunque su estado sigue siendo grave. La familia de Hijazi, por su parte, insiste en que no tuvo nada que ver con el ataque y denuncia que fue "asesinado a sangre fría", indica la Agencia Maan.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha mostrado su "preocupación" por la escalada de tensión en Jerusalén. "Es absolutamente fundamental que todas las partes actúen con moderación, se abstengan de realizar actos de provocación y retórica y se preserve el status quo del Haram al Sharif [como se conoce la Explanada], de palabra y en la práctica". Su mensaje ha sido ratificado por Jen Psaki, portavoz del Departamento de Estado, quien ha reclamado la reapertura permanente del recinto santo.

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